Siga estas recomendaciones y no aplace más el sueño de conocer el mundo.
Una vez, en una entrevista radial, nos
preguntaron a mi esposa y a mí: ¿Ustedes son millonarios? ¿O nunca
encontraron trabajo y por eso se fueron a viajar? La respuesta a ambas
cuestiones fue la misma: un ‘no’ rotundo. Ese día también nos
preguntaron por qué los jóvenes, hoy en día, prefieren gastar su tiempo y
su dinero en viajes en lugar de endeudarse comprando carro o casa.
“Es que la vida es muy pequeña y el mundo es
muy grande”, decíamos nosotros, que renunciamos a nuestros trabajos para
dedicarnos a viajar y que convertimos los viajes en nuestro modus
vivendi.
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Yo soy periodista y trabajaba en uno de los
diarios más leídos de Colombia. Mi esposa, Lina Marcela, era la gerente
de logística de una reconocida empresa de lácteos. Teníamos estabilidad,
cotizábamos pensión, alquilábamos una casa, comíamos en buenos
restaurantes y nos dábamos un buen viaje una vez cada dos años. En
resumen: estábamos metidos dentro de la espiral del consumo y seguíamos
al pie de la letra los mandatos del sistema. Pero queríamos conocer el
mundo y entendimos que hacerlo en vacaciones es imposible. Así que
renunciamos a todo. Compramos una van y la adaptamos como una pequeña
casa con cama y cocina, creamos la página web www.renunciamosyviajamos.com y emprendimos un viaje sin fecha de
regreso. La primera meta es llegar hasta Alaska conduciendo.
Acabamos de cumplir nuestro primer año de
viaje y podemos asegurarles que es la mejor decisión que hemos tomado en
la vida. Nos sentimos libres y felices.
Sueño de muchos y realidad de pocos, eso es
renunciar al trabajo para vivir viajando. Y no hay que ser Anthony
Bourdain para lograrlo. Cualquiera, con un buen plan y buenas ideas,
puede hacerlo.
Si usted es de los que pasa sus días en su
escritorio soñando con conocer destinos paradisiacos y aprender sobre
las culturas del mundo, siga estos sencillos consejos. Podrían ser el
primer paso del resto de su vida viajando.
Andrés Álvarez y Lina Ruiz completan un año de viaje. Con sus ahorros compraron esta van y la adaptaron como una casa rodante. |
1.Salga de deudas
A la hora de viajar un factor determinante es
la tranquilidad mental, y cuando uno está endeudado es imposible
obtenerla. Además, cuando nos dedicamos exclusivamente a viajar por el
mundo, no vamos a tener ingresos fijos que nos permitan hacer los abonos
a nuestros acreedores. Por eso, antes de empacar la maleta, lo mejor
que puede hacer es saldar todas sus deudas. Y un consejo adicional: no
se vaya calladito para escapar de las ‘culebras’. La vida de viaje se va
a encargar de demostrarle que a quien actúa bien le esperan cosas
buenas; pero quien actúa mal, será el mismo viaje el que se encargue de
cobrarle de alguna manera.
2. Ahorrar con límites
Está claro que todo proyecto debe empezar con
un capital, y la vida viajando no es la excepción. Ahorre, haga un
presupuesto y póngase una meta lógica y alcanzable. Pero no se pase toda
la vida ahorrando, porque si insiste en conseguir más y más dinero para
empezar su viaje puede caer en un círculo de nunca acabar. Póngase una
fecha límite, renuncie y viaje.
3. Encuentre habilidades
¿Sabe cocinar? ¿Le gusta la fotografía? ¿Habla
idiomas? ¿Toca algún instrumento? Esas y muchas competencias más pueden
ser aprovechadas para seguir viajando. Nosotros, por ejemplo, hemos
convertido la fotografía en la base de nuestro sustento para poder
avanzar más kilómetros. Pero hemos conocido viajeros que explotan al
máximo lo que saben hacer para poder seguir en el camino; desde
artesanos hasta instructores de buceo y salvavidas. Sin embargo, no
olvide esto: no se trata de un negocio donde se consigue plata y se
amasa capital; se trata de la forma de poder avanzar más kilómetros en
su objetivo viajero.
4. Planee sin exagerar
El mejor viaje, creemos nosotros, es el que te
sorprende. Por eso, aunque estudiamos un poco los lugares adonde vamos,
siempre dejamos que la ruta y los nuevos destinos nos entreguen lo que
tienen. Está bien hacer planes, claro. Pero no deje que su viaje se
convierta en un cronograma al que se debe ajustar como una camisa de
fuerza. Recuerde que renunció, que es libre y que por lo tanto puede
hacer lo que quiera y cuando quiera.
5. Papeles al día
Tener un trabajo estable es uno de los motivos
que más evalúan los cónsules de muchos países a la hora de otorgar una
visa. Eso, según ellos, es garantía de que usted tiene cómo financiar su
viaje y de que no se va a quedar de inmigrante ilegal porque tiene que
regresar a su oficina. Entonces, una vez señalado en el mapa cuáles son
los países a los que quiere llegar, averigüe con las autoridades
migratorias qué documentos necesita y pida sus visas. Una vez hecho
esto, todo estará listo para pasar su carta de renuncia a recursos
humanos.
6. La tecnología
El mundo de la tecnología ha revolucionado de
forma positiva la forma en que los viajeros nos movemos por el planeta y
han brindado importantes opciones para hacer que nuestras aventuras
sean más cómodas, autóctonas y sobre todo baratas. Sitios como
www.couchsurfing.com, www.maps.me o el mismo Facebook serán de gran
utilidad a la hora de emprender su viaje. Conozca aplicaciones, entérese
de las que más le convienen en su recorrido y aproveche para conectarse
con otras personas que han viajado o que viven en los lugares adonde
usted piensa llegar.
7. Una idea sostenible
¿Será que el viaje se puede convertir en un
modus vivendi? ¿Será que se puede viajar y viajar para poder seguir
viajando? Creemos que solo se necesitan buenas ideas y trabajo constante
para demostrarnos que sí se puede. En nuestro caso, creamos una página
web donde contamos nuestras aventuras
cruzando todo el continente americano en un carro. Pero también
producimos guías de viaje, entregamos información útil y damos tips para
que nuestros lectores se animen a viajar. Hemos conocido científicos
que enseñan experimentos a niños de escuelas pobres, unos músicos que
pusieron a andar un bus con aceite vegetal quemado, unos odontólogos que
brindan salud oral a comunidades vulnerables en sus caminos, entre
otros viajeros que realizaron proyectos sostenibles para poder seguir
recorriendo el mundo.
8. Aprenda a cocinar
Si usted sabe algo de cocina, por básico que
esto sea, va a poder permanecer más tiempo viajando. Y la razón es muy
simple: comer en restaurantes le va a hacer gastar su presupuesto en muy
pocos días. Busque hospedajes con cocina pública o casas donde lo dejen
preparar sus alimentos. Verá que de esa forma puede compartir su plato
con alguien más, hacer nuevos amigos y hasta aprender sobre los sabores
locales de cada cultura.
9. Abra su mente
Si va a escalar un nevado, navegar a mar
abierto en una lanchita, bucear en medio de corales, tiburones y
mantarrayas, o simplemente va a pasar horas y horas en un avión o un
bus, puede que esté más expuesto a que le ocurran cosas malas que si se
queda en cama cambiando canales. Sin embargo, si va con la mente abierta
y pensando en que su viaje le va a permitir solucionar los problemas
que le ponga en el camino, siempre va a poder sortear los obstáculos sin
mayores consecuencias.
10. El desapego
A la hora de renunciar para convertirse en un
eterno viajero entienda que su trabajo no será lo único que quedará
atrás. Cuando uno renuncia para viajar, renuncia a todo: a la familia, a
la comida de la mamá y la abuela, a la almohada tan cómoda y al colchón
que ablandó durante años, al saludo de su perro en las mañanas y,
muchas veces, a tener un baño limpio con ducha caliente, a los fines de
semana con los amigos en su bar favorito e incluso a las costumbres de
su país, con las que vivió siempre. Es el precio que hay que pagar por
conocer el mundo.
Decía Sigmund Freud: Quien quiera un qué tiene que aguantarse muchos cómo. ¡Buen viaje!
El Tiempo
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