El barco más grande del mundo. Es la frase que acompaña a cualquier mención del Harmony of the Seas, la última joya flotante de Royal Caribbean.
32 meses de trabajo, más de mil millones de euros, 226.963 toneladas,
18 cubiertas y 2.747 camarotes. Este nuevo gigante del mar no es mucho
más grande que sus hermanos pequeños (el mismo largo y un metro más de
ancho), pero sin ese récord puede que muchos no hubiesen prestado la
misma atención a todo lo que cabe ahí dentro.
Una recreación de
Central Park, un parque acuático interactivo para niños, el tobogán más
alto en altamar, otro trío de toboganes acuáticos, teatros con
espectáculos de Broadway, pista de hielo, canchas de fútbol y
baloncesto, más de una decena de piscinas y jacuzzis, tirolina, un centro comercial, un casino y más de 20 cafeterías, bares y
restaurantes. 362 metros de largo y 65,7 metros de ancho con capacidad
para casi 7.000 pasajeros. Ahí es nada.
¿Cómo es el Harmony of the Seas por dentro? ¿Por qué ese metro extra es tan importante? Aquí tienes 13 excusas perfectas para averiguarlo:
1. Porque tiene una versión mini de Central Park
10.587 plantas, 48 vides y 52 árboles, algunos de
ellos de más de seis metros de altura, se distribuyen por un pequeño
paseo lleno de tiendas, bares y restaurantes. Es un parque natural en
miniatura en el que probablemente olvidarás que estás en un crucero. Y
si las tiendas te aburren, siempre puedes sentarte en uno de los bancos
del paseo y enviar unas cuantas fotos de tu viaje por WhatsApp (el wifi
del 'Harmony' funciona a la perfección gracias a VOOM, la conexión a
internet más rápida de altamar).
2 Porque es como estar en Broadway
El elegido para esta temporada ha sido Grease,
un espectáculo traído desde Nueva York con 17 actores profesionales que
cada día llenan el teatro principal de la cubierta 4. Además, el
crucero ofrece espectáculos sobre hielo, acrobacias diarias en el AquaTheater, la obra original de Royal Caribbean Productions ¡Columbus, el Musical! y el novedoso Puzzle Break, una actividad grupal para resolver enigmas en un decorado de Hollywood.
3 Porque ves cosas muy extrañas
¿Alguna vez habías pensado que un robot fuese capaz de ponerte una copa? Pues solo tienes que acercarte al Bionic Bar,
elegir tu combinado en los iPads que hay en las mesas y disfrutar de tu
elección. En el viaje preinaugural, que partió de Barcelona el pasado 5
de junio, había más curiosos que valientes, pero no deja de ser un
espectáculo tecnológico y una de las principales atracciones
revolucionarias de la Royal Promenade. No sonríen y son un poco fríos,
pero no fallan ni una.
4 Porque puedes probar tu suerte
Un enorme casino recorre la parte central de la
cubierta 4. Es como una ciudad al margen del crucero. Territorio
comanche donde no sabes qué te da más miedo, si el dinero que puedes
perder o que todo el mundo pueda fumar en medio de esa imponente e
inmaculada moqueta. El juego es la ley. Aquí no se aburre nadie.
5 Porque así sí se hace deporte
Decenas de cintas para correr, elípticas y
bicicletas mirando al mar. No existe una manera más idílica de hacer
deporte, y menos si después acompañas la sesión de una visita al spa. ¿Y
los runners? Tranquilos, que nadie se ha olvidado de ellos. De
hecho, son unos de los grandes privilegiados. En el centro del gimnasio
hay unas escalerillas que dan acceso a una pista de atletismo que
recorre todo el barco. Prepárate para las corrientes porque es como
correr al aire libre.
6 Porque verás magia sobre hielo
Fue la sala elegida por los directivos de Royal
Caribbean para responder a las preguntas de la prensa en el viaje
inaugural, pero también es una pista de patinaje sobre hielo en la que
te quedarás con la boca abierta. La mezcla de patinadores profesionales,
tecnología y lo último en efectos especiales harán que dudes entre lo
que es real y lo que no. Solo una pista: la superficie se transforma
delante de tus propios ojos.
7 Porque los niños están en su salsa
Bienvenidos el Splashway Bay, un parque
acuático interactivo para niños (y no tan niños). No querrán salir del
agua, y si lo hacen no será para estarse quietos. Por eso el crucero
deja subir a bordo a todos los personajes de DreamWorks. Te vas a topar
con Po de Kung Fu Panda, con Shrek, Fiona y hasta con los pingüinos de Madagascar. Las innumerables actividades para niños tienen como broche el imprescindible y romántico tiovivo, situado justo al lado del Starbucks (¿o creías que en un crucero así iban a faltar sus cafés para llevar?).
8 Porque puedes pasar el día en romojo
Tu elección está entre más de una decena de piscinas y jacuzzis.
Solo tienes que tener claro si quieres burbujas o no o si te apetece el
agua más o menos caliente. Se sigue cumpliendo la norma de ese extraño
placer que debe producir consumir bebidas en el agua, pero forma parte
del encanto. Además, hay que reconocer que la distribución de todos los
espacios de baño a lo largo y ancho de la cubierta 15 evita que se
produzcan aglomeraciones de clientes incluso con el barco lleno (salvo
el lateral habilitado para los fumadores, que siempre está hasta los
topes). No se producen apenas colas para pedir una consumición ni para
el cambio ilimitado de toallas. El servicio a bordo es espectacular.
9 Porque puedes ir de compras
Los paseos antes y después de las comidas son un
clásico de las vacaciones. Después de una buena ducha, toca hacer un
poco de tiempo y entretenerse por las galerías de la Royal Promenade,
donde puedes comprar prácticamente de todo mientras escuchas música en
directo, o en las tiendas exclusivas de la cubierta 8, en la zona de Central Park.
10 Porque cada día comes en un país
Hamburguesa, pizza o perrito. Solomillo, langosta o
ensalada. Si te quieres cuidar, te cuidas. Si no te quieres cuidar, no
te cuidas. Lo que no haces nunca es repetir. El Harmony cuenta
con una veintena de restaurantes de todo tipo de cocina: japonesa,
tradicional, italiana, americana, francesa... Ni cuando comes dejas de
viajar. Destacan el Jamie ́s Italian, con los mejores platos del reconocido cocinero Jamie Oliver, e Izumi,
un japonés en el que no solo comerás bien, sino que disfrutarás de todo
un espectáculo de malabares y buen humor sobre la enorme plancha que
preside la mesa. Y cuando no te apetezca pensar, disfruta del buffet con vistas increíbles en la cubierta 16.
11 Porque puedes descargar adrenalina
Puede que tengas miedo a relajarte demasiado. Entre
comidas copiosas, todo tipo de bebidas y baños desestresantes, el
cuerpo siempre pide algo de actividad. Atrévete con el simulador de surf
(y con la sensación -falsa- de que te puedes caer por la borda si la
tabla se vuelve loca) o con la tirolina que atraviesa el crucero desde
la cubierta 15. No mires abajo y salta.
12 Porque tú eliges entre gritar mojado...
Estos tres toboganes de agua conforman lo que la compañía llama The Perfect Storm
(la tormenta perfecta). Están situados en la cubierta 17 y caen de
forma serpenteante hasta la zona de piscinas que hay dos pisos más
abajo. El aterrizaje es el mismo que el de un coche pasando por encima
de un gran charco en un día de lluvia, por lo que ni las grandes
pantallas de cristal situadas en los laterales evitan que haya un
operario dedicado en cuerpo y alma a achicar agua de la cubierta. Si
eres un amante del vértigo, pruébalo. El hecho de que partes del
recorrido por los tubos sean transparentes hace que creas que vuelas por
encima del barco.
13 ... O gritar en seco
The Ultimate Abyss es una de las grandes
novedades del barco. Al principio decepciona un poco enterarse de que el
tobogán más alto en el mar no tienen nada que ver con el agua, sino
que funciona enfundándose en un saco para no quemarse. Más tarde, cuando
vives en primera persona esa caída de más de 40 metros (desde la
cubierta 16 hasta la 6), oscura y llena de luces, cambias de opinión.
Huffington Post
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