Buenos Aires tiene una atmósfera bohemia que simula acompañar al turista con una nota de bandoneón sostenida. En otoño aún más, la urbe se pinta de tonos rojos, ocres y amarillos que dejan las pocas hojas que aún resisten en los árboles y las que ahora reposan inertes sobre las vías.
Es La ciudad de la furia. Donde el fútbol y la política acaparan las discusiones y en la que suenan Cerati, el Indio Solari y el Flaco Spinetta. La de arquitectura europea y parrillas argentinas; ferias dominicales y parques al aire libre donde además de correr, se lee y se toma mate.
Aquí le presentamos algunos referentes obligados a la hora de visitar esta ciudad cosmopolita ubicada a orillas del Río de la Plata.
Caminar el centro
El recorrido por la capital
argentina puede comenzar por el corazón de la ciudad, una combinación de
historia y comercio que incluye patrimonios arquitectónicos como la
Casa Rosada (sede de gobierno), el Teatro Colón y la Plaza de mayo y que
se complementa con paseos peatonales como la calle Florida en los que
abundan los cafés propicios para tertulias literarias sobre Jorge Luis Borges o Julio Cortázar.
Las tiendas de ropa y las casas de cambio también están a la orden del
día y allí, en medio de tanto edificio, el popular Obelisco se erige
como uno de los monumentos más icónicos en el cruce de la avenida
Corrientes con la 9 de julio.
Palermo y sus bosques
Los bosques de Palermo emergen
como el espacio verde por excelencia en la capital argentina. Ideal para
practicar deportes al aire libre y para realizar tardes de picnic, el
lugar cuenta con espacios como el Jardín Botánico, el Rosedal, el Jardín
Japonés y el Parque tres de febrero que sacarán al turista del ritmo
vertiginoso de la ciudad y el caos vehicular porteño.
Puerto Madero y Recoleta
Recorrer Puerto Madero y ser
testigo de un atardecer allí al borde del Río de la Plata es otro de los
planes obligados para quienes visitan por primera vez La ciudad de la
furia. De allí zarpan los buques en medio de bares y restaurantes. El
barrio Recoleta, en inmediaciones del cementerio, es otro de los lugares
que se dejan caminar para los turistas con mucha tranquilidad. La
fiesta en Buenos Aires comienza tarde y solo pasadas las diez de la
noche la gente comienza a salir y se prepara para ingresar a los
boliches -discotecas- que en su mayoría abren pasadas las dos de la
mañana.
Evita y Gardel
Dos figuras icónicas de la
cultura popular argentina sobre las que se tejen mitos y cábalas
destacan en los cementerios más importantes de la ciudad: María Eva Duarte de Perón (Evita) y Carlos Gardel.
La primera, líder política y símbolo del peronismo, engalana siempre con flores frescas el camposanto de Recoleta; el intérprete de tangos, por su parte, yace en el cementerio de la Chacarita, el más grande de la ciudad y en el que se dice que siempre lo acompaña un cigarrillo encendido sobre su figura.
La primera, líder política y símbolo del peronismo, engalana siempre con flores frescas el camposanto de Recoleta; el intérprete de tangos, por su parte, yace en el cementerio de la Chacarita, el más grande de la ciudad y en el que se dice que siempre lo acompaña un cigarrillo encendido sobre su figura.
Parrilla y otras delicias
Cuando de gastronomía se trata
Buenos Aires ofrece un abanico de posibilidades que van desde las
míticas parrillas en las que se asan carnes bajo el fuego lento de las
brasas blancas hasta las pizzerías que denotan gran parte de la
influencia italiana que tiene la ciudad desde principios del siglo XX.
Imperdible uno de los clásicos porteños: la Fugazzeta.
El choripán callejero es otro referente y se consigue en las ferias o las salidas de los estadios de fútbol. Otras delicias son el sánduche de bondiola (carne de cerdo) con el que se deleitan paladares en la costanera sur, a orillas del Río de la Plata, y esa manía de comenzar el día comiendo medialunas y facturitas, masas de hojaldre dulce que se acompañan con café o jugo de naranja.
El choripán callejero es otro referente y se consigue en las ferias o las salidas de los estadios de fútbol. Otras delicias son el sánduche de bondiola (carne de cerdo) con el que se deleitan paladares en la costanera sur, a orillas del Río de la Plata, y esa manía de comenzar el día comiendo medialunas y facturitas, masas de hojaldre dulce que se acompañan con café o jugo de naranja.
El color del fútbol
Irse de Buenos Aires sin conocer
un estadio de fútbol debería ser considerado un sacrilegio. La cultura
argentina exorciza buena parte de sus demonios en el deporte más popular
y ha construido un folclore alrededor del balompié digno de admirar.
Los típicos recintos son La Bombonera y El Monumental pero hay vida más
allá de River y Boca. Otras opciones destacadas son conocer el Cilindro
de Racing, el Libertadores de América (Independiente) o la cancha de
Argentinos Juniors al que bautizaron con un tal Diego Armando Maradona.
CLAVES
para moverse por la ciudad
No hay comentarios.:
Publicar un comentario