Puede atacar a cualquier persona que está mucho tiempo sentada. Es incapacitante y hasta mortal.
A comienzos de los años 90 empezaron a identificarse una serie de
molestias que presentaban los pasajeros de avión, sobre todo los de
vuelos largos. Estos incluían dolor en las piernas y sensación de
adormecimiento al mismo nivel, dificultad para respirar, a veces pérdida
de conocimiento y, en algunos casos, hasta muerte.
Con base en los análisis de casos presentados se describió entonces lo que hoy se conoce como “síndrome del viajero”,
una alteración vascular que afecta no solo a quienes hacen
desplazamientos largos, también a personas que permanecen mucho tiempo
en la misma posición en su cama, sentados o en recorridos largos.
Las vacaciones exigen a muchos someterse
a largo trayectos, en distintos medios de transporte. En ese orden de
ideas, conviene reconocer este síndrome para aprender a prevenirlo.
¿Qué es?
El síndrome del viajero es, en esencia,
la coagulación de la sangre dentro de los vasos sanguíneos,
principalmente de miembros inferiores. Esto ocasiona una obstrucción en
el flujo sanguíneo con consecuencias que dependen de la gravedad del
cuadro.
¿Por qué ocurre?
Entre las causas están el daño en la
estructura de la arteria o la vena, alteraciones en la coagulación de la
sangre y disminución en la velocidad de la misma.
Estos factores de riesgo tienden a
aumentarse cuando la persona tiene reposo prolongado; en el caso de los
viajeros, el acodamiento excesivo en las venas de la rodilla (mucho
tiempo sentados) y la cadera promueven la formación de estos coágulos.
¿Y los síntomas?
El cuadro suele iniciarse con dolor de una o ambas extremidades; la molestia puede estar acompañada de inflamación.
En casos severos puede haber dificultad
para respirar, sensación de ahogamiento y tos. Eso sugiere que los
trombos se han desprendido y pueden estar viajando hacia el pulmón u
otros órganos.
¿Cómo se diagnostica?
Los síntomas dan una orientación clara
sobre el diagnóstico. La confirmación se hace a través de un estudio
ecográfico especializado para detectar los trombos. En algunos casos se
requieren estudios más sofisticados, como la flebo-resonancia
(resonancia magnética de venas y arterias), que permite observar de
manera específica la presencia de trombos en lugares.
Cuál es el tratamiento?
Este depende de la severidad del cuadro; por lo general involucra medicamentos para evitar que la sangre se coagule.
También puede ser necesaria la
extracción del trombo a través de un catéter que puede disolverlo con
ultrasonido, a la vez que aplica sustancias para restaurar la
circulación. Esos son los casos inmediatos.
Si han pasado más de 24 horas se
requiere manejar el síndrome postrombótico, que por lo general tiene
dolor, cambios de coloración de la piel y eventuales úlceras por falta
de irrigación.
Esto incluye analgésicos y la
introducción, en el lugar de la obstrucción, de un stent, un dispositivo
que se mete en la vena, se expande y ayuda a que ésta recupere su forma
y restaure el flujo sanguíneo.
Es importante combatir los factores de riesgo.
También cuídese si...
Hay otras condiciones que también pueden
favorecer la aparición de este síndrome, que conviene tener en cuenta.
Entre ellos están la edad avanzada, las várices, haberse practicado
cirugías recientemente y las terapias hormonales (incluida la toma de
anticonceptivos).
Con la asesoría de Jorge Hernando Ulloa, cirujano vascular de la Fundación Santa Fe, y Jorge Ulloa Domínguez, cirujano vascular.
Para qué usar las medias
Las medias de compresión aprietan
suavemente las piernas de abajo hacia arriba, para que la sangre circule
de manera ascendente. No sólo previene la hinchazón de las extremidades
inferiores, y en menor medida la formación de coágulos sanguíneos;
también se ha comprobado que atenúan el dolor y la sensación de pesadez
que acompañan a este síndrome. Estas medias se consiguen fácilmente en
el mercado. Las personas con factores de riesgo deben utilizarlas de
manera permanente.
Signos de alerta
-Dolor súbito, intenso, con sensación de ardor insoportable en una o ambas extremidades.
-Edema: se puede presentar inflamación de características blandas, en una o ambas extremidades, concomitante con el dolor.
-Limitación para el movimiento, a causa del dolor y la inflamación severos.
-Tos súbita, sensación de ahogo y dificultad para respirar.
-Sensación de borrachera por compromiso respiratorio severo o por difusión en órganos vitales.
-Edema: se puede presentar inflamación de características blandas, en una o ambas extremidades, concomitante con el dolor.
-Limitación para el movimiento, a causa del dolor y la inflamación severos.
-Tos súbita, sensación de ahogo y dificultad para respirar.
-Sensación de borrachera por compromiso respiratorio severo o por difusión en órganos vitales.
El Tiempo
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