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| Cañón del Chorro del Hato - Cascada “La lavadora” Primer sector - Reserva Natural Comunitaria Chorro del Hato, San Felix, Bello, Antioquia. |
Se acerca la época de vacaciones y el Valle de Aburrá ofrece una amplia variedad de lugares y actividades para pasar los días libres y divertirse, si no tiene planeado viajar.
Si bien hay varios espacios de ciudad que son populares o muy promocionados turísticamente, hay otros que son menos visitados. La Twittercrónica fue a algunos de estos lugares.
El corregimiento de San Félix, en Bello, fue el punto de partida. Este lugar, ubicado a 30 minutos de Medellín, recibe a sus visitantes con una impresionante panorámica del municipio.
Este lugar es visitado por los amantes de actividades al aire libre como parapentismo, cañonismo, paintball o caminatas ecológicas. O por quienes simplemente buscan un lugar al aire libre para hacer picnic mientras se disfruta del paisaje.
Allí conversamos con Felipe Restrepo, fundador de la agencia de aventura Psiconáutica, quien se disponía a salir con un grupo de personas para dictarles el taller de cañonismo, que cuesta entre 100 mil y 270 mil pesos según las cascadas que se visiten. Todos iban equipados con cascos, arneses, botas y traje acuático, y se dirigían a descender por las cuerdas sobre una cascada.
Las caras de alegría y tranquilidad y las voces de los ocho hombres que integraban el grupo, reflejaban la pasión que les despertaba disfrutar de la naturaleza.
De San Félix pasamos a San Cristóbal, corregimiento de la ciudad de Medellín. Allí, en la vereda La Cuchilla, a la que se llega después de tomar la vía al Túnel de Occidente pero doblando a la derecha en el puente que queda justo antes de entrar al túnel, encontramos el Museo Vivo de las Flores.
En una casa pequeña ubicada en lo alto de una colina, nos recibió Ofelia Correa, propietaria hace 38 años de este lugar, quien en 2005 comenzó a cultivar flores y armó un invernadero con la ayuda municipal.
Mientras Ofelia caminaba por el invernadero, hablaba de sus logros con las flores que cultiva. Por ejemplo, para ella, haber sido seleccionada como ganadora absoluta en el concurso Medellín, un Jardín para la Vida de 2013, fue gratificante.
Entre suculentas, geranios, novios y plantas carnívoras se pasa el tiempo. Así es este Museo Vivo que en agosto, cuando llega la Feria de las Flores, es más visitado por los ciudadanos, pues “el resto del año esto es muy solo”, indica Ofelia.
Al dejar este jardín, atravesamos la ciudad para llegar a Itagüí, donde está el parque acuático Ditaires, que a pesar de quedar tan cerca a Medellín, tener una gran piscina de olas, otra de toboganes y una con chorros de agua y diferentes profundidades, es poco visitado por los medellinenses, y su público se limita a los habitantes de Itagüí y San Antonio de Prado, en su mayoría.
En la entrada, un grupo de niños se divertía jugando entre los chorros de agua. Allí estaba Juan Camilo Gómez, de 11 años, con un grupo de amigos. Él manifestó que le gusta ir allí porque es tranquilo y limpio.
Ditaires, inaugurado en 1993, tuvo una reinauguración en 2013. Ahora cuentan con amplias zonas verdes, quioscos y mayor oferta gastronómica.
Llegar allí es fácil. Basta con subirse al bus integrado que dice ‘Ditaires’ desde las estaciones del metro de Itagüí o Sabaneta.
Esta es una muestra de las opciones que el Valle de Aburrá ofrece para quienes están de vacaciones y quieren planes diferentes a los convencionales.
El Colombiano
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