En esta ocasión, te mostramos una gran lista de rincones del mundo que son perfectos para desaparecer, ya que, por ahora, no hay opción de mudarse de planeta.
San Pedro de Atacama, Chile

Viajar a San Pedro de Atacama es
similar a viajar a la Luna sin salir de la Tierra. ¿Podría sonar mejor
si tu objetivo es desaparecer del mundo? El extenso desierto de Atacama,
el más árido de la Tierra si no tenemos en cuenta los polares, ocupa
una superficie de más de 100.000 kilómetros cuadrados. Ahí no sólo
puedes desaparecer, sino incluso perderte con facilidad.
Lhasa, China

Lhasa, la capital del Tíbet,
es un tranquilo lugar lleno de paz y armonía. Es precisamente
allí donde se encuentra el Palacio Potala, el situado a mayor altitud de
todo el planeta: a 3.700 metros. Es el hogar del Dalai Lama, así que
quizás tengas más fácil aquello de encontrar la paz interior si estás
rodeado de monjes budistas tibetanos.
Glencoe, Gran Bretaña

En plenas highlands escocesas se encuentra Glencoe,
una de esas poblaciones con encanto a los que muchos temen ir por si
acaso no quieren volver nunca a su verdadero hogar. Entre lagos, valles y
montañas aparece Glencoe, un lugar de tierras vírgenes y naturaleza
salvaje. ¿Dónde hay que firmar?
Yangshuo, China

A orillas de los ríos Yulong y Lijiang se encuentra Yangshuo,
una remota población en la región china de Guangxi, al sur del gigante
asiático. Yangshuo es famoso por su paisaje kárstico que aparece en los
billetes de 20 yuanes. Entre arrozales y colinas que parecen emerger de
la nada, este lugar se convierte en uno de esos paisajes oníricos dignos
de película.
Banff, Canadá

En plenas Rocosas canadienses se encuentra Banff que,
con su Parque Nacional, es el lugar perfecto para desconectar y
respirar aire puro. Rodeado de bosques, montañas, ríos y lagos, Banff
enamora a cualquiera. Osos negros, pumas, linces, alces, nutrias y lobos
serán algunos de tus compañeros en esta aventura.
Kotor, Montenegro

El pequeño pueblo fortificado de Kotor,
situado en una preciosa bahía de Montenegro, es una de esas sorpresas
desconocidas que esconde la infravalorada Europa del Este. Tal vez esto
sea una gran ventaja, ya que puedes desaparecer del mundo en uno de los
lugares más bellos del planeta y, además, sin grandes masas de turistas.
Samos, Grecia

Fuera del clásico circuito turístico Atenas – Santorini – Mykonos se encuentra Samos,
una de las islas griegas más desconocidas y más auténticas, que nada
tiene que envidiar a sus vecinas. Se encuentra al este del mar Egeo,
casi en Turquía, y todos los que la visitan están de acuerdo: su gente
se caracteriza por su inmensa hospitalidad.
Lao Cai, Vietnam

La provincia de Lao Cai,
al norte de Vietnam y en la frontera de la provincia china de Yunnan,
es un símbolo de las auténticas constantes en la vida vietnamita:
felicidad, hospitalidad y humildad. En ella se encuentra el paradisíaco
Valle de Sapa, un lugar al que apenas llegan las carreteras: lo mejor
para llegar allí es coger un largo tren nocturno desde Hanoi, la capital
del país.
Favignana, Italia

La pequeña isla de Favignana,
cerca de la popular Sicilia, es una de esas grandes desconocidas del
Mediterráneo. La tranquilidad de esta isla repleta de acantilados y
calas se une a la gran historia que esconde: está repleta de vestigios
de una gran ciudad cartaginesa. Un precioso lugar para olvidarse de la
civilización.
Longyearbyen, Noruega

En pleno océano Glacial Ártico se encuentra el archipiélago de las islas Svalbard, siendo Longyeabyen el
mayor de sus asentamientos, con unos 2.000 habitantes. Entre osos
polares, perros de nieve y un hielo permanente, Longyearbyen acoge la
universidad más septentrional del mundo. Si algún inconveniente puede
tener es su temperatura: aunque en invierno se suelen alcanzar los -21
grados con facilidad, en alguna ocasión se llega ¡a los -46 grados! Hace
ya varias décadas sus habitantes descubrieron que los cadáveres de su
cementerio jamás se descomponían.
Huffington Post
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