1. Praga, República Checa
La capital checa posee una
arquitectura digna de un cuento de hadas, con influencias tanto del este
como del oeste europeo. Puedes visitar el histórico Puente de Carlos,
que fue durante siglos el único medio que cruzaba el río Moldava, lo que
facilitó que fuera Praga una las ciudades líderes del comercio durante
el siglo XIXP. Pero quizás, lo
que más impresiona de esta ciudad se encuentra en el casco antiguo, como
la Iglesia Gótica de Tyn, la cual compite en belleza con su vecina,
pero barroca Iglesia de San Nicolás. También puedes asombrarte con el
reloj astronómico o bien puedes descansar: la ciudad está llena de
hoteles y boutique acogedoras, como la íntima Cerny Slon (Elefante
Negro), ubicado en pleno barrio histórico.
Una ciudad perfecta para románticos y cosmopolitas.
Una ciudad perfecta para románticos y cosmopolitas.
2. Melbourne, Australia
Vámonos un poco más lejos, a Oceanía y conozcamos Melbourne; una
ciudad que huele a café… Y bueno, también a mucha comida. Sí comida;
pero no cualquiera, Melbourne es escenario de una gastronomía impulsada
por las olas de inmigración de Grecia, Turquía y el Líbano, así como de
Vietnam e Indonesia. Esa misma diversidad cultural ha ayudado a que por
ejemplo, su principal mercado: el Queen Victoria Market sea hoy una
institución; fabulosamente vibrante, con sus pasillos abovedados y
coloridos puestos de venta de pescado, queso, libros de segunda mano y
ropa de época.
3. Viena, Austria
Volvamos a Europa para caminar por las calles de la que alguna vez fue considerada la capital de la música. Más
allá de manjares dulces, Viena cuenta con un patrimonio cultural para
rivalizar con París: fue la cuna de gran parte de la música del mundo
más grande clásica, una guardería de Mozart, Beethoven, Schubert, Haydn,
y el asistente de vals Johann Strauss. Y
los turistas también pueden explorar la gloriosa Museums Quartier,
entre los complejos de arte más grandes del mundo, con viejos maestros
que se exhiben en el trabajo Albertina y más contemporáneo que se
muestra en el Museo MUMOK de Arte Moderno.
4. Estocolmo, Suecia
Resulta inverosímil creer que en
siglos pasados, Estocolmo era el punto de de encuentro de los más
salvajes vikingos. Hoy en cambio, Estocolmo es una ciudad es dueña de
los puentes elegantes, el más amplio cielo y el agua brillante de todas
Ya no quedan puestos de herreros, éstos han sido reemplazados por las
más finas cafeterías de Europa; además de un montón de buenos
restaurantes, algunos con vistas a los fabulosos bosques de la ciudad.
5. Quebec, Canadá
Quebec es el Paris que limita con los
EE.UU. Con sus calles empedradas, casas del siglo 17 e iglesias
góticas, uno pensaría que está plena capital europea. Ademas, cuenta con
la mayor población de habla francesa del mundo. No es raro encontrarse
con plazas y avenidas llenas de luces de colores que parecen estar
imitando la noche de Paris, pero lo cierto es que esta ciudad canadiense
también brilla por luz propia.
Si París es la capital mundial del romance, Sevilla es la capital de la pasión. El vertiginoso ritmo del flamengo está presente en todas sus calles, bares y sobre todo en las personas. Ideal para ir con tu pareja, tomar un buen vino, y dejarse llevar por la salvaje gastronomía del lugar y el frenetismo de sus luces.
6. Sevilla, España
Si París es la capital mundial del romance, Sevilla es la capital de la pasión. El vertiginoso ritmo del flamengo está presente en todas sus calles, bares y sobre todo en las personas. Ideal para ir con tu pareja, tomar un buen vino, y dejarse llevar por la salvaje gastronomía del lugar y el frenetismo de sus luces.
7. Florencia, Italia
Se trata de la ciudad más importante de
Europa durante 250 años y la cuna del Renacimiento italiano, se podría
decir que Florencia fue siglos antes lo que hoy es París. Cada uno de
sus puentes y esquinas de las calles son ideales para disfrutar de las
vistas sublimes que se abren desde los techos. Las calles de la ciudad
están llenas de pequeños cafés y restaurantes con la más esquisita
gastronomía italiana.
8. Montreal, Canadá
De nuevo Canada, pero esta vez nos
referimos a una ciudad más grande, y antigua sede de los juegos
olímpicos. Puedes maravillarte con la arquitectura neo-gótica de la
basílica de Notre-Dame, o bien hacer una pausa para tomarte un café en
cada esquina. La ciudad es nocturna, romántica, cosmopolita y joven. Mientras más al norte vayas, más colores y moda encuentras. Montreal
es también uno de los principales destinos gastronómicos de América del
Norte, lleno de fabulosos mercados de alimentos, grandes pastelerías,
tiendas de delicatessen innovadoras y restaurantes de primera clase.
9. Buenos Aires, Argentina
Buenos Aires es el reflejo parisino en Latinoamérica, y esto se ve en
gran parte en la arquitectura; es cuestión de entrar a la catedral de
Buenos Aires. Por lo demás, el encanto cultural de esta ciudad es
incomparable: en cada esquina hay una librería. Si vas al centro, junto
con tomarte una foto junto al obelisco, puede dar un paseo por el teatro
Colón, o bien tomarte un café en las múltiples cafeterías y pizzerías.
Otras recomendaciones son ir al barrio Palermo o quizás ir un poco más
lejos (no mucho) y asombrarse con las maravillas del barrio Tigre.
10. Ámsterdam, Holanda
Amsterdam es conocida por varias de las mismas cualidades que París. Específicamente por su trío de galerías de arte de clase mundial, aunque ninguna tan icónica como el Louvre. En el Rijksmuseum, por ejemplo, cuelga Rembrandt junto a obras de otros viejos maestros como Jan Steen y Jan Vermeer. O sino está el Museo Van Gogh, que tiene la exclusividad de las pinturas del artista expresionista. Y por último, se encuentra el Stedelijk Museum, que alberga una magnífica colección de arte moderno y contemporáneo.
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