Es la época de más calor en Curaçao, la pequeña isla del Caribe sur (fuera del cinturón de huracanes) cuyas raíces negras y costumbres europeas hacen sentir al primer mundo un poco más cerca. La brisa constante da alivio y refresca.
Las 35 playas de agua cristalina y arena clara, con reconocimientos internacionales por su exuberancia, son disfrutadas por personas de distintos orígenes. En ese país de solo 444 kilómetros cuadrados viven oriundos de 50 naciones, y los visitantes se cruzan entre ambos continentes. Diversidad racial y cultural conviven sin alboroto en la isla que es toda una maravilla de colores.
Allí se conjugan historia, gastronomía, aventura marina y contemplación, con acceso para distintos bolsillos. No hay nada más que pedir.
Una ciudad histórica Llena de magia
Si hay alguna fábrica de fotos es Willestad, la capital curazoleña, cuyos colores vibrantes y arquitectura holandesa lo obligan a captar el momento, así que no es gratuito que al menos 800 de las construcciones estén protegidas como patrimonio de la Unesco.
Allí encontrará el puente de la Reina Emma, que se abre al paso de los barcos, una reliquia de la humanidad construida en 1888 sobre la bahía de Santa Ana y que une a los barrios de Punda y Otrobanda.
Esa es la zona más comercial del país, donde encontrará todo tipo de restaurantes, bares y cafés.
Si da con una buena guía como Anaïs Arundel, conocerá pormenores de la historia de esa nación que fue robada dos veces, cuenta ella: la primera de los españoles a los indígenas nativos y luego de los holandeses a los españoles, lo que los convirtió en una “maravillosa mezcla”, echa con sudor y lágrimas. Los nativos negros de Curaçao fueron esclavizados por españoles y holandeses, y la isla se convirtió en el principal mercado de esclavos en el Caribe.
Para volver al presente, puede almorzar en el Mercado Viejo de Punda, especialmente en Zus di Plaza, un pargo rojo con arroz y funchi, una masa de harina pan, típica de la región, cuya preparación más rica al paladar es en bastones fritos, con una limonada natural helada. Como postre, una arepa de pampuna, una preparación de ahuyama dulce. Almorzará con 12 dólares.
Para la cena la recomendación es el restaurante Noa Handelskade, donde el chef Gustavo Colonelo lo deleitará con un jugoso filet mignon servido con champiñones, papas a la francesa y tomate cherry. De postre el oreo cheescake, una delicia. Pagará unos 25 dólares.
Las playas más hermosas del caribe
Las de esta isla son pequeñas en comparación con las largas extensiones de playas colombianas, sin embargo, tres o cuatro cuadras son suficientes para darle descanso y un buen bronceado.
La más recomendada es Playa Kenepa, que ha ganado en varias oportunidades el reconocimiento como la mejor del mundo. Es pública, por lo que no es necesario pagar por el acceso, como en la mayoría de las de Curaçao, aunque si desea utilizar alguna de las sillas le costará unos 3 dólares. Si bien encontrará en el parqueadero algunas ventas de entremeses, la recomendación es llevar algo de comida.
Caracas Baii es otra maravilla de agua cristalina, la segunda bahía más grande del país, en donde además se encuentra el restaurante Brisa do Mar, no puede perderse el arroz moro (arroz café con frijol), muy tradicional en el caribe, que venden con carne, pollo o pescado, en múltiples preparaciones.
Aventura marina en aguas cristalinas
Si lo que quiere es conocer la vida marina del Caribe, Curaçao tiene la respuesta. El agua es tan cristalina que con snorkel, sin tener que sumergirse en las profundidades, puede ver los arrecifes, los peces y las rayas como si estuviera en lo más profundo. Pero si es más arriesgado, la isla le ofrece 83 sitios acreditados internacionalmente para el buceo.
No puede perderse el Salón Azul, una caverna en el mar creada luego de una erosión volcánica y menos si la experiencia puede tenerla con los marineros de la embarcación Pelikan, siempre pendientes de que se sienta a gusto, quienes lo esperarán con una espectacular barbacoa a bordo. El recorrido en la embarcación cuesta 75 dólares y realizará dos paradas para caretiar.
Ahora, si el plan es un poco más relajado puede conocer las profundidades del Océano desde la comodidad del aire acondicionado, con la nueva atracción del Seaquarium, un observatorio submarino que lo ubica 5,2 metros bajo el agua, y después podrá observar el show de delfines, que emociona al borde de las lágrimas. Allí podrá contemplar a más de 350 especies.
Opciones para hospedarse en la isla
Curaçao tiene una gran oferta hotelera y varias marcas prometen llegar pronto, como Marrier Resort, Corendon y Hard Rock, ya que la ocupación hotelera es alta.. El año pasado, según las cifras de la Oficina de Turismo estuvo en el 78 %.
Actualmente, uno de los mejores sitios es el Santa Bárbara Beach and Golf Resort, 2.000 acres de paraíso caribeño con espacios familiares y para adultos.
Es un resort en el que puede comprar un paquete con solo desayuno hasta el todo incluido, con una hermosa playa de arena blanca, con un lujoso servicio de spa y la posibilidad de programar actividades como snorkel, recorridos en bicicleta, viajes en yate, entre otros. El coctel de la casa tiene notas dulces y una linda apariencia, pídalo. El breakfast plan arranca en 174 dólares la noche y el todo incluido a 304 dólares.
Otros hoteles recomendados para colombianos son el Sunscape Curaçao Resort Spa and Casino todo incluido que ofrece paquetes desde 2.900.000 pesos con vuelos incluido desde Medellín, y el Dolphin Suits, único hospedaje en la isla con acceso completo para personas con movilidad reducida.
Recomendaciones para colombianos
Aunque Curaçao es un territorio del Reino de los Países Bajos, el idioma no será ningún problema durante su estancia, ya que los curazoleños son políglotas, en su inmensa mayoría hablan papiamento, holandés e inglés, desde que empiezan a balbucear, y cerca de la mitad de la población conoce el español, así que en cada restaurante o sitio público hallará quien lo ayude.
Lo más prudente para moverse en la isla es alquilar un vehículo, ya que lo consigue desde 35 dólares al día y una carrera de taxi para atravesar de un extremo al otro la isla puede costarle hasta 75 dólares. Los buses no son muy comunes ni lo llevan a todas partes. Para alquilar un carro solo requiere pase para conducir y tarjeta de crédito.
En Curaçao es común que le reciban dólares, cada uno vale 1.75 florines, pero es posible que la devuelta sea en la moneda local.
El agua no será problema, es potable y de la misma calidad en toda la isla.
Y no olvide vacunarse contra la fiebre amarilla, es posible que le exijan el carné de vacunación para ingresar.
El Colombiano
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