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miércoles, 6 de agosto de 2014

El avión que cambia el equipaje de mano por una maleta

Lo único quizá más molesto que las limitaciones en el equipaje de mano que podemos subir a un avión, en particular en las líneas de bajo costo, es la espera de la maleta en la cinta transportadora cuando llegamos a nuestro destino.

Siempre hay un momento crítico en que nos preguntamos si la maleta habrá logrado hacer el vuelo con nosotros o tendremos que pasarnos una semana en el Caribe con los mismos calzoncillos.


Por suerte, hay seres humanos como los diseñadores de la firma Priestmangoode que piensan en la manera de hacer un poco más llevadero el estrés de un vuelo. La compañía ha presentado un diseño de interior que parte en primer lugar de la premisa de que podamos subir con nosotros una maleta en toda regla… Sin por ello perder el precioso espacio vital que escasea en todo aquello que no sea primera clase.

Una apuesta por el espacio personal

Al parecer, la clave reside en las “unidades de servicio personal”, incorporadas habitualmente en la parte inferior del portamaletas y que llevan la máscara de oxígeno y los controles individuales de luz y aire, los avisos luminosos de cinturón, etc. Estas unidades son en realidad un único módulo que cruza el avión, facilitando su instalación pero comiéndose buena parte de un bien muy preciado en un avión, el espacio.

La solución de Priestmangoode incorpora módulos individuales en un diseño inteligente que optimiza el espacio del portamaletas proporcionándole un 40% más de capacidad. Suficiente para que cada pasajero pueda subir con él una maleta. Paul Priestman, director de diseño de la firma, señala que “el objetivo era incrementar la capacidad del maletero sin quitarle espacio a la zona del pasajero”.

Pues bien, lo han conseguido. Y de paso han retocado todo el diseño del interior para crear una mayor sensación de comodidad optimizando el espacio del asiento. En la parte trasera, por ejemplo, incorporan un mecanismo para que fijes tu propia tablet, en lugar de incorporar un sistema de entretenimiento que envejece a toda velocidad y quita una considerable cantidad de espacio.

Por lo demás, han tratado el resto del interior con el mismo mimo con el que se trata un coche, en el que se estudia hasta el sonido que deben hacer las puertas cuando las abrimos o cerramos. Así, incorporan revestimientos acústicos, paneles de cristal o grifos con sensores de movimiento.

Esta pequeña joyita es algo más que un simple diseño. La compañía ha mostrado sus esfuerzos en la reciente Farnborough Air Show y espera remontar el vuelo comercial en el año 2018. El diseño se incorporará en un modelo de la compañía brasileña Embraer. Pero algunos de sus elementos podrían convertirse en todo un estándar de la industria.




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