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jueves, 30 de junio de 2016

Velocidad y diversión: el mejor plan en Orlando, EE. UU.

Mezclar entretenimiento y educación ha sido uno de los pilares de Sea World, el grupo de parques estadounidenses que acaba de inaugurar Mako y Cobra’s Curse, dos montañas rusas que corren a 117 y 64 km/h.    
      

Los parques temáticos se han convertido en un superplán para las vacaciones familiares, y esa ha sido justamente una de las principales apuestas de la organización Sea World, que hace 43 años abrió sus puertas para que grandes y chicos disfruten de atracciones mecánicas y compartan con los animales marinos

Para este verano, su parque más emblemático, el de Orlando (Florida), dispuso de toda la ingeniería e hizo una alianza con el ambientalista alemán Guy Harvey para impulsar investigaciones que protejan los tiburones y su entorno. Es así como se ideó Mako, la nueva montaña rusa que abrió sus puertas este mes y en la que los visitantes pueden experimentar los movimientos de esta especie de tiburón que recorre los océanos Pacífico, Atlántico, Índico y los mares Mediterráneo y Rojo.

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Justo antes de entrar a la atracción, los visitantes podrán aprender y darles de comer a los tiburones. Jim Kinsler, curador asistente de Shark Wreck Reef, la zona del parque donde se conoce a estos animales, explica que cada año desaparecen un millón de tiburones, por eso entre sus charlas incluye información detallada sobre los cuidados del océano para poder preservarlos.



Según Guy Harvey, el tiburón mako es una de las especies acuáticas más rápidas del mundo, y así lo plasmó en un mural azul que transporta a los visitantes a una increíble experiencia acuática. Tardó tres días en terminarlo y está ubicado justo debajo de la montaña rusa. Esta nueva atracción es un vivo ejemplo de lo que hace el animal; se siente como si se estuviera flotando. Organizados en vehículos de cuatro puestos, los pasajeros volarán a 62 metros de altura a una velocidad de 117 kilómetros por hora, a lo largo de una pista de acero de casi una milla.     


Brian Morrow, vicepresidente de diseño e ingeniería del parque, fue uno de los primeros en probar la atracción en la que los visitantes van sentados y sostenidos únicamente por una pequeña base triangular en el abdomen, sin ninguna protección en los hombros o el pecho. Durante el emocionante trayecto, los 28 tripulantes disfrutan de una panorámica de la ciudad.

En el viaje se experimenta tanto vértigo que no será suficiente una sola vez de recorrido para disfrutarlo al máximo y vencer el temor. El día de la inauguración, un grupo de brasileños ingresó 10 veces. La jornada, sin embargo, no será únicamente para liberar adrenalina y emoción. Dentro de Sea World también vale la pena conocer la zona de preservación de especies animales, una labor que realiza el parque desde hace 40 años.

Los visitantes podrán igualmente disfrutar de espectáculos con osos marinos, delfines, pingüinos, tortugas, morsas, osos polares y ballenas. En medio de los shows, niños y grandes aprenden sobre las maravillas del mar y la importancia de conservarlo.

La diversión también es 3D. En el domo Turtle Trek se vivirá una experiencia de 360 grados en la que cada espectador se sentirá como una tortuga en el agua.

Una experiencia africana

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/0/09/Kumba_at_Busch_Gardens_Tampa.JPG

A una hora de recorrido en carro desde Orlando, en Tampa, se encuentra el concurrido Busch Gardens, uno de los parques más antiguos de la compañía, que desde 1959 combina un ambiente de safari con la velocidad de las montañas rusas.

El atractivo más reciente es Cobra’s Curse. Una estructura de 640 metros de largo que comenzó a construirse en enero de 2015 y cuya forma es el rostro de una impresionante serpiente de más de 24 metros de altura. Ubicada en la zona que evoca a Egipto, los visitantes podrán encontrarse con seis especies exóticas de serpientes, entre ellas una pitón de Angola, una víbora de Gabón, una mamba de Jameson y una víbora rinoceronte. A través de un recorrido interactivo conocerán la historia del dios Serpiente y las velocidades y habilidades que tienen estos animales para cambiar su color de piel y camuflarse.

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Quienes se animen a subirse a esta atracción deben tener una altura mínima de 1,22 metros. Cada carro tiene capacidad para ocho personas y subirá 21 metros de altura, generando la sensación de esquivar a la serpiente. Durante tres minutos y medio se sentirán los ágiles y rápidos movimientos del animal.

En total, siete montañas rusas le permitirán sacar su lado más salvaje, disfrutar de la altura y expulsar la adrenalina, para luego hacer parte de un safari donde podrá darles lechuga a las jirafas, acariciar las cebras, observar a los rinocerontes y soñar con haberse trasladado a África.

Otro plan es visitar el Centro de Atención, donde se atiende al menos a 2.000 animales al año. Todos los procedimientos médicos se realizan durante la mañana y, en caso de que se requiera una cirugía, los pacientes peludos son trasladados a una sala con vidrios para que los asistentes sean testigos del poder de la medicina veterinaria.

Durante un día, cada visitante podrá tener de cerca cientos de especies, aprender sobre sus cuidados y hasta sentir sus movimientos simulados en cada una de las atracciones mecánicas de Busch Gardens, un parque que cada día innova para que sean más los turistas que disfruten de una conexión distinta con el mundo animal.

El Espectador


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