Mitad embarcaciones, mitad islas, son la última moda entre los multimillonarios
¿Quién no querría establecer su residencia en una isla que pudiese desplazar dondequiera
que estuviese el verano? Esa vivienda de ensueño ha dejado de ser una
fantasía para convertirse en realidad. Eso sí, si quieres hacerte con
una, necesitarás una cuenta bancaria bien nutrida: son el capricho de
moda entre multimillonarios de todo el mundo.
Descubrimos esta ostentosa creación a través de Super Yacht World,
un blog especializado en yates de lujo. Se llama Kokomo Ailand y ha
sido diseñada por Migaloo Submarines, una compañía con sede en Austria
que se dedica a la comercialización de submarinos y grandes
embarcaciones. En su canal de YouTube han publicado un vídeo para
mostrar las extraordinarias comodidades que ofrece esta nave, con 117 metros de eslora y 78 de manga:
En Kokomo Ailand, no falta absolutamente nada. Si eliges bien el
punto donde detenerte podrás disfrutar de unas increíbles vistas, porque
alcanza los 80 metros de altura en sus zonas más elevadas. Y si
prefieres otro tipo de entretenimiento, tendrás un amplísimo abanico de
opciones a tu disposición: barbacoa, spa, piscinas, cine exterior...
incluso podrás relajarte en sus impresionantes jardines, repletos de
árboles, plantas exóticas y bellas cascadas.
Obviamente, la velocidad no es uno de los puntos fuertes de esta gigantesca estructura. Ocho motores consiguen
que alcance una velocidad máxima aproximada de 8 nudos. Nadie que viva
en un lugar como este debería tener prisa a menudo, pero si surge
cualquier emergencia siempre podrá utilizar el helipuerto para
entrar y salir de la isla motorizada. Nos quedamos con las ganas de
conocer su precio: los fabricantes se resisten a dar cifras, asegurando
que depende en gran medida del equipamiento que solicite cada cliente.
Lo que está claro es que muy pocas personas en este planeta
podrían permitirse un antojo como Kokomo Ailand. No incluyen jacuzzi, ni restaurantes, ni gimnasio... pero tendrías tu pedacito de tierra con mar y sol; al menos, mientras nadie pueda comprar océanos enteros.
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