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viernes, 11 de diciembre de 2015

Caño Cristales, bajo el agua

Este destino del Meta sorprende por fuera y por dentro con su exótica fauna.

Así se ve la 'Macarenia clavigera', la planta que pinta de colores este río. Está prohibido tocarla, pero se puede ver con cuidado.
Así se ve la 'Macarenia clavigera', la planta que pinta de colores este río. Está prohibido tocarla, pero se puede ver con cuidado.                                

Caño Cristales impacta a simple vista con esas plantas rosadas y rojizas (la Macarenia clavigera) que pintan el río en medio de piedras de todas las formas posibles. Su vegetación espesa y exuberante y el cielo pintado de diferentes azules completan esta escena inolvidable.

Pero si desde afuera se ve espectacular, los secretos que se revelan bajo el agua quitan el aliento.
Ir al Parque Nacional Natural sierra de La Macarena, en el departamento del Meta, y no sumergirse en el río es quedar con una deuda eterna.

Allí abundan lugares para conocer la riqueza de fauna y flora, para nadar y refrescarse y para ver el mundo mágico que se esconde en el río (es recomendable llevar careta y esnórquel, o puede conseguirlos allí).
Cerca del salto del Águila o de la cascada de la Piedra Negra (los lugares más altos en los que admiten turistas) es posible sumergirse en jacuzzis y piscinas formadas naturalmente.

La formación de las rocas, la mayoría redondas, permiten que dentro de ellas se acumule gran cantidad de agua, en la que es posible sumergirse.

Un grupo de viajeros japoneses, encantados con la naturaleza del destino.

En la parte superior del salto, sobre todo con el paso del caudaloso río, estos pozos se hacen más hondos y es posible nadar dentro de ellos y ver sus rocas marrones y rojizas como paredes rústicas esculpidas por la naturaleza.

A estos pozos naturales, unos más grandes que otros, se los denomina marmitas de gigante, y son formaciones que se generan gracias a los giros que dan los fragmentos de las rocas cuando son arrastrados por la corriente, los cuales van dando profundidad al pozo.

Aunque se ven a lo largo del recorrido, en especial en la zona llamada Los Ochos, solo es posible sumergirse en algunos. Recuerde que esta zona es un área protegida por Parques Nacionales Naturales, y por eso es importante preguntar qué está permitido hacer.

Actualmente no se permite nadar o pasar sobre las coloridas plantas que caracterizan a Caño Cristales, como medida de protección de las especies. Pero si es curioso, y si sumerge su careta a una distancia prudente, podrá verlas como algodones que se mueven al vaivén del agua. Una opción para tenerlas cerca, pero con cuidado, es visitar la piscina del Turista.

No puede faltar una visita a la cascada de los Cuarzos, que tiene sus encantos: es fuerte, cristalina y sus chorros regalan un masaje natural. Allí, un pequeño pozo de agua permite un refrescante baño y, además de peces, los nativos dicen que es posible encontrar cuarzos en el fondo del río.

La siguiente parada debe ser en Pailones, donde termina el cauce. Es el área más selvática y húmeda del destino. Al recorrerla se ve la Macarenia clavigera, esta vez de color verde, pues la sombra de los árboles no permite que reciba suficiente luz para que se pinte de rojo.

Para finalizar esta experiencia, y tras caminar durante casi 15 minutos, se encuentra una piscina natural, quizás la más grande del recorrido, donde es posible lanzarse desde las piedras, ir al fondo del río, ver más especies de peces y formaciones rocosas.

Sin duda, un paraíso colombiano que enamora por dentro y por fuera.

El Tiempo

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