Al empacar, los líquidos y gel deben ir en un contenedor o bolsa cerrada para evitar que filtren la ropa. FOTO sstock |
El placer y la emoción de iniciar un viaje de vacaciones, o también de trabajo, se opaca en muchas ocasiones por el dilema de qué llevar y cómo empacar la o las maletas.
Claudia Torre, directora de la firma mexicana Organizarte, explicó, algunas claves importantes.
En la elección de la maleta, explica, se debe tener en cuenta el material y el peso. Que sea de un material liviano para que no sume mucho peso que limite lo que se pueda llevar, dadas las restricciones aéreas. Y que sean maletas de transporte cómodo, por si toca recogerlas en alguna escala, se puedan llevar de un lado a otro de manera fácil.
Luego, dice la experta, tiene que ver con planear muy bien según el destino. “Tener en cuenta a qué clima vas a ir. Para qué llevar medias de lana si vas para la playa”, acota medio en broma.
Una buena combinación
Una vez se tiene claro cuál es el tipo de ropa que se debe llevar, la siguiente sugerencia de Claudia Torre
se relaciona con establecer una estrategia para combinar prendas.
“Puedes llevar una falda, un pantalón, y varias blusas, y combinar entre
sí para tener un look diferente cada día. La clave es crear outfits
para cada día”.
El siguiente paso es ya sí contar con la maleta. Elegir una en la que, por supuesto, quepa el volumen de lo que se va a llevar, y además, tener en cuenta los límites de peso que tienen las aerolíneas, generalmente de 23 kilos para equipaje en bodega. Por eso es importante tener un arnés para pesar cada una de las piezas de equipaje y evitar tener que comenzar a sacar y recomponer lo que va en cada maleta en el piso del aeropuerto a solo minutos de abordar el vuelo.
Para empacar, plantea, una técnica está en utilizar contenedores que sirven para organizar muy bien los elementos del equipaje. “El contenedor me ayuda a mantener las cosas de una misma categoría juntas, y sé perfectamente dónde están”.
La ropa es mejor empacarla haciendo un rollo apretado para llevar cada una a su respectivo contenedor. Si para los zapatos no se tiene la bolsa especial, con un gorro de baño se puede armar una para cada par que vaya en el equipaje.
Esta forma de empaque permite adaptarse más a la forma de la maleta sin que quede un espacio muerto que limitaría la ocupación.
El Colombiano
El siguiente paso es ya sí contar con la maleta. Elegir una en la que, por supuesto, quepa el volumen de lo que se va a llevar, y además, tener en cuenta los límites de peso que tienen las aerolíneas, generalmente de 23 kilos para equipaje en bodega. Por eso es importante tener un arnés para pesar cada una de las piezas de equipaje y evitar tener que comenzar a sacar y recomponer lo que va en cada maleta en el piso del aeropuerto a solo minutos de abordar el vuelo.
Para empacar, plantea, una técnica está en utilizar contenedores que sirven para organizar muy bien los elementos del equipaje. “El contenedor me ayuda a mantener las cosas de una misma categoría juntas, y sé perfectamente dónde están”.
La ropa es mejor empacarla haciendo un rollo apretado para llevar cada una a su respectivo contenedor. Si para los zapatos no se tiene la bolsa especial, con un gorro de baño se puede armar una para cada par que vaya en el equipaje.
Esta forma de empaque permite adaptarse más a la forma de la maleta sin que quede un espacio muerto que limitaría la ocupación.
El Colombiano
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