El autobús que navega por el Danubio
Una de las experiencias más divertidas que se pueden vivir en Budapest es la de subirse a un autobús anfibio, de color amarillo, que realiza un recorrido por el Danubio como si se tratara de una embarcación, después de atravesar las calles más emblemáticas de la ciudad. Parte de los alrededores del lujoso Hotel Four Seasons y del Puente de las Cadenas, icono del art nouveau en Budapest, y cuesta 8.500 HUF (28 euros). La empresa «RiverRide» se ha encargado de poner en funcionamiento este bus turístico acuático, que abandona el asfalto de Budapest en un momento dado y se zambulle en las aguas del Danubio para seguir su recorrido turístico desde una perspectiva más romántica. La excursión, que dura unas dos horas, pasa por algunas calles de Pest y se adentra en el río a la altura de la isla Margarita, atravesando a continuación el histórico Puente de las Cadenas. Del 1 abril al 31 de octubre sale a las 10, 12, 15 y 17 horas y del 1 de noviembre al 31 de marzo su horario de salida se reduce a 11, 13 y 15 horas. Embarque: Plaza Széchenyi István, 7/8.
Los leones sin lengua del puente de las Cadenas
El Puente de las Cadenas, conocido también como el Puente Széchényi, fue el primer puente de Budapest
y se inauguró en 1849 después de producirse la fusión de las dos
ciudades. El puente, construido por el conde István Széchenyi, esconde
una extraña leyenda que asegura que los leones de piedra que lo vigilan
en cada extremo de las dos orillas fueron los causantes del suicidio del
escultor Janos Marschalko, quien decidió quitarse la vida al darse
cuenta de que había olvidado esculpir las lenguas de los felinos.
El artista había asegurado que el puente era tan perfecto que si
alguien descubría un fallo, él se mataría. Un zapatero, aseguran, fue el
encargado de encontrar a los leones sin sus lenguas. Marschalko sintió,
al parecer, tanta vergüenza que decidió lanzarse al Danubio. Otra
leyenda relacionada con los leones del puente cuenta que los felinos,
como guardianes de su país, cobrarán vida cuando Hungría se encuentre en
peligro para defender a los magiares de algún invasor.
El árbol de Michael Jackson
El árbol de Michael Jackson
Budapest fue una ciudad europea muy especial para Michael Jackson, En 1994 la estrella del pop rodó un videoclip de su álbum «History» en la capital húngara y dos años después dio un concierto multitudinario en el estadio de Ferenc Puskas.
En ambas ocasiones el cantante se alojó en la suite real de hotel de
cinco estrellas Kempinski, con vistas a la plaza Erzsebet, y siempre que
estaba hospedado en este lugar se asomaba desde la ventana de su lujosa
habitación para saludar y mandar mensajes a sus fans, acampados en la
plaza. Pues bien, en este rincón de Budapest, donde también esta
instalada la noria gigante «Sziget Eye», los seguidores
de Michael Jackson eligieron tras su muerte un árbol, rodeado de flores
plantadas, para honrar a su estrella. El tronco de ese árbol está
siempre empapelado con fotos, cartas, posters y nunca faltan velas y
flores junto a este memorial. Todos los años, coincidiendo con el
aniversario de la muerte del cantante (25 de junio) y y de su nacimiento
(29 de agosto) se celebra un emotivo homenaje en esta plaza del centro
de Pest.
El café más lujoso del mundo
El café más lujoso del mundo
Se dice del New York de Budapest
que es el café más bello del mundo. Algunos olvidan que detrás de este
hermoso edificio, construido en 1894 por una compañía de seguros, se
esconde con su enorme patio el Hotel Boscolo Budapest,
un cinco estrellas con 138 habitaciones. Durante el periodo de
entreguerras, el café New York fue uno de los centros culturales más
importantes de Europa, convirtiéndose incluso en la sede oficial de la
revista «Nyugat», pero en la época comunista cayó en el olvido
permaneciendo un tiempo cerrado al público. El café fue remodelado en
2006 y hoy brilla, como si se viviera en sus salones un viaje en el
tiempo, con sus techos y columnas dorados y sus preciosos frescos del siglo XIX.
Se puede cenar en sus salones con una propuesta de cocina
austro-húngara, aunque a sus seguidores lo que mas les gusta es
desayunar en él o tomar una merienda con sus suculentas tartas húngaras y
sus riquísimas copas de helado. Inf: www.newyorkcafe.hu
Las camisetas de Puskas
El Metro más antiguo de la Europa continental
Las camisetas de Puskas
Nueve
años después de su muerte, Ferenc Puskas sigue siendo uno de los iconos
más famosos de Budapest. El jugador del Honved y de la selección
húngara triunfó también en el Real Madrid de Di Stéfano y Gento,
pero el cariño que tienen los budapestinos por este magnífico
futbolista no tiene límites. El estadio de la capital húngara, con
capacidad para 40.000 espectadores, lleva su nombre; en el distrito de
Óbuda se exhibe una estatua completa del futbolista, rodeada por tres
niños, y en «Memories of Hungary», una tienda situada junto a la Basílica de San Esteban,
se siguen vendiendo como churros las camisetas del futbolista al precio
de 15 euros. También se pueden adquirir en esta tienda souvenirs
jarras, copas, mecheros con su imagen, al estilo de las grandes
estrellas actuales como Messi o Ronaldo, y los que siguen su rastro en
algunos tiendas de segunda mano pueden encontrar posters, cromos,
biografías, fotos firmadas o documentales de la vieja estrella de aquel
fabuloso equipo que hizo soñar a una pequeña nación con dominar el mundo
del fútbol.
Reagan, símbolo de la lucha contra el comunismo
Reagan, símbolo de la lucha contra el comunismo
Una
estatua de 2,2 metros de altura del fallecido ex presidente de Estados
Unidos Ronald Reagan, considerado en Hungría como un símbolo de la lucha
contra el comunismo soviético, fue inaugurada en 2011 en la plaza
Szabadság, muy cerca del Parlamento y de la embajada de Estados Unidos
en la capital magiar. La estatua callejera, tallada en bronce por el
artista húngaro István Máté, pretende recordar la memoria de un líder político que jugó un importante papel en el final de la «guerra fría».
A solo unos pasos de este memorial, la embajada norteamericana se
encuentra parapetada en una calle cortada, donde sorprende la Caja
Postal de Ahorros y su bella cornisa «art nouveau».
El Metro más antiguo de la Europa continental
La línea amarilla o línea número uno del metro de Budapest es la más antigua de la Europa continental y la segunda del mundo, ya que fue construida en 1892 y solo es anterior el metro de Londres, inaugurado en 1863. Esta línea, que recorre los puntos más céntricos de Budapest, es muy poco profunda, pues sus estaciones están a poco más de dos metros por debajo del suelo,y fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En la capital húngara Existen otras dos líneas, la 2 (roja) y la 3 (azul) que forman una especie de estrella, ya que todas las líneas coinciden en una misma estación muy próxima al Parlamento.
La Piscina de Szechenyi
Los baños Szechenyi son uno de los más populares que puedes encontrar en Budapest. Cuenta con quince piscinas interiores
instaladas en un bello edificio neogótico de 1913, que reciben el agua
(74-77 grados) de dos manantiales de aguas termales, y otras tres
exteriores. En una de estas piscinas “outdoor” destaca un divertido
remolino o corriente de agua que te arrastra y que es uno de los lugares
más populares de este balneario. Los visitantes extranjeros lo
frecuentan mucho, mientras que los usuarios locales practican una de sus
actividades favoritas: jugar al ajedrez dentro del agua. En invierno,
cuando los termómetros se desploman vertiginosamente y comienza a helar,
resulta un placer bañarse hasta las nueve de la noche en cualquiera de las piscinas exteriores que mantienen una temperatura cercana a los 40 grados.
Los ceniceros de latón del Parlamento
Los ceniceros de latón del Parlamento
A orillas del Danubio, el Parlamento
se erige como el monumento más grande que podemos encontrar en Hungría.
En su momento fue una de las construcciones más modernas de Europa con
un sistema de calefacción revolucionario servido por cuatro generadores
de vapor, una docena de elegantes ascensores que todavía siguen en
funcionamiento, y sobre todo una original decoración interior. En su
interior se distribuyen casi 700 estancias, muchas de
ellas decoradas en color dorado, aunque no todo es oro macizo (este solo
suma unos 40 kilos), y solo una destaca sobre las demás: La Sala de la Cúpula. Dos soldados custodian en ella la corona de San Esteban,
el primer rey húngaro de la historia, y su espada ceremonial ante la
presencia de otras esculturas de monarcas magiares. La reliquia tiene
una cruz sobre la corona que está torcida debido a una caída durante uno
de los traslados que sufrió la corona por las invasiones mongolas en el
siglo XIII. La corona fue robada en varias ocasiones pero desde 1978 se
exhibe en el edificio del parlamento de Budapest tras haber permanecido
en Estados Unidos, país que recuperó de la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial. Siete euros cuesta la visita interior en español de casi una hora para descubrir, entre otros salones, la escalera principal o la Sala de la Cámara alta,
con sus ceniceros de latón numerados para que los diputados dejaran sus
puros antes de entrar en el hemiciclo. Si se consumían muchos habanos
en estos cachivaches dorados, era señal de que el discurso del
parlamentario había cautivado al resto de los parlamentarios por su
interés.
ABC
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