Argentina, más allá de Buenos Aires
Lejos
de Buenos Aires y del tradicional Bariloche, esta nación, sorprende con increíbles paisajes
montañosos, salares y maravillosas muestras de la cultura andina.
Rodeada de montañas con espesos bosques y profundos lagos de origen
glaciar, la provincia de Neuquén, al norte de la Patagonia argentina,
ofrece unas vacaciones al natural. En invierno el paisaje se viste de
blanco, convirtiéndose en un extraordinario escenario para divertirse
esquiando. Y en verano, los árboles florecen y la cálida temperatura
invita a disfrutar del kitesurf, la pesca, el rafting, el canopy y el
senderismo.
Recorrer la plaza San Martín y dejarse seducir por sus calles, vestidas
de estructuras típicas de la arquitectura andina, es uno de los planes
recomendados. En la noche, vale la pena recorrer el paseo iluminado de
la costanera frente al lago Lácar y aprovechar para degustar en los
cafés y restaurantes platos típicos como el conejo cordillerano, la
trucha en papillote, la liebre a la cacerola y la cumbre de frutos rojos
con helado, entre otros.
Villa La Angostura es otra parada obligada de este recorrido.
Adentrarse por el bosque de arrayanes y admirar la vegetación y la fauna
a bordo de un catamarán son dos de las actividades favoritas de quienes
escogen estas tierras para refugiarse en la naturaleza.
El norte, refugio de tradiciones
En este corredor ancestral están Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta,
Santiago del Estero y Tucumán, provincias que les permiten a los
viajeros retroceder en el tiempo.
Tucumán, conocida como el “Jardín de la República” por su riqueza
natural, es la puerta de entrada al norte argentino. En Salta, paseos
como el Tren a las Nubes brindan la posibilidad de vivir la cultura
andina con sus tradiciones, gastronomía y artesanías. Al pasar por el
viaducto La Polvorilla, los pasajeros están a más de 4.000 metros de
altura.
En Jujuy, la quebrada de Humahuaca, antigua tierra de los indios
omaguacas, rodeada por cerros multicolores y empinadas montañas, cautiva
a los visitantes, que aprovechan para aventurarse en Salinas Grandes,
el tercer salar más grande de Suramérica, con una extensión que supera
las 12 mil hectáreas a cielo abierto.
Catamarca y sus cientos de kilómetros de puna está poblada por
territorios áridos, nevados, salares, lagunas con flamencos y volcanes
extinguidos y yacimientos arqueológicos. En La Rioja, entre cuestas de
impresionante altura y variados paisajes, yace el Parque Nacional
Talampaya, declarado Patrimonio Universal por la Unesco.
Y si lo que busca es descanso, las termas de río Hondo, en Santiago del Estero, son el oasis perfecto.
El Espectador
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