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miércoles, 11 de septiembre de 2019

Turquía: una aventura a través de la historia

Sus templos y teatros hacen de este uno de los mejores destinos para sumergirse en el mundo clásico.

Estambul

Durante muchos años se pensó que Troya no era más que un mito hasta que, en el siglo XIX, Heinrich Schliemann, un acaudalado alemán metido a arqueólogo, basándose en las teorías de un estudioso norteamericano y en los datos geográficos recogidos en la ‘Ilíada’, comenzó a excavar y encontró las ruinas de Troya.

En realidad, lo que descubrió fueron los restos de diez ciudades superpuestas que ocuparon ese lugar a lo largo de los siglos. La que parece corresponderse con la de la ‘Ilíada’ es Troya VI, de la que se conservan parte de la muralla y una torre.


A la entrada del yacimiento se alza un gran caballo de madera que rememora la treta de Ulises. Según cuenta el poeta Virgilio en la ‘Eneida’, este caudillo griego consiguió que los troyanos introdujeran en su ciudad un enorme caballo de madera como ofrenda a los dioses.

Pero se trataba de un regalo envenenado, pues en su interior se escondían soldados que abrieron las puertas de la ciudad a los ejércitos griegos, lo que supuso la destrucción de Troya.


La ciudad de pergaminos

A unos 200 kilómetros de Troya se sitúa la antigua ciudad de Pérgamo. Allí se conserva parte del Asclepión (Asclepio era el dios griego de la medicina), un afamado hospital que vivió su periodo de mayor esplendor en el siglo II d. C., la época de Galeno, que nació en Pérgamo.

El Asclepión se halla algo retirado de la acrópolis de Pérgamo. Para llegar a esta acrópolis hay que adentrarse en la actual ciudad de Bérgama y subir en teleférico. Sus principales construcciones son el templo de Trajano, el teatro, el altar de Zeus y la biblioteca.

El templo de Trajano es el único edificio de origen romano y fue construido en el siglo II d. C., durante los reinados de Trajano y Adriano.

El resto de los monumentos son de origen griego, más antiguos. Llama especialmente la atención el teatro por su impresionante inclinación, con sus gradas excavadas en la montaña para un aforo de 10.000 espectadores.

Del altar de Zeus solo queda en Pérgamo el basamento, pues el resto del monumento se encuentra en el Museo de Pérgamo de Berlín (Alemania).

Otro de los grandes tesoros de Pérgamo era su biblioteca, la segunda en importancia del mundo antiguo, solo superada en número de ejemplares por la de Alejandría. De hecho, los egipcios, por temor a que Pérgamo atrajera a los eruditos, dejaron de suministrarle papiros procedentes del Nilo.

Ante el desabastecimiento, los sabios de la ciudad inventaron un nuevo material para escribir elaborado con pieles de animales. Así nació el pergamino.


La magnífica Éfeso

Otra biblioteca destacable es la de Celso, en la ciudad de Éfeso, situada unos 200 kilómetros al sur de Pérgamo. Éfeso, que llegó a ser capital provincial durante el Imperio romano, es la ciudad clásica mejor conservada del este del Mediterráneo. Uno de los edificios más impresionantes de esta urbe es precisamente la biblioteca de Celso.

Celso Polemeno fue el gobernador romano de Asia Menor, según reza una inscripción en griego y latín que se halla en el propio edificio. Luego de su muerte, su hijo mandó construir esta biblioteca en su honor.

A ella se accede desde la vía de los Curetos, una de las principales avenidas de la ciudad. Allí se encuentra el templo de Adriano, construido y consagrado a este emperador en el siglo II d. C.

Caminando unos metros más por la vía de los Curetos llegamos a la letrina, el excusado de la ciudad, que data del siglo I d. C. y, al final de la vía de los Curetos, se halla la biblioteca de Celso. Junto a ella, la puerta de Maceo-Mitrídates, en forma de arco de triunfo, conduce al ágora comercial.

Otro de los edificios más destacados de Éfeso es el gran teatro, construido por los griegos en el siglo III a. C. y reedificado por los romanos en el siglo I d. C.

Se llega a él por la vía de mármol, en una de cuyas aceras se aprecia un grabado que representa a una mujer, un corazón y un pie que señala hacia el burdel.


Afrodisia y el mármol

Desde Éfeso nos dirigimos hacia el interior de Turquía, y a unos 160 kilómetros encontramos Afrodisias, una antigua ciudad que toma su nombre de Afrodita, la diosa griega del amor y la belleza.
Esta contaba con un importante templo dedicado a la diosa, que era lugar de peregrinación y del cual quedan algunas columnas. Estaba precedido por el ‘tetrapylon’, una impresionante puerta monumental que se conserva en muy buenas condiciones.

Las termas de Adriano y el odeón también merecen una visita pausada. Además, en este yacimiento encontramos uno de los pocos estadios de la antigüedad que aún perduran. Aunque invadidas por la vegetación, mantiene sus gradas, cuyo aforo se estima para unos 30.000 espectadores.

Afrodisias estaba situada junto a una cantera de mármol y contaba con una importante escuela escultórica. El museo, que se encuentra junto al yacimiento arqueológico, alberga un buen número de estatuas y relieves de gran belleza que han sido encontrados durante las excavaciones.


Montaña blanca

Desde Afrodisias nos encaminamos a Pamukkale, uno de los lugares más turísticos de Turquía. Se trata de una montaña blanca que parece hecha de algodón.

Este monumento natural, declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, se formó debido al agua de los manantiales termales que se precipitaba por la ladera y al enfriarse dejó depósitos de calcio sobre la roca.

Así surgieron terrazas y piscinas naturales, aunque en la actualidad muchas de ellas ya no tienen agua.

Al lado de esta impresionante colina blanca se encuentran los restos de la antigua Hierápolis, una ciudad construida junto a los manantiales de aguas termales, a la que acudían los enfermos en busca de curación.

Allí había un templo dedicado a Apolo, del que quedan los cimientos, que albergaba un oráculo.

De la antigua Hierápolis perduran también un impresionante teatro romano, las termas y el ágora (la plaza principal), a la que se accede por la puerta de Domiciano. Además, la ciudad está rodeada por una inmensa necrópolis.


Antalya y Aspendos

Dejamos Hierápolis y nos dirigimos a Antalya, gran urbe situada a orillas del Mediterráneo con una gran vida comercial y nocturna.

Uno de sus monumentos más emblemáticos es la puerta de Adriano, construida en el año 130 d. C. para conmemorar la visita del emperador romano.

Otra de las joyas de Antalya es su museo, que, además de monedas, piezas de cerámica y otros objetos históricos de gran valor, cuenta con una impresionante colección escultórica de la época romana.

Desde Antalya nos encaminamos hacia Aspendos, que se encuentra a apenas 50 kilómetros.

Allí nos espera uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo, que fue construido en tiempos del emperador Marco Aurelio.

En sus gradas terminamos nuestro recorrido por los principales tesoros grecorromanos de Turquía, una visita que embelesará a los amantes de la historia y el arte antiguos.


Lugares para enamorarse de este país

1. Estambul es una de las ciudades más fascinantes del mundo. Allí se encuentra la Mezquita Azul, que, además de su impresionante belleza, es uno de los templos religiosos más importantes de la ciudad.

2. La región de Capadocia está llena de formaciones rocosas producto de cenizas volcánicas milenarias moldeadas por el agua y el aire. Uno de los planes más atractivos allí es viajar en globo sobre el ancestral paisaje.

3. Además de sus aguas termales ricas en minerales, Pamukkale es conocido por sus montañas de algodón compuestas de roca travertina blanca y por sus piscinas naturales de color azul turquesa.

4. Oludeniz es un complejo de playas que destacan por su belleza y por la tranquilidad de sus aguas poco profundas que reflejan vívidamente el azul del cielo y son ideales para un plan familiar.


El Tiempo


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miércoles, 8 de mayo de 2019

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Ni las pirámides de Egipto son tan antiguas como estos impresionantes monumentos.

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Estructuras funerarias y viviendas de Europa y Oriente Próximo son algunas de las construcciones más antiguas del mundo. Pero sus milenarias edades son más que una curiosidad: revelan el momento en que el hombre dejó de ser nómada y comenzó a formar comunidades y las primeras grandes civilizaciones. Conozca estas evidencias de la historia humana a continuación.

Construcciones

Torre y muros de Jericó, Siria y Palestina / 7000 a. C.: Son considerados como evidencia de los primeros pasos de los procesos de urbanización. Al interior del complejo quedan rastros de viviendas y entierros. Entre los asentamientos más impresionantes está el de Tell es-Sultan que, según la arqueóloga británica Kathleen Kenyon, los relatos del Antiguo Testamento revelan que sería la primera ciudad que conquistaron los israelitas tras salir de Egipto.

Construcciones

Çatal Hüyük, Turquía / 7500 - 6000 a.C.: Es un poblamiento de 13 hectáreas que, se calcula, albergó entre 5.000 y 7.000 habitantes. Por los restos arqueológicos, se sabe que fue una sociedad que vivió de la agricultura y la cerámica. 

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Hougue Bie, Jersey, cerca a las costas de Normandía / 6000 a. C.: Es, quizá, una de las tumbas más antiguas de Europa. En su interior se han encontrado restos de hachas y otras armas. En lo alto del montículo se encuentran dos capillas medievales. Como dato curioso, se sabe que en la zona aledaña a la tumba, los alemanes construyeron un búnker para ocultarse durante la Segunda Guerra Mundial. 

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Cairn de Barnenez, Francia / 4850 a. C: Se presume que este monumento megalítico de roca (estructura hecha a base de enclavamiento) funcionó como un enorme mausoleo. En su interior se han hallado grabados, cerámicas y restos de armas del Neolítico, último período de la edad de piedra.

Construcciones

Túmulo de Bougon, Francia / 4700 a. C:  También conocida como la Necrópolis de Bougon, esta estructura es un conjunto de montículos funerarios descubierto en el siglo XIX y que ha ganado relevancia entre los científicos por su antigüedad. De los cinco túmulos, el más antiguo data del 4.700 a. C., y está cubierto por una piedra que pesa cerca de 90 toneladas. En su interior se han hallado elementos de joyería y cerámica. 

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Túmulo de Saint - Michel, Francia / 4500 a. C: Este montículo de tierra es más que un enorme montículo de tierra y piedras: es otra de las construcciones funerarias más antiguas de Europa. Fue explorada en el siglo XIX y su interior fue cerrado hace unos años por motivos de seguridad. La capilla, que actualmente ocupa la punta del túmulo, data del siglo XX. ​

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Monte de Accoddi, Italia / 4000 a. C. apróx.:  No se tiene una fecha precisa de la construcción de este altar de piedra, pero ronda entre el 4.000 y 2.700 a. C. Se piensa que era utilizado para ceremonias y observaciones astronómicas: científicos analizan su estructura como una intención de acercar el hombre a un plano más espiritual.

Construcciones

Knap de Howar, Escocia / 3700 - 2800 a. C.:  Es una de las primeras granjas y viviendas del continente europeo. Está compuesta de dos edificios rodeados de muros de piedra. Incluso, a su alrededor se han encontrado evidencias de cría de animales como ovejas y cerdos, y del cultivo de cebada y trigo. 

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Ggantija, Malta / 3600 a. C .: Está compuesto de dos templos megalíticos levantados con enormes piedras calizas. Se creó como un  sitio de adoración y se ha llegado a comparar con el popular Stonehenge, ubicado en Reino Unido.

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Túmulo alargado de West Kennet, Inglaterra / 3700 - 3600 a. C.: Este túmulo es parte del conjunto megalítico de Stonehenge y Avebury, los más conocidos del mundo en su tipo. En su interior se encuentran varias cámaras mortuorias que albergaron cuerpos de todas las edades.

Las construcciones más antiguas que hay en la tierra

Pentre Ifan, Gales / 3500 a. C.: Es un dolmen, es decir, un monumento construido con losas verticales rematadas con una horizontal a modo de cubierta para crear una marca funeraria. Este es uno de los mejores conservados de Gales y se dice, según leyendas locales, que a su alrededor aparecen seres mágicos como hadas. 

Construcciones

Sechín Bajo, Perú / 5500 - 3500 a. C.: Es uno de los conjuntos arquitectónicos más antiguos de América Latina. Desde 1990, un arqueólogo alemán explora el espacio en el que encontró un impresionante círculo ritual que revela la importancia de lo espiritual para las comunidades indígenas de la época. 

El Tiempo


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miércoles, 20 de septiembre de 2017

Estambul con los cinco sentidos

Estambul es un disfrute para el tacto, la vista, el olfato, el gusto y el oído.

Ciudades más visitadas


En dónde habita la esencia de Estambul? ¿En los minaretes de las mezquitas que, como agujas, pinchan el contorno de la ciudad? ¿En los gatos que patrullan la superficie o en los cuervos que vigilan desde las ramas más altas? ¿En el canto que, cinco veces al día, llena las calles al llamar a la oración? ¿En un café?
Quizás, en todo, o mejor, en una sola cosa: lo sinuoso. Pues así es el suave contorno de esta ciudad erigida sobre colinas; y así, el andar de los gatos y el vuelo de los cuervos, o el vaivén entre el escándalo de los cuervos y el silencio en el que los gatos prefieren deambular. Fluctuantes son las notas del adhan, el llamado a la oración del almuecín, así como el avance de los delfines, que se asoman y se ocultan junto a las embarcaciones que cruzan el Bósforo. Oscilantes y ensortijadas, las ramas que, con sus hojas, crecen, se multiplican y se envuelven ellas mismas, pintadas sobre los azulejos. Y hasta la consistencia del café se mece, y en cada sorbo la bebida es más densa. Estambul ondea, serpentea por los cinco sentidos.
El oído
No amanece; aún no dan las cinco de la mañana, y se escucha el primero de los llamados a la oración de cada día. Desde los balcones en lo alto de los minaretes suenan las poderosas voces de los almuédanos, la segunda persona en importancia en cada mezquita, después del imam.Estambul es una red de alminares o minaretes: las torres de las mezquitas. Así se fue conformando desde 1453 cuando los otomanos se tomaron a Constantinopla, como se llamaba entonces, e instauraron su imperio. La llaman ‘la ciudad de las mil mezquitas’, pero hay más de 3.000.
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La más importante, la mezquita del sultán Ahmed o mezquita Azul, se levanta en la cumbre del barrio que lleva el nombre de este emperador. Domina con sus seis alminares, 400 años, más de 21.000 azulejos, 14 cúpulas y semicúpulas que escalan como en una montaña de piedra y mármol, hasta llegar al domo mayor de 23 metros de diámetro y 43 de altura.

Si miles de atalayas conforman una urdimbre en el espacio, los cantos desde ellas tejen una red en el tiempo, y lo hacen maleable. Cuando los almuecines elevan su llamado, el tiempo puede ir más lento o más rápido, detenerse, retroceder. Es relativo y, a la vez, absoluto, cuando en el canto se condensan los últimos 564 años. Los llamados casi simultáneos desde alminares vecinos se encuentran en las calles, convergen, dialogan entre sí y el tiempo se hace multidimensional.
El tacto
En las plantas de los pies se siente como quien camina sobre nubes. Son las alfombras de las mezquitas, a donde se debe entrar descalzo. La misma suavidad se siente al mimar gatos en la calle. ¿Qué significa la palabra omnipresente? Es la condición de los gatos en Estambul. Están sobre tejados, cornisas, verjas, en la parada de un bus. Como aquella que amamantaba a sus cuatro hijos junto a una fila de personas que esperaban transporte. Confiados y confianzudos.
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Pero la palma de la mano también es clave para ‘degustar’ las compras: la calidad de las sedas o de las alfombras, que están entre las mercaderías más buscadas en el Gran Bazar. Este complejo de locales bulle desde quinientos años atrás, en tantos idiomas como Babel, pero en uno universal, el del dinero. Si Estambul tiene el signo de la fluctuación, en los 4.000 negocios de su Gran Bazar este es más que palpable. Los precios ahora están al doble y luego en la mitad, hasta que clientes y vendedores de joyas, productos de cuero, lámparas y tantas cosas, llegan a muestras sorprendentes de conciliación.
El gusto
Una pausa en el camino por el barrio de Eminönü, que era el centro de la capital en el imperio bizantino. En una esquina, sentados al aire libre bajo algún árbol se espera que esté listo un café turco, una de las preparaciones características de los fogones del país.
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Pero en las cocinas hay otros estandartes como las albóndigas, en centenares de variaciones, y si se trata de carnes como cordero o ternera, el kebab está por todos lados. Qué más turco que una sopa de lentejas con el tono entre naranja y rojizo que aporta el tomate. Y otras insignias, el picante o el yogur, o los dos juntos en algún aderezo. O este en alguna bebida refrescante o en una sopa caliente.
Pero la preparación del café sigue, con el grano molido en un polvo muy fino. Ahora el cezve, un trasto de cobre de mango largo, aguarda el hervor sobre unos bloques de carbón que brillan al rojo cuando les agitan el aire.

Junto al café, por supuesto que el té turco acompaña la camaradería. Servido en delgadas y alargadas tazas de vidrio, sin oreja, que se toman del borde para no quemar los dedos.

Llega el café, con espuma suave y cremosa, y se hará más espeso en cada sorbo. Se puede acompañar con lokum (‘delicia turca’), un cubito de dulce gelatinoso, con almíbar, quizás almendras molidas, recubierto con azúcar en polvo y una nuez o avellana encima.
El olfato
Por la nariz entre el aire marino, o la humedad del monumento subterráneo de la Cisterna, y, por supuesto, las especias. La Cisterna Basílica fue la reserva subterránea de agua construida hace 1.500 años, cuando regía el emperador Justiniano. Unas pasarelas permiten caminar sobre el lecho de agua, entre un bosque de columnas de mármol de 9 metros de alto que, en hileras, sostienen la estructura, con un remate en forma de bóveda, para ir al encuentro subterráneo con las cabezas de Medusa. Dos de ellas, puestas al revés, sostienen cada una un pilar de este palacio enterrado.

En la superficie, a unos kilómetros, está el Bazar Egipcio o Bazar de las Especias. Si se trata de palacios, este es el de los aromas de los condimentos, los dulces o los frutos secos. Menta, azafrán, zumaque y demás tesoros, con colores tan encendidos como sus aromas. Los muros de la galería, la bóveda y los cruces de las calles internas relucen con pintura blanca y motivos pintorescos creados por los artistas para los negocios.
La vista
Por un callejón escondido a un costado de la basílica de Santa Sofía, se baja a la antigua madrasa de Cafer Aga. Y en un costado del patio, Coskun Uzunkaya pinta sobre el agua. Sí. Su ‘lienzo’ es un marco de madera lleno del líquido. Al realizar su obra, colores y formas danzan obedeciendo al pincel y a leves gestos del artista. Formas a veces abstractas a veces figurativas de hojas y tulipanes que evocan los mosaicos y azulejos en las edificaciones de la ciudad. La técnica de ebrú, patrimonio inmaterial de la humanidad, se transmite de manera oral.La madrasa, la escuela, se construyó en el siglo XVI en el reino del sultán Solimán el Magnífico. Hoy en su recinto ya no se enseña el corán. Enseñan artes como ebrú, cerámica, joyería o caligrafía.
A un lado de este, en un corredor, Uzunkaya deja caer, sobre el agua, gotas de los pigmentos naturales mezclados con ácidos tomados de hiel de buey. La imagen parece formarse con voluntad propia o como si los movimientos del artista fueran ademanes de magia. Y en el último de estos, sobre la obra flotante, Uzunkaya pone un papel del tamaño del marco de madera, lo desliza en el líquido y, cómo no, la pintura queda en el folio, para siempre.
Si usted va
Turkish Airlines opera tres vuelos a la semana para cubrir la ruta Bogotá-
Estambul. El recorrido dura 14 horas y conecta a los aeropuertos de El Dorado y Ataturk.
El Tiempo
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jueves, 24 de septiembre de 2015

10 lugares que no puedes perderte de Estambul

Estambul es uno de los destinos mas turisticos de Europa. La ciudad ha sido la capital de los Imperios Bizantino y Otomano.  Los que desean conocer la ciudad profundamente, deben ver la siguiente galería en la que se explica cada uno de los lugares elegidos.




miércoles, 23 de septiembre de 2015

Secretos del interior de Capadocia

La región turca de Capadocia es pura magia. Es uno de esos lugares de la Tierra que nos cuesta creer que existan de verdad. Sus formaciones rocosas crean paisajes sorprendentes que provocan una estupefacción en el viajero que se queda con él con el paso de los años. Pero la Capadocia no es sólo su exterior y sus paisajes. La verdadera magia radica en su interior y es que cual queso gruyere, el subsuelo esconde ciudades enteras que sirvieron de refugio a culturas enteras -como es el caso de los cristianos bizantinos perseguidos por los selyúcidas turcos desde el siglo X- y que perduran y se pueden visitar todavía hoy:

Goreme




miércoles, 6 de mayo de 2015

Brasil, Europa y Turquía, destinos más baratos para los colombianos

Frente a la devaluación del peso, estos son los lugares que más convienen para las vacaciones.  

En destinos como Italia, hacer turismo costará lo mismo que en el 2014.
               En destinos como Italia, hacer turismo costará lo mismo que en el 2014. - Foto: José Alberto Mojica                                
La devaluación del peso colombiano frente al dólar –que aunque viene bajando en las últimas semanas se conserva a la alza- ha llevado a muchos viajeros a replantear sus vacaciones fuera del país. Muchos han decidido aplazar las vacaciones o, mejor, viajar dentro de Colombia.

El portal Trabber analizó esta situación y presenta los destinos que más les conviene a los colombianos durante el resto del 2015.


Brasil, la zona Euro y Turquía encabezan ese listado. La caída del Real brasileño (-7,7 %) y el rublo (-13 %), la lira turca (-3 %), frente al peso colombiano en los últimos doce meses, han abaratado estos destinos turísticos.

Hay monedas cuyo valor ha caído tanto como el peso, como es el caso del euro, la moneda única de 27 países europeos. Si hace un año se necesitaban 2.660 pesos para comprar un euro –explica Trabber- ahora se necesita casi la misma cantidad (2.670 pesos).

Es decir, viajar por la zona Euro (que incluye destinos tan populares como España, Francia, Alemania, Italia o Portugal) tendrá el mismo costo que en el 2014, o menos.

“Es un año excelente para viajar por Europa, porque no solo al traducir los precios a pesos colombianos los costos se han abaratado respecto al año pasado. A esto hay que sumar que la inflación es negativa en países como España o Portugal, lo que unido a la caída del Euro hace que muchas capitales del Viejo Continente tengan precios asequibles”, destaca Oscar Frías, CEO y cofundador de Trabber, portal que recientemente incursionó en Colombia.

En el caso de Brasil, este país se ha abaratado un 7 por ciento debido a la fuerte caída del real. Destinos europeos como Rusia y Turquía también son opciones para el viajero colombiano que quiera aprovechar la ‘guerra’ de divisas de este 2015.

Eso sí, los mejores precios de Europa, Brasil y un poco Japón también generarán un efecto llamada. Estos destinos van a recibir muchos más viajeros de Asia o Estados Unidos este año, que quieren aprovechar esta oportunidad.

¿Qué pasa con Estados Unidos?

Estados Unidos, con un dólar que vale un 24 por ciento ─en promedio─ más que hace un año, es uno de los destinos que más se ha encarecido. Reino Unido (+11 por ciento) y Canadá (+9 por ciento) también salen más caros para vacacionar. Los vecinos Perú, Chile y Argentina también resultan más costosos.

Colombia les conviene a los extranjeros

Juan Gonzalo Benítez, director ejecutivo de L' Alianxa ─organización que agrupa a 49 agencias de viajes de todo el país─ destacó que la devaluación del peso colombiano se ha convertido en un atractivo más para que los extranjeros hagan turismo en el país.

Si hace un año con un dólar los extranjeros gastaban 2.000 pesos, hoy ese mismo dólar –en promedio- le permite gastarse 2.400 pesos.

“Si el turista trae 1.000 dólares, por ejemplo, eso le significa que va a disponer de $2'400.000; es decir, $400.000 más que el año pasado. Eso resulta muy interesante y efectivo”, explicó Benítez, quien aclara que ese beneficio adicional puede representar más noches de hotel o más consumos en restaurantes y otros servicios turísticos que benefician a esta industria en el país.

El Tiempo

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