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jueves, 8 de octubre de 2015

Las lujosas islas privadas que puedes llevarte donde quieras

Mitad embarcaciones, mitad islas, son la última moda entre los multimillonarios


Las lujosas islas privadas que puedes llevarte donde quieras

¿Quién no querría establecer su residencia en una isla que pudiese desplazar dondequiera que estuviese el verano? Esa vivienda de ensueño ha dejado de ser una fantasía para convertirse en realidad. Eso sí, si quieres hacerte con una, necesitarás una cuenta bancaria bien nutrida: son el capricho de moda entre multimillonarios de todo el mundo.

Descubrimos esta ostentosa creación a través de Super Yacht World, un blog especializado en yates de lujo. Se llama Kokomo Ailand y ha sido diseñada por Migaloo Submarines, una compañía con sede en Austria que se dedica a la comercialización de submarinos y grandes embarcaciones. En su canal de YouTube han publicado un vídeo para mostrar las extraordinarias comodidades que ofrece esta nave, con 117 metros de eslora y 78 de manga:

En Kokomo Ailand, no falta absolutamente nada. Si eliges bien el punto donde detenerte podrás disfrutar de unas increíbles vistas, porque alcanza los 80 metros de altura en sus zonas más elevadas. Y si prefieres otro tipo de entretenimiento, tendrás un amplísimo abanico de opciones a tu disposición: barbacoa, spa, piscinas, cine exterior... incluso podrás relajarte en sus impresionantes jardines, repletos de árboles, plantas exóticas y bellas cascadas.

Obviamente, la velocidad no es uno de los puntos fuertes de esta gigantesca estructura. Ocho motores consiguen que alcance una velocidad máxima aproximada de 8 nudos. Nadie que viva en un lugar como este debería tener prisa a menudo, pero si surge cualquier emergencia siempre podrá utilizar el helipuerto para entrar y salir de la isla motorizada. Nos quedamos con las ganas de conocer su precio: los fabricantes se resisten a dar cifras, asegurando que depende en gran medida del equipamiento que solicite cada cliente.

Lo que está claro es que muy pocas personas en este planeta podrían permitirse un antojo como Kokomo Ailand. No incluyen jacuzzi, ni restaurantes, ni gimnasio... pero tendrías tu pedacito de tierra con mar y sol; al menos, mientras nadie pueda comprar océanos enteros.




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