El imponente barco del crucero Disney Dream
sobresale como el edificio más alto del puerto Cañaveral, ubicado a 50
minutos de Orlando (Florida). Como por arte de magia, desaparece durante
cuatro días, al cabo de los cuales regresa con el sueño cumplido para
4.000 personas, entre niños y adultos, distribuidos en 1.250
habitaciones.
Meciéndose, y como si se lo tragara el mar, se
aleja lentamente del puerto con la misión de hacer realidad la fantasía
del mundo Disney: el espectáculo masivo más importante del planeta, en
medio del océano.
En compañía de Mickey Mouse, Minnie y otros
personajes, los viajeros emprenden una divertida aventura que incluye
una agenda de cinco días y cuatro noches repleta de actividades para
niños, adolescentes y adultos, que no deja espacio para el aburrimiento.
Este objetivo se cumple gracias a las 1.500 personas que hacen parte
del plantel de servicio.
Aunque la oferta de entretenimiento a bordo es
imparable, la diversión también está afuera. El recorrido incluye dos
paradas, y la primera es en Nassau, la capital de Bahamas.
Es una ciudad de 250.000 habitantes, colorida y
con una mezcla de arquitectura europea, colonial y moderna, los
viajeros tienen a disposición una amplia gama de tiendas de artesanías,
suvenires y artículos típicos de la isla de Nueva Providencia. En sus
calles se siente el ambiente Caribe, reflejado en la música y en la
calidez de la gente.
Varios sitios pueden visitarse durante la
estadía de ocho horas en las Bahamas: el puerto de cruceros más
importante del Caribe centroamericano, el Museo de los Piratas, Playa
Paraíso, la zona de Blue Lagoon Island (una serie de islas comunicadas
por lujosos senderos de madera); el Rawson Square, en la plaza principal
de la ciudad, y el edificio del parlamento. La segunda parada es en
Castaway Cay, la isla de la fantasía –una isla propia–, a donde
solamente llegan quienes viajan con la organización Disney Cruise Line.
La sola panorámica que se divisa desde la embarcación paga el viaje.
Tras el desembarco, los visitantes pueden
realizar diversas actividades, desde caretear o bucear para contemplar
todo un universo de especies marinas hasta disfrutar de playas blancas o
caminar por largos senderos rodeados de vegetación.
Además de divertirse en el mar, los niños
juegan en un sitio conocido como Los Chorros, donde hasta hacen carreras
de cangrejos, obviamente, sin causarles daño. Aunque se trata de una
estadía de pleno contacto con la naturaleza, Disney dispone de las
comodidades para los viajeros: baños, duchas, una tienda para comprar
comida y un variado bufé.
Un gigante para todos
Tamaño familiar y apto para todas las edades.
Esa es la especificación más importante que recibieron los fabricantes
del barco Disney Dream cuando la organización Disney Cruise Line dio la
orden de fabricación de un barco crucero en el que cupieran el mundo
Disney y toda la familia. Con bandera de Bahamas, esta mole de 130.000
toneladas de peso y 340 metros de largo se mueve como pez en el agua.
Aunque los niños son amos y señores, con un
inventario interminable de atracciones para ellos, todo gira en torno a
la integración familiar.
A bordo, los viajeros disponen de seis
restaurantes de cocina internacional, cinco bares, tres piscinas,
jacuzzis, del parque acuático Aqua Duck –es el paraíso de los niños, con
juegos y toboganes–; también hay spa y salón de belleza, dos teatros
donde presentan espectáculos tipo Broadway, discoteca, internet,
biblioteca, tiendas, gimnasio, cancha de baloncesto, simulador de golf,
golfito y habitaciones con camarotes y balcón con visa al mar. El
crucero está lleno de sorpresas, como fuegos artificiales en medio del
océano, un espectáculo que se celebra la última noche del viaje, en el
show denominado Pirates in the Caribbean.
El escenario para la despedida es la zona de
las piscinas. Como por arte de magia, el espejo de agua es reemplazado
por una cubierta de madera y se convierte en una plazoleta con capacidad
para miles de personas que se agolpan para presenciar un espectáculo de
casi dos horas que combina teatro, música y juegos pirotécnicos, y que
termina con una fiesta familiar.
Los cruceristas también gozan con los teatros.
Allí disfrutan de presentaciones musicales en vivo con la participación
de los personajes del mundo mágico de Disney y sus famosas películas.
También con el show Villains Tonight, con los villanos de Disney, que
realizan una entretenida comedia. Otro espectáculo que vale la pena es
el Disney’s Believe, un tributo a la fe, con el genio de Aladino como
protagonista.
Comida y rumba
La comida es uno de los mayores atractivos. En
los seis restaurantes hay menús para todos los gustos. Bufé, pedidos a
la carta, barras de comidas rápidas y servicio a la habitación hacen
parte de la magia gastronómica.
El crucero tiene a disposición de los viajeros
adultos dos restaurantes de lujo: Palo y Remy. Se trata de sitios
reservados para quienes prefieren lugares exclusivos. Allí, los
visitantes disponen de menús de alto nivel. Hay que ir vestidos de
etiqueta.
Los adultos también tienen la opción de
visitar los bares Pink, Sky Line y 687, ubicados en la zona Evolution.
Pink es un sitio dedicado exclusivamente al consumo de vinos de las
mejores marcas, mientras que Sky Line es un bar con diseño galáctico,
que mezcla el color negro con largas hileras de luces que dan la
sensación de encontrarse en el firmamento.
El bar 687 está destinado a la rumba. La
jornada empieza con una sesión de karaoke que luego se convierte en
fiesta. Por lo general, la pista está repleta de parejas disfrutando de
música americana, combinada con ritmos caribeños.
Si está pensando en unas vacaciones en familia, donde todos puedan descansar y divertirse, el Disney Dream es una excelente opción. Un regalo que se merece.
Si usted va...
Visa. Para ingresar a Estados Unidos, desde donde zarpa este crucero, los colombianos deben tener visa estadounidense vigente.
Tarifas. Para viajar en el Dream Disney, en
cabinas con vista interior, las tarifas empiezan desde 540 dólares por
persona, más impuestos y otros cargos. En la ‘suite’ real empiezan en
2.840 dólares por persona. La propina es de 12 dólares por persona, al
día.
Incluye. Alimentación ilimitada, alojamiento,
acceso a espectáculos y entretenimiento a bordo. No incluye las
excursiones ni consumos fuera del barco, excepto el bufé de la isla
Castaway Cay.
El Tiempo
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