Los franceses siempre han sido conocidos por sus actitudes poco tiernas hacia los extranjeros y ahora el país quiere quitar esa imagen.
La semana pasada, el ministro de Innovación Fleur Pellerin admitió que Francia tiene que cambiar con el fin de ser más acogedor hacia los turistas.
"Debemos redescubrir el sentido de la hospitalidad", dijo en una conferencia de turismo. "Todo el mundo reconoce que podemos hacerlo mejor en la bienvenida y la calidad del servicio."
El plan comienza con una cálida bienvenida francesa a los turistas cuando llegan al aeropuerto.
"El primer contacto es a menudo el factor determinante", el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius dijo a los asistentes al congreso.
Los funcionarios también han ido extendiendo un "plan de acción del turismo," de varias partes que se centrará en cinco áreas de actividad turística como "vino" y "deportes". También anunciaron planes para mantener más restaurantes y tiendas abiertas los domingos, renovar parte de la famosa estación de tren Gare du Nord, y hacer que sea más fácil de llegar al aeropuerto de la ciudad.
Todo está diseñado para hacer que los visitantes se vayan con un buen sabor y no sólo con el de las ancas de rana en su boca.
"Un turista infeliz es un turista que no vuelve", dijo Fabius en la conferencia.
Su llamada a la acción es un paso adelante respecto al año pasado, cuando los funcionarios de turismo de París hicieron circular un manual con consejos (Sonríe a los chinos! llama a los británicos por su nombre!)
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