Cinco lugares para enamorarse de África

Un continente donde disfrutar de paisajes únicos y grandes ciudades

África está llena de secretos con una amplia diversidad de flora y fauna que harán las delicias de los más aventureros pero también puede presumir de grandes ciudades con encanto y playas de arena fina y aguas cristalinas. Un continente donde disfrutar de la diversidad de Kenia, las Seychelles, Zanzíbar, el Kilimanjaro o Ciudad del Cabo.

Kenia

Kenia es uno de los destinos más románticos del mundo, ofreciendo espectaculares puestas de sol, paisajes de una belleza sin igual y rincones para disfrutar en buena compañía y en absoluta privacidad. Es uno de los pocos destinos en los que podrás dormir en camas bajo un cielo limpio y plagado de estrellas, pasar la noche en el interior de un bosque, pendiente del avistamiento de una fauna diversa y abundante o hacer una excursión en dhow -embarcación de vela- por lugares en los que el tiempo, sencillamente, se detiene.


No hay nada mejor que visitar el archipiélago de Lamu, los asombrosos paisajes del Gran Valle del Rift, sobrevolar la sabana en compañía de los Masai, practicar submarinismo o descender el caudaloso río Tana haciendo rafting.

Islas Seychelles

El paraíso se encuentra en el océano Índico, en el grupo de 115 espectaculares islas vírgenes de ensueño que conforman las Seychelles. Exuberante, bella y paradisíaca, Mahé es el destino ideal para los aficionados al buceo.

Pero no sólo de Mahé viven las Seychelles. En Praslin se encuentra una de las mejores playas del mundo, Anse Lazio, las lujosas islas Bird y Fregate ofrecen opciones exclusivas para ignorar el mundo y su caótico vaivén, la isla Silhouette brinda su estructura piramidal a todos aquellos que quieran pasear por sus playas y la playa Anse Source d’Argent, con sus sinuosas y curvadas piedras, se ha convertido en el sinónimo del relax… y la sensualidad.

Zanzíbar

Dicen que a Zanzíbar se va a desaparecer, a alejarse del mundanal ruido. Sus dos islas, rebosantes de playas exóticas, poseen una identidad especial que las hace únicas.

La capital del archipiélago, homónima, recoge en ella la cultura de todos aquellos que han pasado por ella. Cuando el sol comienza a descender, es hora de tomar un café en lo alto, observando cómo cae el día sobre los tejados de la ciudad. Y después hay que correr a los jardines de Forodhani, sin quitar ojo de cómo el sol se esconde tras el mar.

Monte Kilimanjaro

Para las parejas más aventureras, el monte Kilimanjaro, de 5.891,8 metros, ofrece uno de los mejores amaneceres del planeta. Los atrevidos que decidan escalar hasta la cumbre disfrutarán de una experiencia y unos paisajes asombrosos e imprescindibles envueltos en sus famosas nieves de lo alto. El Monte está en realidad formado por tres volcanes inactivos que coronan a Kilimanjaro como el punto más alto de África, pero los viajeros que opten por renunciar al senderismo también pueden disfrutar de la belleza del lugar desde sus faldas.

Ciudad del Cabo y Johannesburgo

Ciudad del Cabo, hogar de, como indica su nombre, el Cabo de Buena Esperanza, además de Table Mountain, posee no sólo una historia impactante sino también una vibrante escena cultural. En Johannesburgo, la belleza urbana queda a cargo de las jacarandas, árboles que forman arcos con sus ramas en flor y transforman las calles y los paseos en verdaderos cuadros impresionistas.

En el nordeste de la nación, el Parque Nacional Kruger, la reserva africana más antigua, permite al visitante acercarse a algunos de los animales más icónicos del continente. También se puede disfrutar de muchas otras atracciones: el Tren Azul, un ferrocarril de casi 100 años que recorre el corazón del país, la oportunidad de nadar con tiburones en Gaansbai, las degustaciones de vinos alrededor de Stellenbosch o los safaris a la luz de la luna en la playa de Wilderness, entre muchos otros.

ABC

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