Burj Al Arab (Dubái, Emiratos Árabes): Sobre una
isla artificial, a 280 metros de la costa de Dubái, se levanta imponente
este moderno y lujoso hotel en el que dormir cuesta mínimo 1.300 euros
la noche. Todas sus habitaciones son suites, la más pequeña mide 174
metros de altura y la estadía incluye la posibilidad de movilizarse en
BMW, Rolls-Royce o helicóptero. Otro de los atractivos de este hotel,
calificado con siete estrellas, es su Sky View Bar. Un espacio para
tomarse unos cocteles mientras se contempla el atardecer a 200 metros de
altura.
Laucala Island Resort (Isla Laulaca, Fiji): Un oasis en medio de aguas
azul turquesa, a 3.152 kilómetros de Sídney, Australia, en el Pacífico
Sur. Son 25 villas, algunas sobre el agua, otras frente al mar y las más
privilegiadas encima de riscos volcánicos con una vista extraordinaria.
Cada una tiene piscina privada, mayordomo y es posible solicitar el
acompañamiento permanente de una niñera. Incluye, además, un campo de
golf de 18 hoyos, el spa, varios restaurantes de comida internacional y
asiática; barcos privados para embarcarse en una aventura de buceo o
pesca, y caballos.
Rajmahal Palace (Jaipur, India): Ubicado en uno de los seis barrios de
la ciudad rosada, este imponente palacio, construido en 1729 y hogar de
la familia real durante años, desde 1980 funciona como un exótico y
majestuoso hotel, en el que las huellas de la historia y la modernidad
conviven en armonía. Cuenta con 14 suites, cada una con un diseño único,
con muebles restaurados o diseñados a imagen y semejanza de los de la
época. Entre las atenciones que se les brindan a sus huéspedes se
destacan la botella de vino espumoso y la soda de lima, la posibilidad
de desayunar a cualquier hora y de mandar ropa a la lavandería sin
ningún costo adicional.
The 13 (Macao, China): Mil cuatrocientos millones de dólares. Eso costó
construir el hotel que hoy ostenta el título del más caro del mundo,
perteneciente al magnate Stephen Hung. Son 200 villas y suites con
ascensor privado y una decoración estilo barroco. La noche en una suite
puede llegar a costar hasta US$ 7 millones. Los huéspedes tienen a su
disposición una flota de Rolls-Royce Phantom. Las villas privadas tienen
entre 2.000 y 185 metros cuadrados e incluyen servicio de mayordomo. En
cuanto a la oferta gastronómica, hay platos elaborados en L’Ambroisie,
el legendario local parisino con tres estrellas Michelín.
El Espectador
No hay comentarios.:
Publicar un comentario