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miércoles, 13 de noviembre de 2019

Microhoteles: una tendencia que pisa fuerte

Menos espacio y más lujo: la fórmula de las cadenas hoteleras para atraer al nuevo tipo de viajero.

Hoteles pequeños

La fórmula es sencilla pero potente. Hoteles modernos, con un buen nivel de diseño, áreas sociales amplias y seductoras, excelente wifi, un desayuno correcto, habitaciones cómodas y con todo lo necesario, pero que rara vez superarán los 15 metros cuadrados, muy por debajo de los 23 a 28 metros tradicionales.

Son conocidos como microhoteles y están al alza porque son un concepto gana-gana total. Por un lado, gana el huésped, porque resuelve la pregunta ‘‘¿para qué quiero más espacio –traducción: para qué pagar por más espacio– , si me voy a pasar todo el día por fuera de la habitación, trabajando o paseando por la ciudad?”. Porque bien sea que uno esté de trabajo o de paseo, una buena cama y un buen baño es todo lo que un visitante necesita, finalmente solo llegará al hotel a dormir.

Y del lado de los hoteleros, la lectura es la siguiente: reduciendo el tamaño de los cuartos aumentamos la densidad de huéspedes por metro cuadrado, lo cual, y especialmente en ciudades donde el espacio es escaso y caro, es algo muy ‘saludable’ para el equilibrio financiero del negocio.

Y esa pérdida de metros se la compensan al cliente con tarifas más bajas –que aumentan su competitividad, sobre todo en estos tiempos de Airbnb– y con espacios comunes, en sus plantas bajas, más grandes, atractivos y modernos, donde el huésped puede trabajar o hacer vida social con comodidad.


 De Estados Unidos a Europadesde pequeños hoteles independientes a grandes cadenas hoteleras se están dejando seducir por esta tendencia, que no es sinónimo de precariedad. Aquí no hablamos de estar a un paso de las famosas cabinas para dormir que se inventaron los japoneses.

Todo lo contrario: comodidad, diseño vanguardista y funcionalidad son conceptos clave, e incluso hay propuestas de microhoteles de lujo.

CitizenM se ha apropiado de este concepto de ‘lujo asequible’. Con sedes en Europa, América y Asia, proponen habitaciones que se centran en camas más grandes, pero eliminan los extras innecesarios y no deseados para dar a los huéspedes lo que realmente necesitan. Su primer hotel abrió en 2008, diseñado para un nuevo tipo de viajero que valora los hoteles de lujo ubicados en sitios centrales de la ciudad, pero con precios más cómodos.

Este ahorro de espacio en las habitaciones se ve reflejado en mejores y más áreas sociales. Al caminar por los hoteles de CitizenM, el huésped encontrará galerías de arte conceptual en los pasillos y salas de estar. Acceso a wifi ilimitado, plataformas de entretenimiento gratuitas, opción de bebidas y comidas 24/7 y camas extragrandes son algunos de los servicios que ofrece el hotel.

Y como prueba de que el asunto viene fuerte, solo hay que ver la talla de los jugadores que están apostando por este modelo hotelero. En primer lugar, la cadena de hoteles Hilton anunció el lanzamiento de Motto by Hilton, bajo la promesa de habitaciones cuidadosamente pensadas para la flexibilidad y la conectividad. Este tipo de estancias están planeadas para aquellos viajeros que quieren disfrutar al máximo su tiempo en una ciudad.

Las pequeñas pero inteligentes habitaciones incluyen todo lo necesario: cama, escritorio, tocador, armario, caja fuerte y minirrefrigerador. Además, cuentan con muebles flexibles y puertas modulares para aprovechar al máximo el reducido espacio sin perder comodidad. La cadena hotelera espera inaugurar el primer proyecto de este tipo en Londres en el 2020.


Por otro lado, Marriott también seune a esta tendencia con su línea Moxy, en la que ofrece una experiencia vanguardista con habitaciones de 17 metros cuadrados, pero con la promesa de amplios espacios comunes pensados para que los huéspedes puedan interactuar, en los que ofrecen bebidas, snacks, juegos y exposiciones artísticas.

“¿Quién dijo que los hoteles accesibles deben verse baratos y aburridos? ¿Quién dijo que los hoteles de estilo de vida no pueden tener el mismo o un mejor retorno de inversión que las marcas tradicionales de servicio limitado? Solo se necesita saber lo que el nuevo cliente quiere realmente y ser inteligente sobre el diseño y la ejecución”. Esto aseguró Laurent de Kousemaeker, directora de Desarrollo para Marriott Internacional Caribe y América Latina.

En Colombia, pronto

Moxy llegará por primera vez a Latinoamérica con un proyecto en una ciudad colombiana: Medellín, donde Marriott espera abrir un hotel de este estilo en julio del 2021. Ernesto Estefan, CEO de Contempo, la firma de desarrollo inmobiliario a cargo del proyecto, afirmó en diálogo con Portafolio que “el hotel va a estar ubicado en la zona de la Milla de Oro, en el Poblado, de Medellín. Además de esto, la idea es lograr que los huéspedes tengan una experiencia distinta en la que, con los lugares de trabajo colaborativo y zonas sociales que estarán abiertas, se facilite el contacto con los locales, que estos vayan al hotel y así los huéspedes tienen la posibilidad de conocer más personas, que es lo que los viajeros buscan ahora”.

Una de las ciudades pioneras en este tipo de alojamientos fue Nueva York. Las dos cadenas de microhotelería más fuertes allí son Yotel y Pod, que inauguraron sus primeros hoteles en 2007. En el caso de Pod, cuenta con 348 habitaciones funcionales, eficientes y divertidas con precios accesibles, de las cuales algunas no cuentan con baño privado. En su página de reservas, la cadena Pod afirma que “la mayoría de los hoteles en Nueva York justifican sus tarifas elevadas llenando sus habitaciones con cosas que los viajeros de hoy ni siquiera quieren”.

Otras cadenas que se han sumado a la tendencia son Hoxton Hotels, con sedes en Londres, Ámsterdam y Los Ángeles; y Hotel Hive, en Washington. Entre sus atractivos resaltan las exposiciones de artistas locales, barra libre de bebidas y una excelente y veloz conexión a wifi en todos los puntos del hotel.

La apuesta de estas cadenas hoteleras llega para competir con los hostales locales que le permiten al viajero compartir habitaciones para ahorrar dinero (menos comodidades a menos precio). Además, y aunque nadie lo diga, puede ser también una excelente estrategia para tratar de recuperar algo del mercado que han perdido con Airbnb, que en 2018 generó un impacto económico de 86.000 millones de euros, según la Organización Mundial del Turismo y que este año inauguró incluso una ‘división’ de hospedajes de lujo.

El Tiempo

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