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martes, 30 de abril de 2019

Un recorrido por Malta, la eterna deseada

El archipiélago se ha convertido en un gran centro turístico por sus playas y tesoros históricos.

Isla Malta


La República de Malta es un archipiélago de islas ubicado al sur de Europa, exactamente al sur de Italia y al norte de Libia. Perteneciente a la Unión Europea, lo más característico de ella es su estratégica situación. Las islas más importantes de la república son: Malta, Comino y Gozo.

La isla Malta está densamente poblada y la mayoría de sus habitantes son católicos, aunque también hay un pequeño sector de población protestante. Los pueblos de Malta están llenos de encanto y entre sus estrechas calles asoma la arquitectura que caracteriza la pequeña isla.
Culturas como la cartaginesa o la romana dejaron la impronta de su peculiar estilo, y fueron estos últimos los que erigieron las grandes construcciones que le dan el parecido a Malta con algunas grandes ciudades de Italia. 

También los árabes, quienes se apropiaron de la isla en el año 870 e islamizaron la isla, marcaron con su peculiar estilo la historia de su arte. 

Ingleses y franceses se hicieron sucesivamente con la isla, pues resultaba un enclave estratégico para Europa, como lo demostró en la II Guerra Mundial. De esta forma, Malta se ha convertido en crisol de culturas que ha hecho de sus urbes ricos tesoros históricos.
A orillas del mar
La Valletta es la capital de Malta, con un bonito puerto que le permite asomarse al mar y en cuyos alrededores las calles componen un barrio típicamente marinero. Desde el puerto, el aire salado procedente del Mediterráneo se filtra por la ciudad, creando un ambiente sorprendente por la mixtura de sus sobrios edificios con olor a mar.

La ciudad fue construida en 1566 por los caballeros de la Orden de San Juan, a quienes en 1530 Carlos V cedió la isla y estos, con sus murallas, la hicieron inexpugnable. También la Orden de San Juan de Jerusalén u orden de Malta mandó construir la co-catedral de San Juan, la obra más impresionante de la isla. De estilo barroco, contribuye al prestigio de la ciudad más allá de sus fronteras.

Lo primero que llama la atención al entrar en ella son sus suelos, formado por abigarradas lápidas de mármol en las que resaltan los colores y dibujos de los escudos a los que pertenecía cada uno de los miembros de la orden cuyos restos se encuentran en su interior. 

En su construcción interior resaltan una suntuosa mezcla de ventanas con rebordes dorados y el altar de lapislázuli, detrás del cual se encuentra un destacable grupo de mármoles que representan el bautismo de Cristo. Detrás del oratorio, una pintura de Caravaggio representa la decapitación de San Juan.

Del paso de los ingleses por las islas han quedado, sobre todo, las costumbres culinarias y los ‘pubs’ típicos en los que se sirven grandes vasos de cerveza, además del idioma, que es el primero hablado en el archipiélago, seguido por el maltés autóctono, que presenta un vocabulario similar al árabe. Con alfabeto y estructura gramatical derivados del latín.

Al sur de La Valletta, las tres ciudades de Victoriosa, Senglea y Cospicua, con sus respectivas fortificaciones de arquitectura militar conocidas en su conjunto como Cottonera. 

La primera, la más hermosa, muestra por el paso de sus calles y su casco antiguo su pasado medieval. Se recomienda al viajero un paseo en ‘dghajsa’ –embarcaciones tipo góndolas– al caer la tarde, cuando el sol tiñe de amarillo las sólidas fortificaciones.
Los restos megalíticos
Los monumentos megalíticos de Tarxien son considerados los restos megalíticos más antiguos de la humanidad. Constituyen un conjunto de tres templos, donde se han encontrado multitud de objetos decorativos que en la actualidad configuran una importante colección.

La población de Birzebbuga es famosa por sus cavernas y cuevas. Blue Grotto es la más conocida, por sus aguas azules y transparentes, a la que se puede acceder en pequeñas embarcaciones turísticas. 

Mdina es la antigua capital de Malta, situada en el interior y conocida como ‘la ciudad del silencio’. Ciudad medieval, famosa por sus callejuelas estrechas, fue destruida por un terremoto en 1693 y restaurada casi en su totalidad con estilo barroco. Al otro lado de las murallas color miel se descubre Rabat, donde las ruinas romanas y las catacumbas, entre ellas las de Santa Agatha y las de San Pablo, le han reservado un lugar privilegiado en los libros de viaje.

La hermana menor de Malta, Gozo, está situada a apenas cinco kilómetros a poniente, mide cinco kilómetros de largo y siete de ancho. La travesía en ferri que bordea el islote de Comino dura apenas media hora. Gozo representa el granero de Malta, más verde, con bosques que no existen en Malta, caracterizada por su terreno árido.

En esta pequeña isla se encuentran los vestigios prehistóricos más impresionantes y antiguos del país. Los templos de Ggantija y de Xaghra, con bloques de piedra de seis metros de alto y cincuenta toneladas de peso, suscitan la pregunta de qué fuerza sobrehumana pudo haber construido estas magníficas edificaciones para adorar a los dioses.
El Tiempo
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