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lunes, 1 de septiembre de 2014

Turismo de ultratumba

Miles de visitantes de todo el mundo llegan cada año a los cementerios más antiguos para conocer la morada eterna de los más grandes personajes de la historia occidental.   

Turismo de ultratumba     

La necrópolis de Glasgow, en Escocia, es un cementerio victoriano que fue fundado en 1831. / 123rf

Históricos y teatrales. Así son los fastuosos cementerios en donde permanecen los grandes, los líderes, los que no se olvidan. Aquellos que dejaron prosas, sonatas, pinturas y heroicas anécdotas. Parece increíble que sus cuerpos permanezcan allí, en la penumbra de los mausoleos, a pocos metros bajo la hiedra seca y entre hileras de mármoles desordenados, a donde llegan los apasionados y los curiosos.

Las tumbas más visitadas están en Europa. Aquellas que están ubicadas en los cementerios de Pére-Lachaise de París o el Highgate de Londres, donde miles llegan a leer y repasar los epitafios. “Aquí yace Moliére, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien”, reza la inscripción del dramaturgo francés del siglo XVII. O el famoso “Luz, más luz” del escritor alemán Johann W. Goethe. E incluso hay muchos que se acercan a pintar la cabellera de piedra de Jim Morrison y a descifrar la inscripción de su lápida: “Kata ton daimona eaytoy” (“De acuerdo con su propio espíritu”, escrita en griego clásico).

No importa cuál haya sido su disciplina. La herencia que le dejaron al mundo es suficiente para visitarlos en sus eternas moradas, porque su brillo no murió para siempre.

- CHOPIN Y LA MUSA
Ubicada en la necrópolis de Père-Lachaise de París, se encuentra la tumba del famoso compositor y pianista polaco Federico Chopin. Su cuerpo fue depositado en un panteón el 30 de octubre de 1849 y le fue esparcida tierra de su país natal, la misma que él había guardado en una urna desde 1830. En la cima del sepulcro se levanta Euterpe, musa de la música, que con las cuerdas rotas de su lira observa melancólica el rostro del músico. El recorrido suele prolongarse hasta Louvre, donde se conserva el retrato de Chopin hecho por Delacroix en 1838.


- LOS BESOS DE WILDE

El lugar en donde reposan los restos de Oscar Wilde, en el cementerio Père-Lachaise, en París, fue hasta hace dos años un epicentro de demostración de amor. Cientos de personas llegaban hasta allí para contemplar y besar el panteón del escritor irlandés, autor de ‘El retrato de Dorian Gray’. Ahora, pese a que fue instalado un vidrio de dos metros para proteger el monumento, los visitantes siguen estampando allí sus labios pintados. Esa práctica no deja de ser sagrada.

- ROSTRO DE LOS TRABAJADORES

“Trabajadores de todos los países uníos”, es una de la inscripciones más leídas del cementerio de Highgate de Londres (Inglaterra), por estar grabada justo debajo del imponente busto del filósofo y activista revolucionario Carlos Marx. En su tumba fueron enterrados otros miembros de su familia, así como su fiel sirvienta Helene Demuth, con quien tuvo un hijo. Hoy, el sepulcro está cubierto de flores, flanqueado por caminos de arena, árboles retorcidos y, paradójicamente, ocupa uno de los suelos inmobiliarios más costosos de la ciudad.

- ESCENARIO DE TERTULIA

Como muchas de las esculturas y mausoleos   en honor a la memoria de pensadores y artistas cuyos despojos permanecen en los cementerios de París, el del novelista francés Honoré de Balzac es punto de encuentro de quienes desean leer en voz alta apartados de ‘La comedia humana’ y abrir un espacio para el debate literario en el que se incluyen textos de Victor Hugo, La Fontaine y Molière.

El Espectador

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