1 Singapore Suites
Uno de los versos de Cavafis rezaba así: «Cuando emprendas
tu viaje a Ítaca, pide que el camino sea largo». Y hay que darle toda la
razón, a veces el viaje es mejor que el destino, especialmente cuando se hace en una de las 24 mejores suites de aviones del mundo.
Un listado creado por el buscador de vuelos Flightfox, que se ha guiado por criterios como el tamaño y el confort del asiento,
la comida o la atención ofrecida por las azafatas; así como por el
factor «rockstar», que engloba los servicios que incluye el billete,
como champán o pijama.
Un listado en el que 9 de las 10 primeras compañías son asiáticas,
con doble presencia de Singapur Airlanes (en el 1 y el décimo puesto:
la diferencia entre una y otra radica en que la Suite se forma con dos
asientos de primera clase) y un solo representante europeo, la alemana Lufthansa, en quinto puesto.
Además, Flightfox muestra el precio más barato que tendría un billete de ida en una de estas compañías, así como la ruta para disfrutarlo.
Singapore suite, la estrella
Cuesta imaginar que esta habitación esté
en la cabina de un avión, y no en un hotel. Compuesta por materiales
como madera y cuero, sus puertas correderas y persianas permiten aislarse completamente del resto del mundo.
Además, sus menús gourmet se sirven en platos y cubiertos diseñados por Givenchy,
una comida de altura que puede acompañarse con Dom Pérignon 2004. Y
todo puede degustarse con un pijama regalado por la aerolínea.
Todo un lujo aéreo por «solo» 2.565 euros en su tarifa más barata, que corresponde a un vuelo entre Singapur y Bombay.
La compañía con sede en Hong Kong Cathay Pacific ofrece a sus pasajeros unos asientos reconvertibles en cama de primera, con una pantala LCD táctil con la que pueden controlar tanto la posición del asiento como encender o apagar las luces.
Con centros florales creados por las artistas Maria Lobo y
Linda Leviton, Cathay Pacific crea un agradable efecto visual que
potencia la sensación de relax. Una comodidad en la que también hay puertos conectores para disfrutar de nuestras propias películas y listas de reproducción musicales desde nuestros dispositivos electrónicos; así como un cargador USB para no quedarnos sin batería.
Aunque no cuenta con chef privado, a bordo sí se puede degustar un buen plato de caviar,
acompañado por una botella de Krug Grand Cuvée. Una auténtica experiencia de lujo asiático que puede disfrutarse por 550 euros mientras se vuela de Taipei a Hong Kong, donde está la sede de la compañía.
Puede que las de Emirates sean las suites del aire más conocidas, especialmente gracias al cine (Sexo en Nueva York II, entre otras). Y lo cierto es que no es para menos.
Cada suite está tolamente equipada con una puerta corredera, minibar personal, luz regulable de ambiente, tocador, espejo y armario; además las azafatas están dispuestas en cualquier momento en convertir el asiento en una cama con colchón, en la que el pijama viene incluído.
El menú, aunque se acerca a los gustos más occidentales,
mantiene platos árabes entre sus recomendaciones, para aclimatar lo más
posible el paladar. Comida que será servida en porcelana Royal Doulton y acompañada por la cubertería Robert Welch. Además, todos aquellos pasajeros no musulmanes que lo deseen podrán consultar al sumellier para elegir un buen vino o decantarse por un Dom Pérignon.
El billete más barato de Emiretes para probar una de las suites es el de la ruta entre Auckland y Bristanne (Australia),
y es que aunque la ruta no sea lo suficientemente larga para sentir que
se han amortizado los 635 euros del pasaje, este incluye el trayecto en limusina desde el aeropuerto hasta el hotel.
4 Etihad Diamond First
¿Quien dijo que gastarse 700 euros en un billete de avión no merecía la pena? En Etihad lo han logrado gracias a una suite en la que el pijama, el chef privado y la limusina recogiéndote en el aeropuerto van en el precio.
De Bombay a Dubái sintiéndose como un marahá. Así vuelan los pasajeros de la suites de esta aerolínea, con mini bar privado e incluso armario dentro de su suite, en la que podrán dormir o también recibir un masaje relajante.
Además, a la hora de la cena la suite se convierte en un reservado de restaurante en el que dos pueden compartir menú o, al menos, mesa.
La alemana Lufthansa se cuela entre sus competidoras asiáticas y se hace con un quinto puesto con su propuesta de primera clase.
Lo cierto es que la cabina de la compañía se aleja de las suites, pero los sillones también se convierten en cómodas camas en las que disfrutar de un sueño reparador, soñando con el caviar de la cena y con la limusina que nos recogerá en el aeropuerto. Y si se nos olvida el pijama no pasa nada, Lufthansa regala uno a todos sus pasajeros.
El billete más barato cuesta unos 4.200 euros, y está a disposición de todos aquellos que necesiten volar de Pretoria a Berlín. Y como no todos los aviones disponen de esta versión del lujo, Lufthansa ofrece una opción de consulta que
permite al viajero conocer si la versión más moderna de la primera
clase está disponible en el vuelo reservado, ocho semanas antes del
despegue.
En Oman Air no escatiman en comodidades para sus pasajeros, que disfrutarán del asiento abatible más largo jamás fabricado para un avión.
Desde él, podrán conectarse sin ningún problema a internet para
hablar con sus familiares o atender sus negocios, ya que la aerolínea
cuenta con wifi en todos sus aviones, así como con una gama de
dispositivos electrónicos, desde smartphones hasta tabletas, al alcance
del viajero.
Conectarse a internet cuesta entre 3 ó 30 euros (dependiendo del dispositivo y el tiempo), que se suman a los 3.000 euros que por ejemplo cuesta un billete entre Omán y Londres.
Está claro que el caviar acompañado por Krug Grand Cuvée sabe diferente cuando se toma a bordo de Qatar Airways, especialmente si es en primera clase.
La compañía aérea ofrece además un servicio de telefonía móvil a sus pasajeros, así como cargadores USB y todos los servicios que necesiten para llevar a cabo su trabajo, incluyendo una impresora.
Volar en primera clase con Qatar Airways cuesta 528 euros en su tarifa más económica, de Doha a Riad.
La compañía surcoreana Asiana se cuela en el top 10 gracias, entre otras cosas, a la televisión de 32 pulgadas que dispone cada suite, además de manta, cascos, zapatillas o kit de belleza con productos de Bulgari.
Además, cada pasajero dispone de minibar propio, aunque no tienen armario:
son las azafatas las que, una vez puesto el pijama, recogen la ropa de
cada pasajero para colocarla en los armarios que hay al comienzo del
pasillo.
El billete más barato de Asiana cuesta unos 3.150 euros, y se corresponde al vuelo entre Nueva York y Seúl.
Tenerlo todo sin mover un dedo. O, bueno, moviendo solo uno. Ese es el lema de All Nippon Airways (ANA), donde una pantalla táctil facilita desde mover el sillón hasta el volumen de los auriculares o llamar a una azafata para que te traiga la cena.
Dentro de la cabina, además de la pantalla de televisión, hay dos mesas y un teléfono por satélite para uso gratuito del pasajero. Además, cada una cuenta con su propio armario en el que guardar tanto la chaqueta como los zapatos.
Unas comodidades que exigen el desembolso de, al menos, 7.500 euros, como los que cobra la compañía por un billete entre Los Ángeles y Tokio.
Japan Airlines es la aerolínea que se esconde tras las siglas JAL, donde la suite de primera clase está pensada para descansar sin molesta alguna.
Además de colchón y almohadas para convertir el asiento en
una cómoda cama, las azafatas tienen la misión de ofrecer pijama a los
pasajeros y de hasta arroparles para que no cojan frío.
Un trato digno de emperadores desde 2.880 euros, que es el precio de un billete entre Tokio y Yakarta.
Thai Airways es la principal operadora tailandesa en Asia,
y parte de su éxito se debe al trato de la tripulación a los pasajeros
de Primera Clase, muy parecido al de su competidora JAL.
Entre otras comodidades, los pasajeros de primera disponen de una de las mejores pantallas táctiles de Samsung para disfrutar de los últimos estrenos, así como un teléfono particular en cada asiento y enchufes para el ordenador portátil.
Su billete más barato ronda los 2.000 euros, en un trayecto de Tokio a Bangkok.
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