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viernes, 21 de noviembre de 2014

Jamaica: aventura y descanso en el Caribe

Playas, acantilados, música, cabalgatas y hasta un poco de terror en esta isla relajada.

En Negril los caballos están entrenados para meterse al mar.
                    En Negril los caballos están entrenados para meterse al mar.                                 
A Jamaica se llega con una idea preconcebida de lo que se puede encontrar: paradisiacas playas, hoteles y resorts de lujo, rastafaris y reggae. Lo que no muchos saben es que Jamaica no solo es un destino ideal para descansar y dejarse atender en sus plácidas y extensas playas.

Su mar Caribe turquesa y sus arenas blancas contrastan con el verde intenso y espeso de sus bosques; un paisaje agreste que invita a la aventura.

A 40 minutos desde la ciudad de Montego Bay, por una carretera destapada y en algunos puntos rodeada de una vasta vegetación que parece tragarse el camino, se llega a River Bumpkin Farm, en la selva de Trelawny. 

El río Martha Brae se recorre en estos neumáticos.

Es una granja dedicada al ecoturismo que ofrece actividades en agua como el tubing, una modalidad de rafting en neumáticos de carro. El río Martha Brae, aparentemente caudaloso y salvaje, se muestra como un plan aventurero; para la expedición es necesario un casco y un chaleco salvavidas. En grupos de hasta cinco personas, cada una sentada en un neumático naranja, con un guía a la cabeza, comienza una jornada que termina siendo de total relax y no una descarga de adrenalina.

Es la isla del no problem, Lyodd Kerr –también conocido como cabeza babosa por carecer de las típicas trenzas de los rastafaris– canta mientras nos guía. No puede entonar letras distintas a las del ídolo jamaiquino Bob Marley (Everything’s gonna be alright).

Los rastafaris jamaiquinos evocan al legendario Bob Marley.

Los guías se detienen a la orilla del río para ofrecernos el agua fresca de un coco que acaban de bajar de una palmera, y para dar comienzo a una sesión de spa selvático.

Con sus grandes manos, Kerr rastrilla dos piedras grises, como si fueran pompas de jabón, que sueltan un barro cremoso y suave con el que nos hacen un masaje de piernas y brazos.

Tras una ducha, todos se alistan para disfrutar de un almuerzo típico de la isla: un gustoso pollo jerk –el plato típico–, marinado con aromáticas especias de la zona y arroz con fríjoles negros. El ingrediente fundamental en su gastronomía es la hoja de pimiento que compone las jerk spices de aroma dulce, picante y fresco a la vez.

Cabalgata en tierra y mar

El mar que baña a Jamaica se mueve entre todos los tonos del verde y el azul

Dos veces al día, entre seis y diez caballos están dispuestos para llevar a los turistas a recorrer varios kilómetros de la reserva Royal Palm de la ciudad de Negril. Los animales se dejan montar con tanta nobleza que hasta el más inexperto se siente seguro. En fila india, perfectamente entrenados, galopan sin tropiezos por los angostos caminos de las colinas.

Luego de hora y media por la reserva de la Royal Palm, unos más ansiosos que otros, los caballos entran sutilmente al mar. Algunos mojan sus patas y vuelven a salir, como si se tratara de un juego; otros se meten hasta que dan la impresión de flotar. Hay unos que se hunden casi hasta el cuello. Dan vueltas en el agua, hasta que posan uno al lado del otro, para la foto final.
Luego del recorrido, los turistas pueden darse un baño o nadar, un par de kilómetros arriba, en las tranquilas aguas del mar Caribe que baña a Negril.

La reserva es un bosque protegido dentro de la Ciénaga Grande de la ciudad. Cuenta con 300 especies de animales, entre pájaros, mariposas y reptiles. Ofrece actividades de pesca en las que el turista puede alquilar una caña, comprar gusanos como carnada y probar suerte. También es posible observar aves, pues más de 50 especies habitan el lugar. Otro buen plan es contemplar a los cocodrilos en su hábitat.

Playas y acantilados

Son muchos los atractivos de Negril, ciudad ubicada a solo una hora y quince minutos del aeropuerto internacional Sir Donald Sangster, en Montego Bay.

Hay que ver los acantilados de West End, construidos por la fuerza del mar y el viento sobre roca de coral; después de contemplar este espectáculo natural es posible bucear y hacer esnórquel. Jamaica cuenta con una muy bien conservada fauna marina.

Otros viajeros prefieren visitar el faro que está situado al sur, en el extremo occidental de la isla. Fue levantado el siglo pasado para guiar a los barcos. Desde su punta, hasta donde se puede subir, se observa una bella panorámica de la ciudad. Estando en Negril no puede dejar de visitar y disfrutar de su playa, mundialmente conocida como Siete Millas. Se llama así por su extensión, aunque no alcanza a medir siete millas. Allí, en la que es considerada una de las playas más hermosas del planeta, se grabó la película La laguna azul. En esta playa, larguísima y de arena tostada, es posible descansar, disfrutar de las aguas cálidas del Caribe, tomarse un coctel refrescante y comprar artesanías a buenos precios.

También en Negril queda el Dolphin Cove, un complejo donde se puede descubrir la forma de vida de los delfines y hasta nadar con ellos.

Una mansión del terror

La mansión Rose Hall, encumbrada en una colina de Montego Bay, atrae a turistas con su espeluznante historia.

Si quiere explorar atractivos de Jamaica que no sean de naturaleza, un plan interesante es conocer la mansión Rose Hall, encumbrada en una colina de Montego Bay. Famosa por la supuesta maldad de su propietaria, Annie Mae Patterson, funciona hoy como museo y centro de eventos. El mayor atractivo lo hace precisamente su espeluznante historia, que narran los guías con simpatía y suspenso en una de “las casas embrujadas más famosas del mundo”.

Cuentan que la misteriosa mansión fue construida en el año de 1770 por un millonario llamado George Hall, quien se casó con Patterson; la mujer lo asesinó poco tiempo después –cuenta la leyenda–. Luego consiguió dos nuevos esposos, a quienes también habría matado.

Los cuerpos de sus víctimas, dicen, fueron enterrados a los alrededores de la casa, en los jardines que en las noches se iluminan de colores. A los turistas les cuentan que en uno de los espejos de la mansión se ven espectros de la dueña de casa y de sus esposos. Y todos quieren comprobarlo.

Por su maldad y maltratos, la mujer, que tenía conocimientos en brujería, fue asesinada por sus empleados. Dicen que la quemaron con todo y casa.

Los más incrédulos visitan la mansión simplemente por el placer de conocer su arquitectura, de estilo inglés, al igual que los objetos de decoración y muebles de los siglos XVII, XVIII y XIX. La casa tiene vista al Caribe y queda 15 kilómetros al este de Montego Bay.

Si usted va
Los colombianos no necesitan visa para viajar a Jamaica.
Copa Airlines opera cuatro vuelos semanales entre Bogotá y Montego Bay (Jamaica) con escala en Ciudad de Panamá.
El idioma oficial de la isla es el patois jamaiquino, pero casi todos sus habitantes hablan inglés.
La moneda oficial es el dólar jamaiquino, pero se reciben dólares americanos.


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