Esta región de la bota itálica cautiva con pueblos medievales, arquitectura y naturaleza.
Roma, la inmortal; Venecia, la encantadora, y
Florencia, la meca del arte. Pero Italia es mucho más. La Puglia y
Sicilia aventajan a las tres ciudades nombradas porque, además de tener
innumerables monumentos y una rica historia, son dueñas de paisajes
naturales únicos.
En alguna parte leí que la elegancia de las
damas comienza por el calzado. Esa dama hermosa que es Italia se
enorgullece con su bota famosa de la que La Puglia es el tacón.
Enclavada entre los azulísimos mares Adriático y Jónico, y siendo
poseedora de un suelo kárstico –abundante de yeso y calizas–, las playas
rocosas de La Puglia alucinan por sus formas y por la riqueza de sus
rocas e innumerables grutas.
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En la playa de Pizzomuno, un obelisco de roca
blanca de unos ochenta metros de altura separa dos sectores de arena
impoluta. A las playas rocosas las suceden las arenosas. La cámara
fotográfica parece enloquecer haciendo su oficio.
La región es
agrícola y los sembrados de viñedos, olivares y frutales que se pierden
en el horizonte confieren al paisaje una belleza idílica.
La Puglia es la despensa de Italia. Y en ese
mar inmóvil de inmenso verdor se levantan decenas de pueblos poseedores
de iglesias que datan de la Edad Media. La lista de monumentos con los
que la Unesco ha arropado a La Puglia es larga. Por este tacón de la
bota italiana pasaron griegos, romanos, bizantinos, sarracenos,
aragoneses, normandos, franceses, españoles. Y todos dejaron su
impronta.
El castillo de Barletta, enorme y macizo, fue
teatro de heroísmos en la Primera y la Segunda guerras, resistiendo los
fieros ataques de la arremetida militar nazi.
Cerca de Barletta está Canas, lugar de la
mítica batalla entre romanos y cartagineses en el año 216 antes de
Cristo. La iglesia de Biseglie tiene una cripta que debe visitarse, y
cerca del pueblo hay un dolmen del paleolítico.
Bari es famosa, entre otras cosas, por su célebre patrono, san Nicolás, el Santa Claus de la Navidad, cuyos restos reposan en la imponente iglesia de estilo romano. Muchas de las iglesias de la zona pertenecen al más simple estilo románico de los siglos XII y XIII.
Bari es famosa, entre otras cosas, por su célebre patrono, san Nicolás, el Santa Claus de la Navidad, cuyos restos reposan en la imponente iglesia de estilo romano. Muchas de las iglesias de la zona pertenecen al más simple estilo románico de los siglos XII y XIII.
El barroco de la más entrañable fantasía se
encuentra en el sur; por algo, Lecce, espectacular ciudad, rica en
iglesias y palacios, ha sido llamada la ‘Florencia del sur’. Este
florecimiento artístico tiene características propias, debido a que
cuenta con canteras de una piedra cálida y homogénea.
Reseñar los monumentos, iglesias y castillos de cada ciudad es imposible aquí.
En una iglesia de Andría hay una espina de la
corona que le clavaron a Cristo en la cabeza. La pude fotografiar. Nos
dicen que hay filmación de la rosa que milagrosamente brota de la punta
de la espina los viernes santos cuando la fecha cae 25 de marzo, fiesta
de la Anunciación. Nos dicen que el año próximo podrá verse el milagro.
Gallipoli es una espléndida ciudad a orillas
del mar Jónico, casi en la punta del tacón, célebre por el imponente
castillo construido por Charles d’Anjou. La ciudad se distribuye en dos
partes, la antigua, en una pequeña isla, y la moderna, en tierra firme:
ambas partes se unen por un puente. Tiene muchos palacios construidos
entre los siglos XVI y XVII.
Tanto Gallipoli como las ciudades a orillas
del otro mar, el Adriático, gozan de un encanto común que fascina: todas
las calles, recoletas y estrechas, terminan en miradores del mar, y de
sus playas y rocas. Así son de sur a norte: Otranto, Bríndisi, Monopoli,
Polignano, Bari, Molfetta, Biseglie, Trani, Barletta, Matinata y
Pozzomunno, para citar solo unas cuantas.
En Polignano, una estatua del más grande
cantante italiano, Doménico Modugno, se levanta cerca de la rocosa
playa. Imposible olvidar su canción Volare: nel blu dipinto di blu. Foto
obligada.
En Monopolis debe visitarse Il Duomo, de
estilo barroco. El viajero queda boquiabierto en su interior. Una cosa
maravillosa y que invita todavía más a recorrer esta región es que
permiten hacer fotos prácticamente en todas partes, incluso con flash
dentro de las iglesias.
La sola visita a la comarca de Murgia amerita
con creces la visita a La Puglia. En las campiñas y varias ciudades
predominan los trulli, construcciones en piedra seca, sin mortero,
cónicas, de color blanco-gris, rematadas por techos en forma de cúpula.
La más famosa de estas ciudades es Alberobello. Parece una ciudad
encantada. La aglomeración de las cúpulas cónicas es de una belleza sin
par. Recorrimos la calle principal, que va en suave ascenso, y las
estrechas calles laterales. Todas las casas de habitación, los
restaurantes, los ateliers de pintura y cerámica, los comercios, aun el
teatro y las iglesias, son trullis.
No podía faltar la visita a una de las tantas
cavernas del kárstico, en el pueblo de la Castellana y que dicen es una
de las más bellas del mundo. En La Puglia fuimos magníficamente
atendidos por Alessandro Mondelli, un empresario italiano que tiene
nexos con Colombia. Sobra ponderar la cordial amabilidad de sus
habitantes. Regresar de La Puglia y frotarse los ojos para volver a la
realidad después de haber visitado un amable remedo del paraíso, eso fue
lo que hicimos.
Dónde dormir
Excelente la cadena Nicotel, que administra
hoteles en cinco ciudades de Puglia. Tenuta Monacelle es un hotel en
medio de bosques cerca de Alberobello. Fue monasterio de monjas. Otro
hotel espectacular, también en medio de la campiña cerca de Savelletri,
es el Casale del Murgese.
Placer para el paladar
Para los italianos, la comida no es comer, es
un rito. Hablan de comida, saben de comida y gozan degustando la comida.
No se fastidian si se les dice que viven para comer.
Un italiano que conoce bien a Colombia me
decía que así como para muchos colombianos la máxima diversión son el
trago y la rumba, para “nosotros los italianos es la buena comida con la
familia o con los amigos”.
Prima la dieta mediterránea rica en aceite
extra virgen de oliva, en pescado, vino y frutas. No se ven en Italia
los obesos que pululan en otros países. Esto se debe a la bondad de la
comida mediterránea.
Son famosas en la Puglia las ‘orecchiettes’ orejitas, pastas en forma de orejas. Se las sirve con salsa de verdura.
Texto y fotos: Andrés Hurtado García
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