En la Riviera Maya, una de las zonas turísticas más conocidas y visitadas de México, saben cómo tratar a los turistas.
Es común en los hoteles y en los restaurantes oír preguntas como: “¿Todo está bien, señor?”, “¿Desea algo más, joven?” Incluso usan expresiones como “mi rey” y “mi reina” para referirse a mujeres y hombres; lo hacen con un tono tan amable y servicial que a nadie parece molestarle.
Los meseros se asegurarán de que en su mesa
nunca falten las tortillas recién salidas del comal (un disco de barro
que se utiliza para cocerlas), el pico de gallo –mezcla de tomate,
cilantro, cebolla y chile verde con sal y jugo de limón– y, por
supuesto, guacamole.
Aunque esta es una región conocida por sus
hermosas playas –por supuesto vale la pena visitarlas–, también es un
destino para quienes disfrutan de la aventura en comunión con la
naturaleza, de las culturas ancestrales y de las compras y la fiesta.
Si va a pasar por esta zona, estos son cinco lugares y planes imperdibles para que disfrute al máximo.
Parque Xplor, para los más aventureros
Situado a cinco minutos de playa del Carmen y
con 59 hectáreas de extensión, es el lugar perfecto para los que
disfrutan del turismo de aventura. Este parque tiene las tirolesas más
altas de Centro y América Latina. Están conectadas por torres que
alcanzan hasta los 45 metros de altura; es como volar encima de la
espesa selva y caer al agua a toda velocidad. Hay dos circuitos, de
cinco kilómetros cada uno, para manejar carros por caminos con terrenos
rocosos, ascensos y descensos, puentes colgantes y cavernas inundadas.
Eso sí, no hay que tenerle miedo al agua ni al barro.
Y, finalmente, para los amantes del agua, hay
cavernas y grutas repletas de estalactitas. Puede ir a bordo de una
balsa o nadar durante 20 minutos aproximadamente, mientras descubre
estas milenarias formaciones rocosas, y terminar el recorrido en una
enorme cascada de agua fría.
El parque abre también en las noches y cuenta con un bufé ilimitado.
Es recomendable llevar ropa y calzado que se
pueda mojar y otras prendas para cambiarse. Solo aceptan niños mayores
de 5 años y no es el lugar para los que temen a las alturas o quienes se
marean fácilmente.
El precio de la entrada al parque varía dependiendo de la temporada y el plan. Se consigue desde 99 dólares por persona.
Visitando comunidades mayas y cenotes
Muy cerca de Cobá, algunos grupos de familias
aún guardan algunas de las tradiciones de los mayas y viven de manera
similar a las comunidades de antaño.
Sus hogares son ranchos autosostenibles sin
electricidad y tienen cocinas prácticamente iguales a las de hace 2.000
años. En medio de la selva tienen cultivos de chile, papa y maíz, y
crían animales como pavos y gallinas.
Tienen hornos para hacer tortillas de maíz y
las ofrecen como cortesía a los viajeros. No se asuste si algunos de los
niños le toman fotografías: es un proyecto que tienen para poder vivir y
promocionar su región, para que los turistas los visiten. En medio del
recorrido hay algunos ancianos que, en la cultura maya, reciben el
nombre de guardianes del conocimiento.
Con los visitantes tienen un bonito ritual, en el que por medio de oraciones y quema de algunas plantas bendicen a cada una de las personas que pisan su territorio. Estas comunidades tienen la ventaja de vivir rodeados de cenotes (depósitos de agua manantial profundos, típicos del estado mexicano de Yucatán).
Con los visitantes tienen un bonito ritual, en el que por medio de oraciones y quema de algunas plantas bendicen a cada una de las personas que pisan su territorio. Estas comunidades tienen la ventaja de vivir rodeados de cenotes (depósitos de agua manantial profundos, típicos del estado mexicano de Yucatán).
En algunos de ellos es posible nadar, así que
es mejor llevar vestido de baño. Aproveche porque son lugares
silenciosos y tranquilos, que aún no han sido invadidos por el turismo
masivo, donde vale la pena pasar un buen rato de descanso y meditación.
Cobá y la pirámide más alta de Yucatán
Los amantes de la historia y la cultura
ancestral no pueden dejar de pasar por Cobá: yacimiento maya
arqueológico situado en el estado de Quintana Roo.
Entre sus atractivos se encuentra la red de
sacbeob (caminos blancos) más importantes del mundo maya. Se pueden
recorrer a pie, en bicicleta (las rentan por 40 pesos mexicanos, unos 3
dólares) o en triciclos con chofer (a 120 pesos, unos 8 dólares). Se
trata de senderos rodeados por altos árboles con varias especies de
pájaros.
Es posible apreciar también el templo del
‘Juego de la pelota’, lugar en el que los mayas practicaban el ritual
sagrado que representa la lucha entre las deidades celestes y el
inframundo. Solían practicar este juego para arreglar problemas
políticos o religiosos. No puede dejar de pasar por Nohoch Mul
(montículo grande), la pirámide más alta de la península de Yucatán. Son
siete cuerpos de esquinas redondeadas que miden 42 m. Vale la pena
subir los 120 escalones, pues la vista, que incluye las copas de los
árboles y un panorama que parece no tener fin, es espectacular.
Coco Bongo, el mejor de los espectáculos
Al llegar al aeropuerto de Cancún, un gran
letrero con un Hombre Araña que parece que fuera a salirse de la valla
anuncia la mejor rumba en playa del Carmen. Lo acompaña la frase de una
periodista de CNN, que luego de visitar el lugar dijo en los estudios de
la cadena de noticias que “Coco Bongo dejaba en vergüenza la vida
nocturna de Las Vegas”.
La entrada vale 75 dólares por persona, precio
que puede parecer caro, pero en realidad, para todo lo que ofrece,
resulta barata. En el lugar caben más de 1.000 personas y cada 20
minutos, entre luces, bombas, serpentinas, mucho tequila y mezcal, hay
shows de acróbatas y las mejores imitaciones de cantantes como Madonna,
Freddie Mercury, Michael Jakcson, Christina Aguilera, entre otros. Cada
tanto, una cámara enfoca a los grupos de asistentes y los muestra en dos
pantallas gigantes, así que prepárese para bailar, gozar sin parar y
dejar la pena a un lado. En la entrada dan un trago de tequila de
bienvenida, pero el resto del licor hay que comprarlo por cuenta propia.
O simplemente puede dedicarse a bailar y a disfrutar del espectáculo.
La Quinta Avenida
Colorida, alegre y divertida. Así es la Quinta
Avenida en Playa del Carmen. Es una extensa calle peatonal cerca de la
playa, llena de restaurantes, almacenes, mercados y ferias. Los mejores
tequilas y mezcales, y las más lindas artesanías –entre ellas las
famosísimas catrinas– se venden por montones y en todos los tamaños y
colores. Es recomendable ir de día y también de noche, pues las luces
que la adornan, además de la brisa, hacen que la ciudad sea aún más
acogedora.
Se sugiere empezar el recorrido por el Paseo
del Carmen, una pequeña plaza que tiene un callejón con tiendas para
comprar ropa y algunos cafés. No deje de ver el parque Fundadores y la
capilla de Nuestra Señora del Carmen. Lo mejor es que, en medio de la
caminata, se encontrará con varios grupos de mariachis y hombres
vestidos como guerreros que lo harán adentrarse en lo más típico de la
cultura mexicana.
¿Dónde hospedarse?
Se destacan tres hoteles de la Cadena Sandos,
cada uno con su encanto. El Sandos Caracol Eco Experience Resort,
ubicado en la selva entre la Riviera Maya y el mar Caribe, tiene un
programa ecológico, como visitas a cenotes y un santuario de aves.
El Sandos Playacar Beach está ubicado en una
de las playas más bonitas de la Riviera Maya y muy cerca de playa del
Carmen y la famosa Quinta Avenida. Tiene siete piscinas, siete
restaurantes a la carta y planes para niños.
El Sandos Cancún Luxury Experience Resort es
ideal para quienes quieren vivir una experiencia de lujo. Son 214
habitaciones con vista al mar. En temporada alta, en cualquiera de los
tres hoteles, la tarifa es de 1.200 dólares por persona, y de 900
dólares en temporada baja. Son siete noches con comidas incluidas. No
incluye pasajes
Si usted va
Los colombianos no necesitan visa para viajar a México, solo el pasaporte.
Aerolíneas como Avianca, Copa, Lan y Aeroméxico tienen vuelos desde Bogotá a Cancún. El vuelo directo dura tres horas.
El Tiempo
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