1) MASAJES BARATOS Y BUENÍSIMOS, PARA HACERLO TODOS LOS DIAS
Será lo primero que te llame la atención cuando llegues. Acostumbrado a los precios de España, país en el que hacerse un masaje relajante de calidad es sólo apto para los bolsillos más acaudalados, cuando llegues a Tailandia te sorprenderá la amplia oferta de calidad y lo barato de sus precios. Tanto es verdad que casi cada día no dudarás entre hacerte un masaje o tomarte una cerveza, ambos placeres casi al mismo precio. Qué mejor que un masaje en los pies o en la espalda cuando te has tirado todo el día pateándote las ciudades.
2) LA ETERNA SONRISA DE THAIS
Parece un tópico, pero es una realidad absoluta. La amabilidad de los ciudadanos tailandeses les lleva a saludarte siempre con una sonrisa de oreja a oreja y haciendo una pequeña reverencia hacia delante juntando las manos. Si el que saluda es un hombre dirá sà-wát-dii krhàp y si es una mujer, sà-wát-dii kaa. Es un sonido que se repite tan a menudo que pronto te sorprenderás a ti mismo utilizando la misma expresión y dando a cambio la mejor de tus sonrisas porque, sin lugar a dudas, te sentirás en deuda. Y no sólo eso, sino que cuando regreses a tu país de origen, sin darte cuenta, durante días o semanas seguirás repitiendo el mismo esquema: sonrisa, juntar manos, decir buenos días.
3) EL PAD-THAI RICO Y BARATO EN LAS CALLES
Una de las principales razones para decidir viajar a Tailandia, además de las playas del sur, es su extraordinaria comida. Y dentro de la gastronomía hay que destacar el plato más conocido, el Pad-Thai. Es un salteado en wok con fideos de arroz con huevos, salsa de tamarindo, salsa de pescado, pimiento rojo, y una combinación de brotes de soja, gambas, pollo o tofu, decorado con cilantro y cacahuetes picados. ¿A que suena bien? Pues saborearlo es mucho mejor. En un restaurante tailandés en España esta delicia te costaría en torno a 20 euros. En los puestos callejeros de cualquier parte de Tailandia lo encontrarás por 2 ó 3 euros y mucho más sabroso.
4) ALTARES EN CALLES Y NEGOCIOS LLENOS DE VELAS Y RODEADOS DE GENTE
En cualquier lugar, sea un local de dudosa reputación, una esquina en una concurrida zona comercial o un barrio étnico encontrarás una improvisada construcción en honor a Buda. Numerosos tailandeses pulularán por los alrededores en busca del favor de su Dios, aun cuándo al lado estén traicionándose todos los principios de nuestra moral occidental. La religión, aunque a veces no se note, está en todas partes.
5) LOS MONJES DE NARANJA DONDE PUEDES PRACTICAR INGLÉS
Están por todos lados, con su indumentaria naranja, sus chanclas y sus cabezas ausentes de pelo. Pensarás que se dedican a la vida contemplativa y estarás en lo cierto. Casi siempre van en parejas o en grupo y tampoco les cuesta saludarte con la eterna sonrisa y las manos juntas. La mayoría están totalmente al margen de los extranjeros, pero existen algunos templos en las que en un horario determinado puedes hablar con los monjes. A éstos les gusta practicar inglés y conocer puntos de vista de culturas lejanas. La mayoría de las veces acabarás hablando del lenguaje universal, el fútbol, y de si eres más de Messi o de Cristiano Ronaldo.
6) MERCADILLOS Y FALSIFICACIONES POR TODOS LOS LADOS
Sucede en muchos países de Asia, pero Tailandia es, junto con China, uno de los países en los que el mercado de las falsificaciones tienes su mayor distribución. Por poner un ejemplo, al día siguiente de la presentación de Bale con el Real Madrid ya se podía comprar la camiseta oficial del jugador galés en el equipo blanco a un precio cuatro veces inferior al que lo pone a la venta el club de Florentino Pérez. Son mercadillos gigantesco que copan decenas y decenas de manzanas. Tanto en Bangkok como, por ejemplo, Chiang Mai, se podría decir que toda la ciudad es un mercado gigantesco. No sólo se pueden encontrar falsificaciones, sino también artesanía de todo tipo y de los países de alrededor. Todo un paraíso para los amantes del regateo, del “de puesto en puesto y compro porque me toca” y de los cálculos y cambios de divisas.
7) LA CALLE KHAO SAN ROAD DE BANGKOK
Hace 30 años en Khao San se vendía arroz, pero alguien decidió montar un hostal barato para viajeros y hoy es el mayor centro de mochileros del mundo, una auténtica locura. Casi todos los viajeros que van al sudeste asiático pasan en algún momento de su ruta por esta calle, llena de neones, pubs, hostales, centros de lujuria, locales de masaje y gente con peores intenciones. Siempre está atestada de gente. Los mochileros comparten buckets o beer towers en los bares mientras se cuentan sus aventurillas viajeras. Es un lugar por el que pasar, pero nunca en el que quedarse mucho tiempo. Eso sí, nunca lo olvidarás.
8) EL HIMNO TODOS LOS DIAS A LAS SEIS DE LA TARDE
Llueva, truene o apriete el sol en las grandes ciudades oirás el himno a las 18.00 h. Y no solamente eso, sino que verás cómo muchas personas se paran en la calle, dejan todo lo que están haciendo y se ponen a escuchar con el mayor de los respetos, algunos incluso a cantar.
9) LA FIESTA DE LA LUNA LLENA
Se celebra cada mes en la playa de Haad Rin de la isla de Koh Pha Ngan, cerca de Ko Samui en el golfo de Tailandia. En los años 80 un grupo de mochileros decidieron organizar una fiesta con motivo de la luna llena y el evento se popularizó convirtiéndose en el gran atractivo de esta isla. Todos los mochileros que acuden a Tailandia hacen parada obligatoria en esta fiesta playera a la que acuden mensualmente 20 o 30.000 personas de todas las partes del mundo. Es lo más de lo más en lo que a fiestas playeras se refiere ya que no encontrarás ninguna otras con tal número de asistencia. El alcohol y otras sustancias corren por doquier, el baile, las nuevas amistades y quien saber si historias de amor son el pan de cada noche de la luna llena.
10) FAMILIAS ENTERAS EN CICLOMOTOR
Acostumbrados a que en un ciclomotor sólo puedan ir dos personas y con cascos, quedarás alucinantemente sorprendido al observar, no sólo la cantidad de ciclomotores, sino la capacidad de transportar personas que tienen. En ocasiones te encontrarás con familias de hasta cinco y seis miembros sin casco ni protección alguna, montadas en el ciclomotor y, a la vez, transportando cajas de verduras o gallinas. El ejercicio de equilibrio es impresionante y se entrecruzarán por los sitios más insospechados con una habilidad magistral.
11) EL TUK-TUK
Es la versión motorizada del rickshaw (un pequeño carro de dos ruedas tirado por una persona) o del velotaxi (a pedales). Los primeros aparecieron en los años 60 como avance de los dos anteriores y son muy populares en muchos países asiáticos. Son utilizados por turistas que contratan sus servicios por el mero hecho de utilizarlos, o por gente que los usa a modo de taxi o para transportar mercancías. Es el medio de transporte más barato para trasladarse de un lugar a otro en las grandes ciudades y siempre es interesante mantener una charla con el tuk-tukero para intercambiar visiones del mundo. Una experiencia que se convertirá en algo habitual en tu estancia en Tailandia.
12) EL LEMMONGRASS
La constante presencia de una hierba aromática en las comidas tailandesas, una gastronomía excelente, como hemos dicho, te hará preguntarte todo el rato de qué se trata. Un sabor, obviamente, que no tenemos en España, salvo en los restaurantes especializados en esta cocina. Al principio será un aroma especialmente agradable, pero con el tiempo y dependiendo de cuánto te quedes allí, debido a la saturación, terminarás por empezar a estar cansado de él. Y añorarás, cómo no, la muy española tortillas de patatas. Todo con moderación nunca cansa, pero en exceso puedes llegar a aborrecerlo.
13) LA CONSTANTE PRESENCIA DEL REY
Fotos, carteles, imágenes en las tiendas de televisores, continuos actos públicos para el pueblo, puestos de souvenirs que venden artículos relacionados con el monarca. Está claro, por un lado, que los tailandeses se sienten orgullosos de su rey. Tener una foto con él es lo máximo. Pero claro, no sabemos hasta qué punto esa simpatía por el mandatario no se debe al espectacular aparato de propaganda creado por el poder. Más o menos lo mismo que en nuestro país.
Traveler.es
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