1 Gamla Stan
La capital sueca tiene, por fin, conexión directa
con Madrid. Es el momento de lanzarse al norte para aprovechar los
largos días del verano nórdico, de su enorme oferta cultural y de ocio
alrededor del archipiélago que forma el Estocolmo metropolitano.
Estos son, para empezar a abrir boca, los 8 lugares que no debes perderte.
Gamla Stan. La
parte más antigua de la ciudad ocupa toda la extensión de una pequeña
isla situada entre el lago Malaren y el Báltico. El trazado tortuoso de
su calles hay que buscarlo en la Edad Media, en el siglo XIII, cuando se
fundó la ciudad para proteger de saqueadores de las poblaciones que
había en las orillas del lago. En la isla, declarada Patrimonio de la Humanidad por
la Unesco, conviven casas de comerciantes y burgueses, palacios de la
nobleza, la catedral y el Palacio Real. El atardecer es el mejor momento
para pasear por Gamla Stan, cuando el sol acaricia las viejas casas y
se puede presenciar con tranquilidad el cambio de guardia en el Palacio.
2 Riddarholmen
Esta pequeña isla esconde uno de los
rincones más hermosos del Estocolmo monumental. La isla, pegada a Gamla
Stan, esconde una plaza triangular cerrada por una gran iglesia, que no
es tal, sino el panteón de los reyes de Suecia. Al fondo de la isla hay
una terraza al nivel del agua donde se disfrutan de las mejores vistas
sobre el Ayuntamiento de Estocolmo.
3 Stadshuset - Ayuntamiento
Su esbelta torre
a orillas del lago es el icono más reconocible de Estocolmo. Construido
en 1923 en estilo veneciano, su hall principal acoge cada 10 de
diciembre la cena de gala de los Premios Nobel,
que se entregan en el Stockholm Konserthuset. El espacio más monumental
es la Sala Dorada, cubierta con 18.5 millones de mosaicos con alegorías
de Estocolmo y la historia de Suecia. La visita culmina con el ascenso a
la torre, desde donde se divisa toda la ciudad.
4 Moderna Museet - Skeppsholmen
Ajeno al ajetreo de la ciudad, el
islote de Skeppsholmen es una de las joyas escondidas de Estocolmo, el
lugar idóneo para pasear por la orilla donde atracadas pequeñas
embarcaciones de recreo y unas cuantas casas-barco con mucha historia.
El interior de esta arbolada isla contiene algunos museos, el más
interesante de ellos es el Moderna Museet,
que posee la mejor colección de arte del siglo del siglo XX, incluyendo
una sección de arte escandinavo y un programa de exposiciones
temporales de artistas contemporáneo de primer orden.
5 Djurgarden
Hay dos maneras de descubrir esta enorme isla-parque en la que se encuentran los museos favoritos de los más pequeños: a bordo de un barco o en bicicleta. Los barcos que hacen el tour salen del embarcadero de Strömkajen para dar la vuelta completa a la isla, atravesando un estrecho y romántico canal que exuda naturaleza y aire puro por los cuatro costados.
Las bicis se pueden alquilar en uno de los embarcaderos que
hay en la cara este de la isla, a los que se puede llegar en un barco
turístico que funciona de mayo a septiembre y el resto del año en
autobús.
6 Skansen, el museo de las familias
Inaugurado en 1891 en la isla de Djurgarden, Skansen
es, además de una de las instituciones culturales y de ocio más
antiguas de la ciudad, el museo favorito de los niños. Se trata de una
Suecia concentrada, ya que reúne en un parque cerrado más de 150
muestras de arquitectura tradicional de las regiones del país. En cada una de estas edificaciones unos actores interpretan para los visitantes la vida tal y como era en el pasado.
Skansen contiene también un zoológico de animales nórdicos y
es el escenario de mercados de artesanía y espectáculos folclóricos.
7 Abba Museum
Prácticamente enfrente de Skansen está el Abba Museum,
un lugar hecho a medida de los millones de fans del grupo sueco por
excelencia. Inaugurado en 2013, las salas contienen la más importante
colección de objetos y parafernalia del grupo del mundo, pero lo más
solicitado del museo son las atracciones interactivas que convierten al
visitante en estrella del «Europop» por unos minutos.
8 Vasa Museum
Sin lugar a dudas, uno de los museos más espectaculares del mundo. En el Vasa Museum se puede admirar entero y en perfecto estado de conservación el Vasa, un imponente barco de guerra construido
en el siglo XVII. El Vasa, orgullo del Rey Gustavo II, se hundió el día
de su botadura en 1628, 20 minutos después de su botadura. Un mal
cálculo de las dimensiones hizo que bastara un poco de viento para que
volcara. Los intentos de ocultar a la historia el episodio imponiendo
una fuerte censura sobre el hecho fueron en vano, ya que un investigador
encontró el barco 333 años después y en perfecto estado de conservación
gracias a la escasa salinidad de las aguas del mar Báltico.
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