La pasarela tiene 300 metros de largo y cuelga a 180 metros sobre el suelo. El cristal sobre el que caminan los turistas tiene 24 milímetros de grosor. Se abrió al público el 24 de septiembre y unos cuantos valientes ya se han decidido a probarlo.
Inicialmente, el puente que unía las dos orillas del parque estaba hecho de madera, pero esta capa de cristal se ha ido añadiendo a lo largo de varios meses, convirtiéndose en el primer puente colgante transparente del mundo. Como explica The Verge, un equipo de 11 ingenieros de dedicó a esta transformación.
¿Y si el cristal se rompiera? "Da igual cuánto salten los turistas sobre el puente: no le pasará nada", ha explicado Yang Guohong, uno de esos ingenieros, al diario británico Daily Mail, donde se puede ver un reportaje fotográfico de la construcción de esta gran obra. "Las estructuras de acero debajo del puente son enormemente densas, así que incluso aunque el cristal se rompiera, los visitantes no se caerían", afirma.
¿Te atreverías?
Vista aérea del puente
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