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miércoles, 30 de agosto de 2017

Fin de semana en el país más feliz del mundo

Un reconocimiento que le dio este año la Organización de Naciones Unidas a un territorio lleno de cultura y atractivos naturales, tan bellos como curiosos. Oslo y Tromso son las dos ciudades que hay que visitar para disfrutarlo al máximo.
Viernes
10:00 a.m.
Oslo es el principal puerto y centro cultural del país, por lo que no se queda corta en planes. Para comenzar, vale la pena pasear por la fortaleza de Akershus, en pleno corazón de la ciudad. Construida alrededor del año 1300, este símbolo nacional ofrece visitas guiadas. Cautiva con frondosos jardines, perfectos para actividades al aire libre o para descansar.

12:00 m.
Para el almuerzo vaya a la zona de Akker Brygge, al otro lado del muelle. Es el barrio de entretenimiento, compras y gastronomía más famoso, por lo que es fácil encontrarse con platos de todas partes del mundo. Si lo que se busca es comida local hay que entrar a Lofoten Fiskerestaurant, especializado en preparaciones con peces y mariscos.

1:30 p.m.
Desde Akker Brygge es fácil rentar una canoa o comprar un viaje en barco para ir a conocer las islas que reposan en las aguas que flanquean a Oslo. Son más de diez y cada una ofrece actividades diferentes, pero se destaca Hovedoya, cuyas pacificas playas y bosques son el lugar ideal para relajarse. Es una reserva natural llena de especies protegidas, que resguarda las ruinas de un convento abandonado.

4:00 p.m.
Es imperdible la visita a la Ópera y Ballet de Noruega, baluarte de la arquitectura moderna del país. Su fachada de vidrio lo asemeja a un bote saliendo del agua, mientras que su interior, hecho en madera de roble, le da un toque de elegancia propia de los cruceros de antaño. Además de los eventos que se hacen en sus tres escenarios casi a diario, es posible tomar una visita guiada que termina en el techo, donde se disfruta de una extraordinaria panorámica.

6:00 p.m.
Quienes no se queden para los espectáculos de la Ópera (la mayoría arrancan a esta hora), pueden salir a disfrutar de la vida nocturna. De acuerdo con el sitio oficial de turismo de Oslo, algunos de los mejores bares se encuentran en el sector este, en barrios como Gronland, donde las calles no solo son animadas, sino que están llenas de ruinas de la época medieval. Pubs como el Olympen y clubes como el colorido Dattera til Hagen son algunos de los recomendados.
SÁBADO
9:00 a.m.
Tras un merecido descanso, hay que alejarse del muelle y entrar a las entrañas de la ciudad donde se entregan los premios Nobel. La mejor forma de hacerlo es recorriendo la exposición dedicada a este prestigioso reconocimiento: el Centro del Premio Nobel de Paz, en el que exhiben todos los ganadores con su obra y la historia de Alfred Nobel con muestras temporales e interactivas. Actualmente están presentando “Hope over fear”, un retrato de la guerra en Colombia y el acuerdo logrado el año pasado.

10:30 p.m.
A los noruegos les encanta disfrutar de un buen paseo en bicicleta, por lo que existen varios toures guiados por la ciudad. AlternativOslo los ofrece en español, inglés, noruego, italiano y francés y en el recorrido busca evidenciar los contrastes de la capital Noruega, desde la ciudad antigua hasta los edificios más modernos, pasando por parques como el dedicado al famoso escultor Vigeland. Otras empresas como Viking Biking las alquilan para recorridos más personalizados.

1:30 p.m.
No hay que dejar Oslo sin visitar a la realeza en su palacio, ubicado a 10 minutos caminando del puerto. Construido entre 1824 y 1848, cuando la ciudad todavía se llamaba Christiania, sorprende a los visitantes con la ceremonia de cambio de guardia a la 1:30 p.m., así como desfiles de la Guardia Real de su Alteza durante e verano. Los recorridos guiados se realizan entre junio y agosto, sin embargo, los jardines que rodean la edificación están abiertos todo el año y son ideales para disfrutar de un picnic.

4:00 p.m.
En esta ciudad es posible viajar al pasado. De acuerdo con la guía especializada Frommer’s, una de las mejores atracciones de Oslo es su Museo de los Barcos Vikingos, ubicado en Bygdoy, “la isla de los museos”. La muestra se compone de tres auténticas barcas de entierro vikingas excavadas de las costas del fiordo y todos los tesoros que fueron enterrados con ellas hace más de mil años. La más espectacular es Oseberg, una nave de 20 metros finamente tallada en forma de dragón.

5:00 p.m.
Aprovechando que se está en Bygdoy hay que pasar por el Museo Folklórico Noruego. Construido al aire libre, tiene 155 casas tradicionales enviadas desde todas las regiones del país y reensambladas en la isla. Se trata de algunos de los edificios más antiguos de Noruega, fabricados en madera hace más de 800 años. La exposición es acompañada con muestras de bailes y comidas típicas, paseos a caballo y artesanías.

DOMINGO
9:00 a.m.
Se aterriza en Tromso, una de las poblaciones más al norte del país (y del mundo) y la favorita de los cazadores de auroras boreales, para las que habrá que esperar hasta la noche. Tras un vuelo de dos horas, este destino recibe a sus visitantes con el frío del ártico, acentuado por montañas cubiertas de nieve y lagos congelados. Es hora de abrigarse y salir a explorar la ciudad de hielo.

10:00 a.m.
La aventura comienza en el Museo Polar, un recinto que relata la historia de Tromso como base de operaciones para algunas de las expediciones árticas más importantes de la historia. Este es el lugar al que hay que ir si se quiere aprender sobre la vida en uno de los parajes más extremos del planeta y los artefactos que se usaban para cazar la comida.

12:00 m.
Reno rociado con bayas de enebro y lasañas de foca son algunos de los exóticos platos que se pueden degustar a lo largo de Storgata, la calle peatonal más célebre de Tromso. No hay que preocuparse si estas comidas no le llaman la atención, la ciudad tiene habitantes de cien nacionalidades diferentes, por lo que asaderos, pizzerías y restaurantes especializados en sushi también abundan.

2:00 p.m.
Para conocer a las focas y a los peces que habitan las heladas aguas del Ártico no hay mejor lugar que Polaria, un modesto acuario que además ofrece la oportunidad de ver dos películas (In the land of the nortern lights y Spitsbergen – Arctic wilderness) en un show de cinco pantallas que permite conocer la vida silvestre norteña.

4:00 p.m.
Si quiere entrar en calor es recomendable ir hasta Vulkana, un pequeño barco adecuado como spa en pleno centro de Tromso, considerado el mejor de los países nórdicos. Sauna, lounge zen, una tina de agua salada y una tina agua helada forman parte de los circuitos.

7:00 p.m.
Llega la noche y con ella el momento más esperado del día: la cacería de auroras boreales. Ojo, hay que programarse, pues este evento solo se presenta entre septiembre y marzo. Para ver bailar estas luces de color verde, violeta y amarillo, lo mejor es contratar uno de los tantos toures que la ciudad ofrece, como el Tourist Forum. Las posibilidades de verlas son mayores entre más frío sea el clima, más claro esté el cielo y menos contaminación lumínica haya.

El Espectador
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