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martes, 29 de marzo de 2016

Qué puedes llevar y qué no en el equipaje de mano cuando viajas en avión

Artículos como los encendedores o cuchillas desechables están permitidos pero otros muchos se quedarán en tierra.

Foto: Isabel Permuy

Si preparar la maleta es ya de por si un quebradero de cabeza para muchos viajeros no lo es menos el saber qué se puede llevar o que no en el equipaje de mano cuando se viaja en avión de hecho, el 85 por ciento de los viajeros afirma no estar seguro de aquellos artículos que son necesarios facturar.


Hay una gran cantidad de artículos que habitualmente generan dudas entre los viajeros a la hora de preparar su equipaje de mano. De hecho, el 51% reconoce haberse visto obligado a deshacerse de ciertos artículos a la hora de pasar por el control de seguridad del aeropuerto al desconocer que estuvieran prohibidos en el equipaje de mano.


Agujas, cuchillas o cortaúñas


Según el estudio ocho de cada diez viajeros españoles cree que las agujas de hacer punto forman parte del listado de productos prohibidos en las cabinas de los aviones aunque, por extraño que parezca, no sea así. Las cuchillas de afeitar son otro de los artículos que más dudas generan. El 75% cree que no se pueden trasportar y tampoco están en lo cierto. Las de usar y tirar están permitidas, mientras que son las navajas de afeitar o las tijeras cuyas hojas superen los 6 centímetros de longitud a partir del eje las que deberán ser facturadas, ya que están consideradas productos peligrosos. En cambio, es posible incluir un cortaúñas o unas pinzas de depilar, artículos que más de las mitad de los viajeros teme meter en sus maletas de mano por si no estuviera autorizado viajar con ellas a bordo.

Encendedores y cerillas


Pese a que dos de cada diez españoles crea que otros elementos de uso diario, como pueden ser las planchas de viaje, los paraguas o los bastones están prohibidos, pueden llevarse como equipaje de mano sin problemas. Uno de cada dos consultados cree que los mecheros tampoco se pueden llevar encima al subir al avión, aunque estén permitidos no así las cerillas de las que habrá que desprenderse si no se factura la maleta.

Qué hago con los líquidos

A la hora de hacer la maleta, es muy importante tener claras las restricciones que existen de cara a trasportar en el equipaje de mano objetos de nuestro cuidado diario. Cualquier envase de líquido superior a 100 ml será requisado en el control de seguridad, por lo que es importante hacerse con frascos de gel, champú, crema facial o pasta de dientes más pequeños de lo habitual o en «tamaño viaje» (100 ml). Lo mismo ocurre con el desodorante o el perfume, así que es recomendable traspasar parte de ese líquido a un nebulizador de, como máximo, la dimensión indicada.

Además, todo ello debe ir en una bolsa transparente con sistema de cierre y un volumen total no mayor a un litro, y deberá colocarse de manera visible y separada del resto de equipaje en la bandeja de inspección. No importa que el bote que llevemos esté medio vacío; cualquier recipiente que supere los 100ml. quedará en tierra, algo que desconoce el 37% de los viajeros.

Alimentos en cabina


En relación a los alimentos, cerca del 25% de los consultados españoles cree que no se aceptan en cabina, y son muchos los que evitan llevar consigo sándwiches o embutidos envasados, pese a estar permitidos. También lo están los recipientes de miel o mermelada que, al considerarse líquidos, no pueden superar los 100 ml y tienen que viajar en la bolsa de plástico mencionada.

Medicamentos permitidos


Los medicamentos líquidos están exentos de las restricciones de líquidos, siempre que su uso sea necesario a lo largo del viaje, que incluye vuelos de ida y vuelta más estancia. La medicación debe presentarse separada en el control de seguridad, fuera de la bolsa transparente y, en la medida de lo posible, es aconsejable llevar la receta médica o justificante, ya que puede ser requerida. En el caso de que necesites otro tipo de material médico, como jeringuillas para diabéticos, o viajes fuera de la Unión Europea, avisa previamente a tu compañía aérea para que te informe.

ABC

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viernes, 2 de octubre de 2015

Qué te puedes llevar y qué no de un hotel

Hay algo que nos gusta más que pontificar y es pontificar polemizando. Hoy lanzamos un tema controvertido del que todos tenemos una opinión y una anécdota: ¿qué se puede y qué no se puede “robar” de un hotel?

Etiqueta para cleptómanos: Qué se puede robar y qué no de un hotel

La teoría moral y hotelera dice que solo se pueden llevar toiletries y quizás, el bolígrafo y el el bloc de notas (publicidad leve pero gratis). La realidad dice que el huésped se lleva todo lo que puede sin sonrojarse. Y el límite del sonrojo es muy amplio. Todos tenemos un cleptómano dentro más o menos reprimido y el hotel es su campo de juegos. Se roba porque uno se siente con derecho: si pago, algo me corresponde, parece ser el perverso razonamiento. También porque no hay detector de seguridad a la salida.

Una importante cadena de hoteles española cuenta que los huéspedes se llevan lamparillas de lectura, cuberterías del restaurante y hasta carteles identificadores del desayuno. Las bombillas son también muy codiciadas. Nota mental: pensar qué circuitos mentales tiene alguien que desenrosca una bombilla de un hotel y la mete en su bolsa de viaje. Dejemos las cosas claras, enemigos de la ajeno.

SÍ SE PUEDE

- Las toiletries o amenities del cuarto de baño: el hotel cuenta con ello. Si nos alojamos en un lugar estupendérrimo podemos hasta llevarnos nuestros productos de casa para ni rozar lo del hotel. Pero, ¿dónde está el límite? Si dormimos cuatro noches ¿puedo guardarme cada noche cinco botecitos y cuatro pastillas de jabón? El límite lo marca el sentido común y el tamaño de la maleta. Algunos hoteles plantean otra fórmula: ofrecen mucha variedad de productos y de tamaño grande. Se pueden usar sin control pero si se quieren hay que comprarlos. Todos los Soho House lo hacen. Y hacen bien.

- El bolígrafo y el bloc de notas: todo aquello que sea pequeño y tenga el logo del hotel. Se puede y hasta se debe. Así haremos marca. Hay hoteles que cuidan con esmero la papelería como The Langham, en Londres. Tengo varios bolígrafos y hasta las tarjetas que indican el tiempo del día siguiente. El buen diseño es irresistible hasta para huéspedes controladas como yo.

- Los bombones que colocan en la almohada en el “turn down, cuando preparan la habitación para el sueño. También la fruta o los frutos secos. Se pueden comer. Guardar la fruta es cutre. Llevar los bombones a mamá no.

- La botella de agua. Depende. Si lo indica con claridad sí. Si no, nos pueden exigir pagarlo a la salida. Como regla general, todo lo que lleva delante las palabras complimentary, gratis o free.


- Bonus tracks. Hay hoteles que, generosos, ofrecen amenities extraordinarias que sí podemos llevarnos. El Conrad de Tokio tiene pequeños ositos de tela, La Mamounia ofrece Havaianas para bajar a la piscina y en el Mas de Torrent es posible guardar en la maleta un ramillete de hierbas aromáticas de su huerto.

DUDAS:

Las revistas, las zapatillas y las bolsas de tela de ropa sucia y/o zapatos entran en la categoría de “podría ser pero lo voy a pensar y/o hacer con timidez” . De nuevo, el sentido común, el menos común de los sentidos, manda. Si nos enamoramos, habrá que hacerlo. Si podemos vivir sin ellos, mejor dejarlo.

NO SE PUEDE:

- Toallas. NO. Y ya. Sin discusión. En Holiday Inn realizaron un estudio en 2008 que mostraba que había desaparecido más de medio millón de toallas. Decidieron rentabilizar esto: por cada huésped que contara online que se había llevado uno donarían 1 dólar a una ONG. Se llamó el “Día de la Amnistía Toallera”.


- Albornoces. Son los primos de las toallas y tampoco. Ni siquiera esos aterciopelados y de la talla apropiada que hay en los Mandarin Oriental.

Traveler


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