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miércoles, 8 de julio de 2015

El turismo colaborativo, una nueva forma de viajar

MALETA

En los últimos años, probablemente como consecuencia de la crisis, han surgido numerosas páginas de consumo colaborativo o, lo que es lo mismo, intercambio de objetos o saberes sin que haya dinero de por medio. Iniciativas que permiten poder recibir clases de baile a cambio de masajes, por ejemplo. O de un modo más altruista, donar de objetos o ropa en buen estado pero que, por razones varias, ya no utilizamos pero su vida útil todavía no ha terminado.

Esta ancestral forma de entender la vida, que casi había desaparecido en las sociedades avanzadas, ha alcanzado a los viajeros.

Nightswapping


Nightswapping es una de las iniciativas más completas. Consiste en acoger miembros de esta comunidad en la habitación de invitados. El propietario puede estar mientras se recibe la visita o no, según su preferencia de cada uno. La diferencia con otras opciones es que esas noches (de anfitrión) se acumulan en una cuenta, que se crea cuando el usuario se registra, y cada uno decide cuándo y dónde las quiere gastar. Con nightswapping se garantiza una cama donde dormir y no existe la obligación de viajar a la casa de nuestro huésped, sino que se pueden gastar las noches en cualquier otro destino disponible.

Couchsurfing

 

Aunque ya se ha hablado en varias ocasiones de lo que es el couchsurfing, siempre es bueno recordarle esta opción a los más despistados. Consiste en acoger viajeros en el sofá de casa. Cierto es que en muchas ocasiones se puede acabar durmiendo en una habitación, pero no es lo más habitual. Entre sus ventajas, Planeta LowCost destaca la posibilidad de leer comentarios de la gente sobre cómo fue su estancia en el destino en el que estamos interesados. Al ser una página con una larga trayectoria, la opinión de inquilinos y caseros puede ayudarnos a elegir a la hora de encajar nuestras expectativas con las del casero que nos acoge.

HomeExchange


Esta página web ofrece la posibilidad de intercambiar tu casa completa. La principal ventaja es que no hay que convivir con el dueño de la casa, ya que se intercambia por un periodo de tiempo. Puede ser una alternativa ideal para familias con niños pequeños, se ahorran kilos de equipaje si la casa de destino está adaptada a nuestras necesidades.

Airbnb

 

En este caso, no se trata de consumo colaborativo, sino de alquilar nuestra casa o la habitación de invitados, a cambio de dinero. Los que prefieran ir de hotel en sus vacaciones, también pueden alquilar su casa y disponer de un presupuesto más desahogado.

Huffington Post 

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