Uno de los mejores regalos que puede darse una pareja es una noche (o varias) en un alojamiento alternativo. Habitaciones con techo transparente para ver las estrellas, carpas glamurosas en medio de la naturaleza y otras apuestas más clásicas.
Terramaga
¿Puede haber algo más romántico que ver las estrellas antes de dormir? El alojamiento Terramaga, ubicado en San Francisco (Cundinamarca), ofrece esta posibilidad en sus habitaciones burbuja. Shaula es uno de los cuartos y cuenta con cama, mesa, cojines para el piso, tetera, hervidor, revistas y juegos, además de un baño privado y vestier. Los visitantes pueden pasar la noche y visitar la reserva forestal inexplorada de esta finca, a una hora y media de Bogotá.
Carolina Roa, arquitecta creadora del concepto y dueña del lugar junto con su esposo, cuenta que dirigen caminatas: “pueden ir hasta un mirador desde donde se ve el nevado del Ruiz. Es una caminata que cualquier persona puede hacer”.
Casa de la Estación
Un espacio con arquitectura tradicional y zonas que garantizan intimidad. Este alojamiento está ubicado en los límites de Tobia, a 76 kilómetros de Bogotá, y es una casona de fachada blanca que data de la época republicana.
La casa ha sido restaurada con el fin de conservar su estilo original y ofrece cuatro habitaciones dobles, espacios sociales con una vista al campo y, gracias a la tranquilidad que se respira en la zona, es un espacio ideal para el descanso, sin sacrificar la comodidad. Según Roberto Guzmán, dueño del lugar, “en esencia, ofrecemos lo básico cuando realmente estás pensando en descansar y tener un lugar íntimo”.
Las cuatro habitaciones disponibles tienen una decoración rústica, pero al mismo tiempo lujosa. “Lo que realmente nos distingue es que las opciones de planes outdoor son diseñadas a la medida de nuestros huéspedes”, dice Guzmán. Entre las actividades están recorrer senderos a pie o en bicicleta, hacer paseos culturales y también rafting, una de las actividades más comunes de este municipio.
Hotel ‘boutique’ Anandá by Cosmos
Cartagena: mar, sol y mucho romance entre las murallas. Una opción para los amantes más tradicionales es el hotel boutique Anandá by Cosmos, una apuesta de lujo con una excelente ubicación, en el centro histórico de la heroica.
Las 23 habitaciones del hotel están diseñadas con un estilo entre colonial y moderno. Tienen espacios que van desde los 23 metros cuadrados hasta los 99 y en cada una están las comodidades necesarias para una estancia placentera. El hotel ofrece servicio de spa para parejas y un restaurante de cocina internacional.
El Monte Teepee ‘hostel’
A solo 50 minutos de Bogotá, en Guasca (Cundinamarca), se levantan unas carpas particulares que repiten la forma de las viviendas de indígenas americanos. Se trata de El Monte Teepee, un alojamiento fuera de lo común que comparte actividades con trece reservas y parques naturales del país, como la reserva natural del Zoque y Chingaza.
Existen dos opciones de alojamiento. Una es el teepee, un alojamiento diseñado por los indígenas para vivir en armonía con la naturaleza, pero que ofrece las comodidades de un hotel, con cama y tejidos que celebran esta cultura. La otra opción es lotus tent, una carpa disponible para seis personas que tiene forma de flor de loto. En El monte existen tres teepees y cuatro lotus tent.
Además, es posible hacer pesca deportiva, ir a termales y visitar la destilería que ofrece productos de la zona.De allí sale la materia prima para el bar. El concepto del restaurante es comida americana como pulled pork, hamburguesas, sánduches, papas fritas con queso, entre otros.
Reserva One Love
El plan es así: camina junto a su pareja unos 40 minutos por la montaña, hacia arriba. Llegan a una de las orillas del río Palomino y se acuestan sobre un neumático. Van río abajo, en una de las experiencias más relajantes de La Guajira. Escucha el trino de los pájaros, el cauce del Palomino. Llegan a otra orilla y ahí está la reserva One Love, un hermoso alojamiento que se integra con la naturaleza, al tiempo en que ofrece la tranquilidad de la sierra.
Esta reserva de 80 hectáreas, ubicada en al borde del río en el parque natural de la Sierra Nevada de Santa Marta, ofrece búngalos dobles y sencillos. En cada uno hay cama King con mosquitero para quien prefiera la temperatura natural, aire acondicionado, televisión, ventiladores de techo, minibar. Se destaca la ducha: es exterior y tiene agua caliente. Algunos búngalos tienen una pequeña piscina privada y hamacas.
La reserva One Love tiene un espacio en donde los huéspedes pueden escuchar música tradicional, leer algún libro y relajarse, mientras comen algunos de los platos que ofrecen en el restaurante. Todos son ingredientes naturales y de la región, que se cocinan en un fogón abierto. Cuenta también con helipuerto, bar, spa, parqueadero y ofrece el servicio de traslados al aeropuerto.
Ráquira Silvestre
Para quienes prefieran un ambiente más rústico está Ráquira Silvestre, una reserva natural en donde existen cinco cabañas, tres casas de glamping y una zona de camping. En este alojamiento rural hay un bosque de robles preservado durante 35 años. En el centro del hotel hay un lago de agua limpia disponible para nadar y es también posible visitar cascadas y quebradas. ¿Algo más para el descanso y tranquilidad total?
Todas las cabañas son diferentes. Están construidas con materiales naturales como barro, piedra, adobe y madera. Las camas tienen cobijas de plumas y lana virgen y cada cabaña cuenta con duchas con agua caliente, hamaca y chimenea, con total privacidad. Por su parte, los glamping están hechos con lona de algodón. Tienen sobrecarpa de plástico que los aísla del frío y la lluvia, además de energía eléctrica. El baño es compartido con las otras carpas.
En el hotel ofrecen las comidas. Es el mismo menú para todos los huéspedes y ofrecen platos criollos, típicos de la zona, con variantes vegetarianas. Según la dueña del lugar, Cristina Lanceta, “la comida gusta mucho a la gente. Es sana, generosa y balanceada”.
Entre las actividades disponibles están las cabalgatas guiadas. Esta región tiene caminos reales que están en su estado original y atraviesan bosques y quebradas. Hay también caminatas ecológicas.
Hotel ‘boutique’ Don Pepe
Si quiere estar cerca al mar sin dejar la ciudad, el Hotel Boutique Don Pepe es el sitio ideal. Está en el renovado centro histórico de Santa Marta y tiene doce habitaciones: cuatro estándar, cinco de lujo y tres suites. Es ideal para parejas que quieran pasar noches privadas e íntimas, en un ambiente de lujo.
El hotel tiene una piscina acogedora en el primer piso. En la terraza, además de una linda vista hacia la ciudad (y, con suerte, a la Sierra nevada durante el amanecer), hay una piscina de hidromasajes y un bar.
El restaurante Bacota ofrece desayunos, almuerzos y cenas preparados con ingredientes locales e internacionales. La carta combina entradas del mar, opciones vegetarianas y platos locales, como el cayeye samario. También tiene carta de vinos Franceses, chilenos y argentinos complementan la experiencia de un restaurante único en la ciudad de Santa Marta.
Y justamente para esta época, Don Pepe ofrece terapias compartidas de spa o una cena especial en terraza privada.
El Tiempo
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