El magnate Wang Jianlin, el chino más rico del mundo con inversiones en
múltiples partes del globo, incluida España, trata cada vez más de
diversificar su negocio y en esta ocasión ha elegido Xishuangbanna, una
verde y montañosa comarca del sur del país que limita con Birmania y
Laos, para comenzar con un proyecto turístico a gran escala.
Se trata de 5,3 kilómetros cuadrados de complejo vacacional y de
viviendas en el que Wanda ha levantado tres hoteles de lujo -uno de seis
estrellas y dos de cuatro- con 1.500 camas en total.
También hay miles de apartamentos -parte de ellos aún en construcción-,
el primer hospital internacional de la zona, colegios, un centro
comercial con salas de cine, un teatro y el primer parque de atracciones
de la firma.
Con el enorme despliegue que caracteriza a los eventos de Wanda,
responsables de la empresa abrían la ceremonia de apertura con una frase
que lo resumía todo: "Bienvenidos a la ciudad Wanda".
Y es que el complejo, en el que el grupo ha invertido 16.000 millones
de yuanes (2.500 millones de dólares, 2.240 millones de euros), tiene
desde parque de bomberos hasta comisaría de policía o bares.
"El turismo es una industria en desarrollo clave para la transformación
de Wanda", destacó Wang Jianlin en el discurso que ofreció a los
asistentes de la inauguración, entre ellos, la prensa, a la que no quiso
hacer ninguna declaración.
En cinco años, Wang, dueño del Edificio España en Madrid y del 20 por
ciento del Atlético de Madrid, pretende que su compañía se convierta en
la empresa de viajes más grande del mundo, según precisó en su
intervención, en la que no desveló si se propone exportar este modelo de
resort, como ha hecho con otros negocios.
De momento, el fin del complejo, dijo, es impulsar el turismo en esta
parte del sur de China, una tarea que no va a resultar fácil, debido a
la falta de transportes hasta este punto del país y a la notoriedad de
otros enclaves turísticos en esta misma provincia, Yunnan, como la
mítica localidad de Lijiang, muy próxima al Tíbet.
"Los vuelos son caros, no hay conexiones directas y de momento no
tenemos tren... Puede que llegue en unos diez años", comentaba un
hostelero de la zona con esperanzas de que el negocio marche aunque en
el largo plazo.
En un momento de enfriamiento de la industria inmobiliaria en el país,
surgen las dudas sobre la posibilidad de llenar un complejo de estas
características, en especial, las viviendas construidas y las que aún
quedan por ser levantadas.
Desde Wanda rechazaron pronunciarse sobre el fin de la construcción de
estos apartamentos, si bien los servicios que las acompañan -colegios,
hospital- indican que podrían no estar sólo destinadas al turismo.
En todo caso, los involucrados esperan que el espacio no acabe
convirtiéndose en una de las llamadas "ciudades fantasma" que se
encuentran por múltiples partes de China, enormes proyectos
residenciales diseñados para gente que nunca acabó de llegar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario