Todos formulamos deseos y nuevos propósitos cuando empieza el nuevo año. Las instituciones también se replantean objetivos para 2017 y en el caso de las Naciones Unidas este es que el turismo tenga un papel activo en el desarrollo de los países que más lo necesitan. Por eso, la World Tourism Organization —la agencia especializada para el turismo de las Naciones Unidas— ha declarado 2017 como el Año Internacional del Turismo Sostenible.
A través del hashtag #TravelEnjoyRespect, la ONU quiere impulsar el turismo sostenible como catalizador para promover el desarrollo y los cambios positivos. En concreto se centrarán en impulsar cinco áreas clave: crecimiento económico sostenible; inclusión social, reducción de la pobreza y creación de empleo; eficiencia de recursos, protección medioambiental y cambio climático; valores culturales, diversidad y patrimonio; y seguridad, paz y cooperación.
Cada una de estas áreas ofrece distintas posibilidades con las que se puede generar una industria sostenible alrededor del turismo que consiga ayudar al desarrollo de estas zonas. En ocasiones, en muchos de estos países en vías de desarrollo, existe un amplio desconocimiento de su propia historia y su tradición cultural. Educando a estas comunidades y reconectándolas con su pasado se podrían potenciar las costumbres tradicionales, la diversidad cultural, y destacar y dar visibilidad al valor de su patrimonio.
Especialmente importante es la correcta gestión de los recursos energéticos para minimizar el efecto del cambio climático. Si se toman medidas cuidadosas se podrá contribuir a la conservación del medioambiente o la fauna salvaje, así como restaurar la biodiversidad de estas zonas en desarrollo.
EL TURISMO COMO AGENTE DE CAMBIO
A través de esta iniciativa también se pretende crear comunidad, dándole voz a personas que explican en qué forma el turismo ha contribuido a transformar sus vidas. Historias que pretenden destacar las oportunidades para cambiar estas comunidades y compartir algunas soluciones que ya se han puesto en marcha y han resultado ser de mucha utilidad.
Un buen ejemplo son los programas para recuperar y dar fuerza a las niñas, como SASANE, una organización puesta en marcha por víctimas de abusos en Nepal, que busca educar y motivar a otras jóvenes para ofrecerles un futuro. Se forman para trabajar como guías turísticas profesionales o como personal dentro del sector hotelero, algo que no solo contribuye a mejorar sus condiciones de vida, sino que también beneficia a la industria del turismo en Nepal, que actualmente crece a pasos agigantados.
Precisamente en el campo de la hostelería destaca la cadena Hoteles Ilunion que mantiene un sólido compromiso con sus clientes —asegurando por ejemplo el acceso total a personas con minusvalías físicas— y con sus empleados. Por estas iniciativas de responsabilidad social corporativa ha recibido numerosos premios y reconocimientos.
En numerosas ocasiones, se identifica al turismo como un agente de daño en el medioambiente. Pero existen excepciones que demuestran que se pueden hacer las cosas de una manera responsable. Un buen ejemplo de ello es el Treetop Walking Path, un sendero construido en el Parque Regional de Anyksciai, en Lituania, que se ha convertido en un referente en el desarrollo del turismo pedagógico y sostenible, combinando distintos tipos de actividades: turismo activo, educativo, saludable o cultural. Todas estas vertientes forman parte de este sendero que ha conseguido que los visitantes de esta pequeña localidad pasen de 9.000 a 150.000, solo tres meses después de su inauguración.
A lo largo del año se plantearán más iniciativas y actividades que buscarán no solo potenciar estos otros aspectos del turismo, sino concienciar a la ciudadanía de sus beneficios y su capacidad para contribuir al desarrollo.
Huffington Post
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