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miércoles, 13 de febrero de 2019

Así es el sueño de viajar por el Mediterráneo a bordo de un crucero

Playas y postales de ensueño, castillos y pueblos sobre acantilados hacen parte del recorrido.

Cinque

El barco zarpa dejando atrás a la siempre bella Barcelona. A lo lejos se asoman las torres de la Sagrada Familia, las playas de la Barceloneta, el monumento a Cristóbal Colón, las laderas de Montjuic.

Sus más de 42.000 toneladas de peso dejan una profunda y ancha estela sobre el Meditérraneo; tan ancha como una autopista. Cae la tarde y el sol, como una bola de fuego, se esconde lentamente sobre un mar azul profundo. Ese azul tan único del Mediterráneo.


Vamos a bordo del Zenith, uno de los barcos insignias de la naviera española Pullmantur. Un clásico de los mares que no compite por ser el más lujoso ni el más moderno ni el más grande. Es un barco que conserva la nostalgia y la esencia de la navegación. Esa magia y esa nostalgia de dejar un puerto atrás y la emoción de llegar a uno nuevo. 

Nos esperan siete días en una nueva ruta que ha sido toda una revelación entre los viajeros del mundo: Secretos del Mediterráneo. Secretos porque no es la ruta mediterránea clásica. 

Nos esperan destinos reveladores de España, Francia e Italia, llenos de postales y de historia. De vino, quesos y mucha pasta. De esmeradas atenciones, planes y entretenimiento a bordo.

Las próximas salidas de este crucero de ensueño están programadas para el segundo semestre del 2019. Así que están a tiempo de planear y soñar con un cupo en este itinerario y para regalarse un viaje que será inolvidable.


Zenith

La exclusiva isla de Menorca 
La primera parada es en Mahón, capital de la isla de Menorca, que junto con Ibiza, Formentera y Mallorca conforma las mundialmente famosas y exclusivas Islas Baleares, en España. 

Una isla en el Mediterráneo occidental que por su estratégica ubicación geográfica ha sido invadida y ocupada por diferentes pueblos e imperios a lo largo de su historia. Romanos, vándalos, bizantinos y turcos han pasado por estas tierras y mares. Aquí se habla español, catalán y menorquín, un dialecto local. 

Tras un recorrido por el puerto de la ciudad –a la que volveremos más tarde- seguimos el camino rumbo a Ciudadela, ubicada a 41 kilómetros de distancia y conocida como la ‘Florencia del Mediterráneo’ por su semejanza con esa ciudad italiana. Es una ciudad pequeña que se deja caminar entre calles estrechas –algunas de piedra- tiendas de recuerdos, iglesias, galerías y cafés. 

Pasamos por la Catedral de Santa María de Ciudadela, un templo de estilo gótico catalán construido entre los siglos XIII y XIV. Un templo católico que no siempre fue católico. También fue mezquita y prueba de ellos son los arcos construidos sobre un viejo minarete (torre musulmana). 

Los pasos nos llevan hasta la Plaza de Born, epicentro de la ciudad y donde un obelisco recuerda a las 5.000 víctimas de la masacre del ejército turco que se tomó a Ciudadela el 9 de julio de 1558. Otros tantos fueron esclavizados.
Playa
Ciudadela –y en general toda Menorca- está rodeada de playas de arena dorada (220 kilómetros), bañadas por un mar color celeste. Vamos rumbo a Cala Caldana, una de las más bellas. 

Pero vamos al mirador, donde se gozan las mejores vistas. No nos da el tiempo para ir a la playa y menos para meternos al mar, pues hay mucho más para ver y apenas tenemos unas horas para volver al barco. 

Aunque algunos cruceristas sí disfrutan de la playa. No quieren ver más. Y esa es una ventaja de los cruceros, pues cada quien decide qué quiere hacer: salir de excursión, quedarse descansando en el puerto o, por qué no, quedarse a sus anchas disfrutando del barco. 

En el camino, Fernando Serrano –un entusiasta guía de turismo- cuenta que en estas hermosas casonas que miran al mar pasan el verano celebridades como Juan Manuel Serrat, Ana Belén y Víctor Manuel. 

También nos cuenta –y nos muestra- las menorquinas, unas sandalias de cuero emblemáticas de esta región española. Son muy bonitas. Vale la pena llevarse unas. 

Ya de regreso a Mahón, cuenta que en esta ciudad se inventó y se hizo popular la mayonesa (primero se llamó mahonesa y luego, mayonesa). Que un cocinero se ingenió una salsa con aceite de oliva y huevos y la dio a probar en una cena en honor al general Rochambeau durante la invasión francesa.De Mahón también es una de las cervezas más famosas de España: la Mahón. Y también se produce una ginebra muy sabrosa: el Gin de Mahón.
Córcega, la isla de NapoleónLa siguiente parada del Zenith es en la isla francesa de Córcega, en la ciudad de Ajaccio. La ciudad donde nació el emperador Napoleón Bonaparte y que -según cuentan aquí- él reconocía a la distancia solo por el aroma de las flores de maquis; esas florecitas moradas y aromáticas que adornan las laderas de la isla y que contrastan bellamente con el azul del Mediterráneo. 

Esta ciudad francesa de marcada influencia italiana en su arquitectura –por allí pasaron los romanos- le rinde tributo al legendario Napoleón. Hay visitas guiadas por la casa donde nació, por sus monumentos y por los demás lugares donde dejó sus pasos. 

Caminar por el puerto y por las calles y tiendas de la ciudad es ya un plan entretenido. Otros toman una excursión hacia las playas más bonitas, que tienen un nombre horrible: las Islas Sanguinarias, ubicadas a 7 kilómetros de la ciudad. Aunque el nombre se debe al color rojizo del mar al atardecer y al que han comparado como un mar de sangre.
AjaccioUnos más se van para Bonifacio, una pequeña población empotrada sobre un acantilado. Otros más se van para Piana, una población famosa por sus calas: formaciones rocosas que parecen iglesias sobre el mar. Y otro plan es ir a Zonza, un pueblo sobre las montañas.

Una imagen típica de Córcega es la del jabalí, que representa a un animal que abunda en la región y, dicen aquí, al carácter recio de los corsos, como les dicen a los nacidos en estas tierras francesas.
Bienvenidos a la bella Italia 
Lo más lindo, entre lo más lindo, queda para el final. Aunque esa es la mirada de este periodista viajero. Se trata de la parte italiana del recorrido, que comienza con Portovenere, la siguiente parada del Zenith. 

Un pequeño pueblo sobre el mar de Liguria que nos recibe con sus típicas casonas italianas de colores, estrechas y angostas, y muchas de ellas con ascensor incluido. Un pueblo con playas idílicas –más playas idílicas como en todo el Mediterráneo- y con un castillo sobre un acantilado: el castillo de Doria, que se corona con una iglesia.
Castillo2
De Portovenere pasamos a un lugar que ha sido catalogado como uno de los más lindos del mundo: Cinque Terre. Un Parque Nacional Natural de Italia y Patrimonio de la Humanidad y que, como lo sugiere su nombre, está conformado por cinco pueblos, en la provincia de La Spezia: Manarola, Riomaggiore, Monterosso, Vernazza y Corniglia. 

Son cinco pueblos con características similares: fueron construidos sobre acantilados gigantescos y filosos, mirando al mar. Solo contemplar tanta belleza es un plan y una postal para guardar en la retina y en el espíritu. 

Contemplar y preguntarse: ¿Cómo fueron capaces de construir estos pueblos sobre unas rocas? De hecho, el reconocimiento de la Unesco como patrimonio de la Humanidad, es para la laboriosa y magistral mano del hombre. 

También vale la pena caminar las cinco tierras, pero hay que ir preparados para largas caminatas: empinadas cuestas y exigentes descensos. Quienes tienen tiempo (que no fue nuestro caso) caminan por una ruta de senderismo entre un pueblo y otro, atravesando viñedos, iglesias y castillos medievales, siempre, mirando al glorioso y brilante mar de Liguria.
Cinque2
Siena  y Portofino
Arribamos a Piombino, en la región de la Toscana, y de allí iniciamos un viaje por tierra (dos horas) hasta Siena, una ciudad medieval perfectamente conservada. Recorremos sus calles, iglesias y plazas; entre estas, la plaza del Campo, de piso cóncavo y donde se celebran carreras de caballos desde el siglo XVI.
Siena
Se acerca el fin del crucero y la última parada es Portofino, uno de los destinos más lujosos y exclusivos del mundo. 

Aquí vienen de vacaciones Madonna, Rihanna y Mariah Carey. Y aquí tienen casa George Clooney y Sivio Berlusconi, entre otras personalidades. Portofino también nos recibe con sus coloridas casonas italianas sobre un mar tranquilo y con un museo al aire libre con estatuas de hipopótamos y suricatos que cuelgan sobre árboles. 

El plan aquí es –además de contemplar tanta belleza y mirar las costosas vitrinas de 
Dior y Louis Vuitton– visitar tiendas como Parla come manji (Habla como comes), donde venden los mejores vinos, quesos, jamones, pastas, pestos y encurtidos de Portofino desde hace más de 50 años. Allí, Gido Porrati, el carismático propietario, hace una demostración de cómo prepara el pesto con hierbas frescas. 

Terminamos el crucero felices por tantos lugares tan bellos y vistos en tan poco tiempo, agradecidos por la atención a bordo, y con la promesa de volver, algún día, a seguir descubriendo más secretos y maravillas del Mediterráneo.
Porto
Si usted va... 
La ruta Secretos del Mediterráneo sale desde Barcelona. Vale la pena llegar unos días antes, o destinar unos días después, para disfrutar de esta ciudad. Las salidas serán este año a partir del 21 de septiembre y van hasta el 2 de noviembre. 

Las tarifas, por persona, comienzan desde US$ 449 en camarote doble, más 360 de tasas y otros cargos. Incluye: comida y bebidas ilimitadas (incluidos licores). No incluye tiquetes aéreos ni excursiones en puertos. 
El Tiempo
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